El Círculo de Tiza Caucasioano

"Y como nadie te quiere, tengo que quererte yo. Y a falta de otra persona, un día de mal año, tendrás que quererme a mí. Y te llevé mucho tiempo con los pies ensangrentados y la leche era muy cara, y así aprendí a quererte. No quiero perderte ya" Dice Bertolt Brecht por boca de Natela Abashivili al niño.

El Círculo de Tiza Caucasioano cuenta la historia de una muchacha que se convierte en la heroina de la obra ganándose el derecho a ser madre a fuerza de querer al niño que encontró. En medio de una guerra por el trono el Gran Duque encarga a Grushe su criada, hacerse cargo del bebé su hijo y heredero del trono al ser abandonado por la madre.

Grushe lo proteje de los soldados enemigos y con gran dificultad consigue huir y salvarlo haciéndolo su hijo a base de quererlo. Cuando termina la contienda la madre intenta recuperar al niño pero se enfrenta a la oposición de Grushe. La justicia dirime la contienda...

La obra se inspira en una vieja leyenda china y plantea la teoría de que la maternidad es de quién cuida al niño, no de quién lo trae al mundo. Brecht nos cuenta que la prueba del círculo de tiza de la antigua novela china así como su contrafigura bíblica con el juicio de Salomón, siguen siendo valiosas como prueba de maternidad. Las cosas, las tierras, los hijos... son de quién los trabajo, de quién los ama.

La obra es lírica y musical y a la vez épica, resultado de una adaptación de la obra de Brecht, una obra aún vigente en una realidad muy diferente pero no menos conflictiva. En esta obra encontramos referencias a la emigración, la ecología, el totalitarismo, el maltrato a la mujer o a los niños...

En una escenografía que sugiere más que muestra vamos encontrando el paso de la historia por boca de sus personajes, multitud de personajes perfectamente llevados por tan solo 8 personas pero sin crear ningún tipo de confusión sobre el momento, el tiempo de cada escena gracias a un vestuario acertado y una iluminación perfecta.

La música que nos acompaña en todo momento sirve tanto de introducción a cada escena como de refuerzo auditivo en momentos especiales. Las voces, acertadas, complejas en muchos pasajes, nos acompañan y acentúan la fuerza de una partitura que no queda atrás respecto a la épica de la historia.

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