El Aborto
Enviado por monicavelle • 17 de Octubre de 2011 • 901 Palabras (4 Páginas) • 371 Visitas
Abortar o no abortar, he ahí el dilema, todo depende de cual sea la dignidad que le des al ser humano. Si el hombre no deja de ser una pasión inútil hecho para la nada, sin más trascendencia que la vida material,
cuando se esfuma el último suspiro, se esfuma toda su humanidad.
Muerto, es la cosa que antes vivía; se engañó con una conciencia que le hizo creer tener más valor que los cincuenta pesos que pueden valer sus elementos químicos de los cuales está compuesto.
Pero si al hombre le valoramos más su dignidad y lo consideramos con todas sus potencialidades intelectuales y emotivas, con todas sus capacidades creadoras, con toda la civilización que lleva a cuestas y las obras que ha sido capaz de hacer, y los campos intelectuales que ha abierto su curiosidad, y la sensibilidad estética que ha transformado el mundo, entonces el hombre es un ser sin parangón en la naturaleza porque es el único que es conciente de que es., y también es consciente de que no era, y de que no será y quiere ser de otra forma, trascendente, más que una cosa, más que parte de un estúpido materialismo culpable directa de la decadencia social que padecemos ahora.
¿Abortar o no abortar? ¿Que significa para usted engendrar? Si sólo es un acto fisiológico como orinar, una noche de onanismo donde su egoísmo obtuvo un placer efímero para sentir el vacío del día siguiente, donde la poesía sobra, y el todo se reduce a la animalidad, de seguro abortará porque nadie se responsabiliza con lo que no quiere y el posible hijo es sólo un “Accidente” alguno gatos se comen a sus retoños , otros animales también se alimentan con sus crías.
La continuidad de la especie, en ellos no es consciente. Si se considera un animal más, entonces abortará. Pero si es hombre, es un ser que en el acto de engendrar sabrá que es creativo que tiene esa capacidad de dar la vida, de continuar su yo en otro yo, pero no sólo es su yo sino el de su pareja, dos que se vuelven uno, desde el momento mismo en que el esperma le atina al óvulo, en que el universo rodea el
tálamo nupcial y siente, después del acto, esa calma que sólo se obtiene en los hitos de las mejores manifestaciones humanas.
Entonces usted no querrá que a su obra ni siquiera la toque el aire. Querrá sentir cada noche esa vida que usted creó, y que no es suya, querrá descubrir el momento exacto en que lata su corazón, querrá sentir la primera patada y le pondrá un nombre cuando descubra su sexo y llorará cuando lo vea en el mismo acto de nacer buscando el amor con el que toda persona humana es creada.
Pero si usted no es más que un animal o cincuenta pesos de materia, entonces podrá comercializar su cuerpo o los cuerpos de quienes le rodean; sin dejar de ser un paria solitario tendrá que pagar por la compañía, porque sin dignidad ¿Quién se va a entregar
...