El Circo La Gran Sombra

La obra presentada en Caza Retazos, ‘El Circo la Gran Sombra’ con su temática de ocultar sutilmente lo que pasa tras bambalinas, engancha al espectador y permite salir a flote esa inocencia tan rebuscada hoy en día, esa que se escapa, se esfuma, se evapora, pero que con ver un delgado muchacho demostrar cuan fuerte es levantando carritos de juguete, al mago atravesarse con una espada o jugar con su cabeza como si fuera un balón y se sacase con tal facilidad, nos olvidamos de la concepción de realidad, y disfrutamos del acto. Reímos y brillan las ventanas del alma mientras un ratoncito hace trucos y siempre le gana al imponente elefante, un elefante que posiblemente sea de cartón, papel o algo más frágil pero que, con ayuda de la sombra, tiene la fuerza necesaria.

Cuando por fin se pierde la silueta para darle vida a una persona, con sus colores y matices se alimenta el show con una mezcla de francés y español que genera intriga y anima los sentidos… De repente, un personaje diminuto pero muy bien caracterizado se toma el escenario, una pulga, que hace malabares y es tan osada de aventarse por un cañón, que hace equilibrio y monta sobre un balón... Animada por Jhon Faber Henao García, quien le habla con un acento tan marcado como si viniera precisamente de la Ciudad Luz, como si pudiera verla y ella escucharlo, nos hace envolver en un mundo mágico, de un pequeñísimo escenario y una gran artista; la pulga, que termina por perderse entre risas y sollozos.

Es un acto que deja así sea por el resquicio más pequeño, dar visos del niño que hace un tiempo se marchitó en nosotros, o que en su defecto, está penando, pero gracias a una pulga que de amable no nos picó, despertó un rato para ver la sombra de un mago fortachón, un ratón valeroso y un elefante de pasos torpes.

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