El Capital Capitulo 4
Enviado por jeymi31 • 10 de Julio de 2013 • 855 Palabras (4 Páginas) • 1.428 Visitas
EL CAPITAL
Capítulo IV- Cómo Se Convierte El Dinero En Capital
La circulación de mercancías es el punto de arranque del capital. La producción de mercancías y su circulación desarrollada, o sea, el comercio, forman las premisas históricas en que surge el capital.
La circulación de mercancías es la forma inicial en que se presenta el capital.
El dinero considerado como dinero y el dinero considerado como capital no se distinguen, de momento, más que por su diversa forma de circulación.
La forma directa de la circulación de mercancías es M – D – M…vender para comprar.
Al lado de esta forma, nos encontramos con otra, específicamente distinta de ella, con la forma D - M – D, o sea, transformación del dinero en mercancía y de ésta nuevamente en dinero: comprar para vender.
El dinero que gira con arreglo a esta forma de circulación es el que se transforma en capital, llega a ser capital y lo es ya por su destino. El resultado en que desembarca todo este proceso es el intercambio de dinero por dinero, D – D. es evidente que el proceso de circulación D – M – D resultaría carente de todo sentido si se diese ese rodeo para cambiar valores iguales en dinero.
Hay algo, sin embargo, que distingue desde luego ambos ciclos, M – D – M y D – M – D y es el orden inverso en que se desarrollan las mismas fases contra-puestas del proceso de circulación.
La circulación simple de mercancías comienza con la venta y acaba con la compra: la circulación del dinero en función de capital comienza con la compra y acaba con la venta.
En la circulación M – D – M, el dinero acaba siempre convirtiéndose en una mercancía, empleada como valor de uso. Por tanto aquí el dinero se gasta definitivamente. En cambio, en la forma opuesta, D – M – D, el comprador sólo desembolsa dinero para volver a embolsarlo como vendedor… Sólo se desprende del dinero con la intención premeditada de volver a apoderarse de él. No hace, por tanto, más que adelantarlo.
En la forma M – D – M, la misma pieza de dinero cambia de sitio dos veces. El vendedor la recibe del comprador, para entregarla en seguida a otro vendedor.
Al revés de lo que ocurre en la forma D – M – D. Aquí, no es la misma pieza de dinero, sino la misma mercancía la que cambia dos veces de mano. El comprador la recibe de manos del vendedor, para ponerla en seguida en manos de otro comprador.
Y así como en la circulación simple de mercancías al cambiar dos veces de sitio la misma pieza de dinero, ésta pasa definitivamente de una mano a otra, aquí, al cambiar dos veces de sitio la misma mercancía, el dinero refluye a su punto de partida inicial.
El reflujo del dinero a su punto de partida no depende del hecho de que la mercancía se venda más cara de lo que se compró. Esta circunstancia
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