Educar Las Emociones Educar Para La Vida

La obra se titula Educar las emociones, educar para la vida, escrito por Amanda Céspedes Calderón, Editorial Vergara, posee 9 ediciones, esta última fue en el año en Octubre del 2012 en Santiago de Chile.

Este constituye la segunda parte del libro Niños con pataletas, adolescentes desafiantes, escrito a fines del año 2007.

Amanda Céspedes, oriunda de Iquique, comenzó sus estudios de medicina en la Universidad de Chile, donde se especializó en psiquiatría infantil y juvenil. Realizó postgrados en neuropsicología y neuropsiquiatría infantil en la Universitá degli Studi de Turín, Italia. Actualmente es profesor Adjunto Asociado de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y miembro del directorio de la fundación Mírame, entidad sin fines de lucro dedicada a innovar un sistema de integración de niños con problemas de trastorno del desarrollo.

Sus publicaciones son de gran relevancia puesto que entrega las claves a padres, profesores y cualquier adulto que se relacione en forma permanente con niños y niñas, para contenerlos guiarlos en su formación emocional y desarrollar sus potencialidades y talentos, sin perder la felicidad del alma infantil.

Este libro se basa en las propias investigaciones que Amanda ha sostenido por el transcurso de su carrera como especialista en psiquiatría infantil. Es por esto que posee un enfoque basado en comprender el desarrollo, psicológico, cognitivo y físico, emocional y expresivo en los niños y niñas desde una mirada psiquiátrica y cómo este repercute en el futuro.

Cada capítulo, se estructura desde la etapa del nacimiento, pasando por su etapa de escolaridad y hasta llegar a la adolescencia. Generando en sí una red de conexión en cuanto al desarrollo, sus estadios, necesidades a resolver y formas de potenciar aquellas cualidades innatas e inherentes en el ser humano.

Primeramente, se evalúa como es la interacción que un adulto debe poseer al enfrentar a una situación desregulada; enseñando, cuales son los componente psíquicos y biológicos que influyen en cada procesamiento mental y conducta.

A su vez presenta una diversa gama de tema, el cual los profundiza, analiza, critica y valoriza el desempeño de los adultos como eje fundamental de regulación en el desarrollo psicofísico de los niños y niñas. Por medio de esta evidencia cuales son las tareas a ejecutar, en cuanto a las conductas que se superponen ente las emociones, también como este, repercute en el actuar diario de los niños, llegando a tal punto de explicar, como es la inserción este sujeto ante una sociedad, el cual se basa con normas, reglas, tanto colectivas como familiares.

Es por esto que posee un trasfondo de guía práctica que favorece, a aquellas personas significativas que interactúan con los niños, niñas y adolescentes a entablarse desde un punto de mira, en el cual se favorezca las emociones positivas, enfocándose en que el otro sea capaz de visualizar la situación, generar una conciencia propia de sus actos y así favorecer a una respuesta en el cual el propio sujeto determine cuáles son sus acciones y como estas producen respuestas determinadas.

A su vez, la autora propone y relata historias, entregando dos escenarios y sus formas de actuar; primero muestra un escenario, en el cual se actúa desde la impulsividad o desde lo corriente, para luego dar paso a otra cara en la cual actúa se interactúa por medio de la modulación de los sentimientos y emociones de los niños y niñas.

Posee capítulos que se orientan a generar perspectiva y pensamiento crítico del cómo se debe relacionar con el recién nacido, desde el momento del nacimiento, otorgándole privilegiadamente emociones significativas, para que así se forme un vínculo fecundado en el cariño y afecto por el otro. Esto lo recoge por medio de una comparación del rol que poseían los adultos, como las instituciones que ayudaban a disciplinar a niños y niñas antiguamente. Por medio de esto, favorece a la comprensión de la nueva tarea, aquella que deben tener los adultos significativos en la vida de cada sujeto, pero desde un punto biológico, y neuronal. En relación a esto se dice que “el educador de emociones exige conocer de modo sólido el escenario biológico donde ellas ocurren y que plasman nuestra existencia” (Céspedes. A, 2012, p 20.); Por consecuencia, se genera un adulto, que ayuda e intercede en el proceso de regulación temprana, favoreciendo y potenciando en los niños y niñas, cualidades significativas en cuanto a la regulación a la capacidad de poder enfrentar situaciones adversas y de obtener un comportamiento fecundado en el razonamiento.

A su vez realiza un aporte al explicar la personalidad, sus niveles, componentes y dimensiones, ya que por medio de este se comienza hilar y generar redes de claridad en relación al desarrollo cerebral y de cómo su plasticidad provoca un comportamiento, determinado por la experiencia, ánimo y la relación e interacción de cada persona construya a lo largo de su vida.

Potencia de manera considerable y significativa, lo que es el trabajo en relación con las emociones y la personalidad, siendo este uno de sus temas que aborda en la mayoría de los capítulos. Explicando como la personalidad favorece a crear situaciones, en las cuales ayuden al cerebro a modelar desde su propio raciocinio, ayudando a reflexionar, analizar, y clasificar el resultado de nuestras acciones y palabras. En relación a esto se plantea que “la estructura de la personalidad determina en parte el estilo individual de regulación emocional, en forma de esquemas internos de modulación de temperamento. Rasgos determinantes de introversión- extraversión determinarían distintos modos de regular la ansiedad, de afrontamiento de conflictos y de apertura a lo nuevo.” (Céspedes. A, 2012, p 49), determinando que el comportamiento humano es un proceso que está en constante evolución, y que por medio de este se construye una propia visión del mundo exterior como del interno, favoreciendo a generar un concepto más enriquecido del sí mismo.

A su vez, este libro también orienta su visión a potenciar, los climas emocionales favorables para el desarrollo cognitivo y físico de los niños y niñas. Propiciando a indagar en aquellas emociones negativas como la ansiedad, desesperanza, desolación, rabia y pena, para así regularlas, tomarlas y hacer de ellas un nuevo escenario, en el cual por medio de la interacción con el otro, se logre sucumbir aquellos fantasmas negativos y transformarlos en un nuevo renacer para el sujeto y con esto propiciar una armonía emocional, afrontando las adversidades de una manera reflexiva y creativa. Tanto como las motivación, serenidad y alegría existencial ayudan a situarse al sujeto

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