El Acento Prosódico
Enviado por migueljc • 3 de Abril de 2013 • 2.894 Palabras (12 Páginas) • 1.174 Visitas
El acento prosódico o acento de intensidad es una característica suprasegmental por el cual se produce un realce fonético de una sílaba (en secuencias muy largas puede darse en más de una sílaba) de palabra. Este realce no varía de lengua a lengua, pero suele incluir variación en el tono y duración de la sílaba.
En español, el acento prosódico se indica mediante la ausencia o presencia de un signo llamado tilde o acento ortográfico de acuerdo a sus reglas de acentuación. La sílaba sobre la que recae el acento prosódico se denomina sílaba tónica o acentuada, y a la que carece de él, átona o inacentuada. Aunque en castellano el acento prosódico y el acento tonal coinciden, no son exactamente el mismo concepto.
En muchas lenguas el acento recae en un una sílaba fija (como el francés o el turco), por lo que no es distintivo aunque sea fonéticamente audible. También se ha señalado que algunas lenguas, por ejemplo en algunas variantes de japonés (Kagoshima, Miyakonojo, Sendai) todas las palabras carecen de acento. Tampoco parece existir acento en ciertas lenguas tonales como el chino o el mende
El acento ortográfico o tilde es un signo (´) que se coloca generalmente sobre las vocales (por ejemplo, á, é, í, ó, ú, à, etc.).
En algunas lenguas romances, como el español o el catalán, a veces se utilizan acentos diacríticos para diferenciar unas palabras de otras de la misma escritura pero con diferentes significados y usos.
En varias lenguas el acento ortográfico tiene algunas variantes, entre ellas: el acento agudo (´), el acento circunflejo (^) o el acento grave (`). En muchas lenguas, cada tipo de acento puede recaer en diferentes tipos de vocal; por ejemplo, en las lenguas romances generalmente el acento grave sólo aparece en vocales tónicas abiertas —aunque en lombardo ù indica la vocal anterior redondeada ü indicada en el AFI como [y]—. En español, el acento agudo es el único que puede ir sobre una vocal. En francés, en acento circunflejo se usa para indicar el alargamiento de una vocal por la pérdida de una -s implosiva, aunque en portugués el mismo acentro circunflejo tiene el objetivo de indicar el grado de abertura de la vocal. En griego y en guaraní existe la y con acento agudo (ý).
La sílaba tónica o sílaba acentuada es la sílaba de una palabra con mayor "prominencia" fonética por coincidir con la posición del acento prosódico. Las sílabas no acentuadas también se denominan átonas.
El español es una lengua de acento fonológicamente relevante, lo cual significa que la posición del acento tiene valor léxico distintivo como sucede en las siguientes palabras:
Juan dio ánimo a su equipo.
Juan animó a su equipo.
«Yo animo a mi equipo». dijo Juan.
Desde un punto de vista más fonético, el acento en español se realiza mediante la prominencia se logra mediante tres rasgos usualmente simultáneos:
Variación tonal abrupta (ascendente o descendente)
Mayor energía sonora en la sílaba tónica
Mayor alargamiento de la sílaba tónica
Los detalles fonéticos del acento dependen no sólo de la forma léxica, sino también de la posición de la palabra. Por ejemplo en una oración enunciativa sin topicalización el cambio de tono generalmente es de tipo B*A (tono bajo en sílaba tónica - tono alto en sílaba postónica), aunque hacia el final de la oración la última palabra léxica que marca el final de la oración presenta una variación tonal de tipo BA* (tono bajo en sílaba pretónica - tono alto en sílaba tónica).
La sílaba átona de una palabra es aquella que posee un grado de intensidad y sonoridad menor que la sílaba tónica. Todas las palabras poseen dos tipos de sílabas: las sílabas átonas y las sílabas tónicas. La diferencia entre ellas estriba en la intensidad utilizada al pronunciarlas. Las sílabas tónicas precisan de una mayor intensidad. Es decir, son aquellas que llevan algún tipo de acento. Las sílabas átonas, en cambio, no requieren de una carga de la voz para ser pronunciadas
Sílaba es cada una de las divisiones fonológicas en las que se divide una palabra. Es la segunda menor división de la cadena hablada (contando como más simples la mora, ver más abajo, y el fonema). (Tradicionalmente se la había definido como "golpe de voz" en una palabra, definición actualmente considerada por los lingüistas obsoleta e inoperativa).
La comunicación es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra. Los procesos de comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de signos y tienen unas reglas semióticas comunes.
Los elementos que intervienen en el proceso de comunicación son los siguientes:
Emisor: Aquél que transmite la información (un individuo, un grupo o una máquina).
Receptor: Aquél, individual o colectivamente, que recibe la información. Puede ser una máquina.
Código: Conjunto o sistema de signos que el emisor utiliza para codificar el mensaje.
Canal: Elemento físico por donde el emisor transmite la información y que el receptor capta por los sentidos corporales. Se denomina canal tanto al medio natural (aire, luz) como al medio técnico empleado (imprenta, telegrafía, radio, teléfono, televisión, ordenador, etc.) y se perciben a través de los sentidos del receptor (oído, vista, tacto, olfato y gusto).
Mensaje: La propia información que el emisor transmite.
Contexto: Circunstancias temporales, espaciales y socioculturales que rodean el hecho o acto comunicativo y que permiten comprender el mensaje en su justa medida.
.En la lengua española, la denominación refrán ha conocido una gran difusión hasta el punto de arrinconar a proverbio que se asocia a una paremia culta como los proverbios bíblicos, frente al refrán, paremia popular o popularizada.
Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, nos define lo que es un refrán: "los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos". Seguirá diciendo Don Quijote sobre la utilidad de los refranes: "cualquiera de los que has dicho [, Sancho,] basta para dar a entender tu pensamiento" (Segunda parte, capítulo XVII).
Los refranes son sentencias breves, habitualmente, de autor desconocido. No obstante, muchas frases literarias y bíblicas ha pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en
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