El Alpinista

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.

La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.

En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: AYÚDAME DIOS MIO¡

Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.

REFLEXION:

En la vida tenemos situaciones malas y buenas que debemos afrontar y saber que ante todo lo malo hay un dios que nos ayuda a superar todos los obstáculos que se nos presentan y las metas que nos propongamos en al vida tenemos que superarnos y poder salir adelante y poder saber que nso enfrentamos a miedos que nunca hemos sentido por eso hay que actuar bien y pensar primero antes de actuar y generar malas acciones como seres humanos y mortales que somos no somos perfectos y nos merecemos una segunda oportunidad.

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