El Devenir De Una Cultura Silenciada

El acontecer histórico ha exteriorizado diversas épocas dominadas por un nuevo autoritarismo, en el cual predominaron las influencias militares, principalmente en los países con un alto nivel de desarrollo económico, como Argentina, Brasil y Chile; donde los militares se apropiaron del poder desde una perspectiva mas bien institucional, sin el liderazgo de un caudillo tradicional y claramente sin el apoyo de los partidos políticos. Lechner describe este nuevo autoritarismo, como un Estado destructivo en los aspectos fundamentales, relacionados directamente con los derechos básicos de la población; restando así la evolución de procesos sociales culminantes, en que las luchas por el poder han revocado a la democracia misma, donde las oportunidades de reunión, desplazamiento e información se restringen de tal manera que esto produjo un retroceso en los niveles de bienestar social a que anhelaban los ciudadanos. Un país en democracia libera todo tipo de experiencias en los ciudadanos, provoca el sentir la libertad del alma, así es como se puede apreciar el concepto que tienen las sociedades que han pasado por regimenes autoritarios, o dictaduras como el caso de Chile, costo 17 años volver a vivir en democracia, lograr que el pueblo fuese quien eligiera un gobernante, que se permitiese la libre expresión, volver a vivir sin miedo a represalias, volver a encontrarse con una cultura dormida; silenciada.

La cultura ha sido y será por siempre un acto común en referencia a la cultura, es por medio de la cual, se puede esclarecer un pasado en el cual los hechos ocurridos en diferentes países de Latinoamérica, fueron horrendos. Constatar una memoria eficaz de lo vivido nos permite esclarecer una historia propia, mantiene viva una esperanza, un sueño de liberación. Es mediante lo anterior que puedo formular diferentes interrogantes con respecto a como la cultura a significado un hito de lucha con el pasar del tiempo, una manera de recordar lo acontecido.

La cultura es parte fundamental de nuestra memoria, puesto que nos proporciona recuerdos que quizás estén enterrados por las civilizaciones, por un miedo mundano a que no se vuelvan a cometer los mismos errores por parte de personas que tienen un alto poder de mando dentro de un país. Tomando en cuenta las dictaduras militares ocurridas en América Latina desde 1960 hasta 1980; la cultura ha sido un referente histórico potente a la hora de defender los derechos y opiniones de cada ciudadano. Tomando en cuenta los hechos culturales ocurridos en aquellas épocas, podemos dar cuenta que la cultura fue reprimida en todo su esplendor, puesto que todos los medios de comunicación fueron callados o censurados por el gobierno presente en cada país, el periódico, así también la música fueron parte de reprimendas innumerables, además de las manifestaciones ciudadanas y teatrales, puesto que demostraban un alto malestar por parte de los ciudadanos.

¿La cultura, en su constante lucha contra la dictadura, provoco una liberación del pueblo?

La llegada de los regimenes militares al poder, pretendía educar a un pueblo que vivía en una adormecimiento lleno reglas, en las cuales los ciudadanos pretendían vivir de igual a igual con quienes tenían una posición mas acomodada dentro del país, por tanto lo que pretendía la dictadura era poner orden y estructuras autoritarias donde ningún individuo era igual al otro, se median bajo patrones de clases sociales, y donde ningún ciudadanos, sobretodo perteneciente a la clase obrera tenia derecho a alzar la voz, donde las muestras culturales estaban prohibidas, ya que el solo hecho de reunirse mas de dos personas incitaba a la revolución, significaban una subversión del pueblo, una revuelta innecesaria para el poder.

Culturalmente los países en dictadura se fueron empobreciendo, las escuelas y universidades más pobres fueron cerradas, algunas carreras fueron simplemente desaparecidas, así como también muchos de los estudiantes que pretendían mantenerse firmes antes tales aberraciones. Cada vez los ciudadanos Latinoamericanos perdían el derecho a expresarse libremente, y optaban por la clandestinidad, no solo una clandestinidad subversiva, sino que también cultural, donde la música, la poesía, el teatro y hasta el periodismo, eran muestras de un pueblo con voz, acallados por un gobierno estricto, al cual no le convenía que el pueblo luchara por sus intereses.

Si bien hoy en día el pueblo puede expresar lo que piensa, muchas veces optan por guardar silencio por miedo, ese miedo constante que los persiguió durante décadas, el cual no permitió que tuvieran una libre elección de vida, los mantuvo oprimidos, silenciados, encerrados. Es aquí cuando la memoria marca una diferencia colosal, ya que a medida que los individuos hacen uso de esta, tienen una real conciencia de que no necesitan callar, puesto que ya fueron liberados de aquel ente represivo que no les permitía vivir libre; pero sin embargo apuesto también por el hecho de que todo aquel ciudadano que era participe de un pueblo en dictadura, con el pasar de los años, tenia claramente muy arraigado su sentido común, en el contexto de no participar en actos culturales, o actos significativos en contra del gobierno.

“Cuando decimos que alguien tiene sentido común, no solo queremos sugerir el hecho que utiliza sus ojos y oídos, sino que, como decimos, los mantiene –o así lo intenta- abiertos, utilizándolos juiciosa, inteligente, perceptiva y reflexivamente, y que es capaz de enfrentarse a los problemas cotidianos de una manera cotidiana y con cierta eficacia”

Los ciudadanos latinoamericanos hicieron uso de su sentido común, para poder luchar contra un gobierno dictador, mediante esto muchas familias evitaron ser detenidos, ser desaparecidos, ya que sabían y daban por sentado que no debían participar en actos culturales, no debían manifestar su descontento en contra del gobierno puesto que aquello traería severas consecuencias para sus familias. Cumplían reglas, trabajaban sin mirar hacia el lado, no hablaban ni susurraban su descontento, no permitían que sus hijos estuvieran de acuerdo con un gobierno o aberraciones en las cuales muchos de sus compatriotas perdieron la vida, pero a la vez tampoco permitían explicar el porque, preferían ser una persona “ignorante” sobre lo que ocurría en el país, antes que demostrar que tenían aires de revolucionarios.

Las manifestaciones culturales en los países que se encontraban en dictadura producían en los individuos una manera de liberación, un devenir de hechos a los cuales no estaban dispuestos a involucrarse, se pretendía

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