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El Arte Del Buen Maestro


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2012  •  3.853 Palabras (16 Páginas)  •  1.688 Visitas

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El arte del buen maestro

El autor no pretende tener un carácter inter o multidisciplinario, tratándose del tema de la educación y la cultura así como todos los campos que esta conlleva, la ubicación no es sencilla, el autor no trata de calificar la intencionalidad del enfoque empleando, sino analizar las dimensiones del fenómeno educativo desde una perspectiva socio histórica resaltando el difícil camino de la integración entre sociología e historia.

Como punto de partida el autor se remonta al pasado; primeramente por convicción intelectual por que expone que es necesario el comprender aspectos de tiempos remotos para entender las características estructurales presentes. Afirma que el estudio de la lógica de un fenómeno es un aspecto básico para su explicación integral, como segundo punto explica sobre la historizacion de la investigación sociológica, al preguntarse el porqué del el origen de las relaciones e instituciones y la descentralización que hacen perder el carácter sagrado así pretende contrastarse el efecto conservador que tiene la lógica de “siempre fue así, por lo tanto tendrá que seguir siendo así”.

Explica el proceso de cómo se colocan las bases para la formación de un sistema nacional con carácter cultural laico muy distinto al ya planteado por la tradiciones y religión todo con la intención de construir al hombre mexicano, era importante para el sistema nacional realizar una extracción de los poderes culturales, así como homogenizar y uniformar ; pero era necesario un discurso pedagógico homogéneo, es decir considerando el saber educativo legitimo así como los medios de la inculcación, donde define a un sistema educativo como “conjunto nacional y diferenciado de instituciones dedicadas a la educación formal y que fuera parcialmente una responsabilidad del gobierno”

En el discurso pedagógico moderno no se constituye negando las definiciones clásicas del maestro si no que más bien recuperaban y completaban otros requisitos. José Díaz Covarrubias decía “El tipo profesor; su misión no es la de un oficio sino más bien la de un sacerdocio”; la definición era sencilla y clara el magisterio no era una profesión, sino como misión o sacerdocio, la cual no requería tanto de un saber si no más bien de la vocación y así complementarse con un conjunto de virtudes de todo tipo.

La vocación no es materia de elección racional, no hay que olvidar que se “nace educador, cómo se nace artista” Abraham Castellanos.

El elemento vocacional se oponía explícitamente a los componentes clásicos de una profesión; la oposición y la prefencia “los mal informados por un criterio insano piden que el maestro de escuela sea un sabio. Nada más arbitrario lo que deseamos es que la escuela haya vocación más práctica y menos teoría”

Pedro Alcántara García al enumerar las cualidades requeridas para aspirar a la carrera normalista señalaba que; al falta de vocación espontanea, buena es la vocación adquirida mediante la reflexión y el esfuerzo de voluntad”

Se analiza acerca de dos tipos de vocación una de ellas la vocación natural y la vocación artificial, no se trata de elegir al magisterio entre otros oficios posibles, si se hablaba de elección, esta debe responder a una especie de predisposición, de un llamado interior, haciendo así que se le agregue el valor de una fuerza mística es decir el resultado de un proceso complejo donde intervienen múltiples determinaciones sociales, recalcando que esta ideología del magisterio como vocación innata entre en un sin de contradicciones con las demandas de “cientifizacion”.

La ideología de la vocación es causa y efecto del bajo grado de recompensas sociales que gozaba la profesión, solo aquellos individuos que se predisponían a “obedecer” el llamado de la vocación, los pedagogos de la época decían que “solo el deseo de hacer el bien en el silencio y en el olvido es el móvil puro y verdadero de abrazarla”, pero esta ideología entra en crisis “crisis vocacional” y a partir de esta será necesario la fuerza de la vocación con recompensas monetarias.

Ante este proyecto político-ideológico el maestro y la escuela, la institución entendida como transmisión de conocimientos y desarrollo de habilidades, tenía un papel subordinado, es decir el maestro era definido como prototipo del hombre ideal que se pretendía formar.

Con el objetivo de reforma moral en la constitución inicial de la escuela mexicana favorece la incorporación de la mujer a la docencia, la mujer era educadora moral por naturaleza, pero no todo es virtud según los pedagogos masculinos “la mujer tiene menores condiciones de carácter y algunas de espíritu para educar a la niñez” por ello fue necesario darles la instrucción conveniente; para que a la vez pueda educar y enseñar.

Respecto a las cualidades morales que deben distinguir a todo maestro Alcantaran García es por demás exigente “todo lo que hagan los normalistas por aparecer como dechados de ellas será poco”, se clasifican las características no cognitivas señaladas como deseables y prioritarias en este perfil del maestro ideal en dos tipos distintos:

Características morales y conductuales (entusiasmo, paciencia, perseverancia, dulzura, ternura etc.)

Características físicas y de auto presentación (los buenos modales, el tono de la voz, vestimenta etc.)

“Si se cree el maestro que al escuela no es el templo del saber y que él no es el verdadero, el genuino sacerdote de ese templo, será preciso convenir en que su misión no es tan sublime como lo afirma todo el mundo pensante” ¿Qué felicidad más grande puede darse que la de pasar días entre los niños?

El maestro ideal según Carlos Carrillo debe ser el alma moral de la comunidad en que reside, el corazón cuyo latido se sienta en todas partes porque es quien reparte la vida y el calor del sentimiento… Un componente básico de la auto presentación lo constituyen “los modales” modos de hablar o actuar frente a los demás en general y a los alumnos en particular, la escuela es el templo de la pureza, “El cariño que debe profesar a sus alumnos no debe llegar al extremo de la familiaridad pues en este caso podría ocasionar la perdida de respeto”

Junto con los “inodales” se insiste fuertemente en las cualidades propiamente físicas que deben distinguir a un buen maestro, así un cuerpo sano delata una moral adecuada, que a su vez “los sufrimientos físicos se traducen de orden moral”

En el cuerpo docente y en las escuelas normales debería de exigirse ciertas condiciones en las cuales se enfoca la fortaleza física es decir un maestro con buena voluntad pero débil e incapaz de sostenerse de pie durante horas de clases. Fortaleza y

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