El Escoltado Y Su Entorno
Enviado por oskrburbank • 16 de Abril de 2015 • 939 Palabras (4 Páginas) • 122 Visitas
RESUMEN
Es lógico pensar que, cuando un escolta privado es asignado para realizar un trabajo de protección de una persona determinada, debe conocer de forma amplia, clara y concisa todo aquello que al protegido le rodea, es decir, su entorno. En este capítulo abordaremos todo el ámbito y circunstancias que el personaje trae consigo y son por ello de interés para el conocimiento, consideración y adaptación del profesional de seguridad al medio de trabajo.
CONTENIDO
INTRODUCCION
EL ESCOLTADO
SU ENTORNO FAMILIAR
SU ENTORNO PROFESIONAL
LA PRENSA
LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
EL PÚBLICO
INTRODUCCION
El escolta privado desarrolla su trabajo en relación con las actividades de una persona determinada. Como hemos visto en temas anteriores, esa persona puede ser potencialmente cualquier ciudadano, eso sí, sometido a unos riesgos determinados que pueden poner en peligro su vida e integridad.
Ese “cualquier ciudadano”, bajo el común denominador “sometido a riesgos determinados”, nos indica, por la amplitud de posibilidades, que es difícil establecer un perfil preciso de lo que en adelante llamaremos: escoltado, personalidad, o VIP.
El escolta como responsable de la protección y seguridad de “cualquier ciudadano”, debe convivir con un conjunto de realidades ajenas a él que conforman el entorno de su trabajo. En otras palabras, no puede ser ajeno a la persona y las circunstancias que le rodean, como son:
-La familia
-Colaboradores profesionales
-El publico
-La prensa
-Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
Por ser de gran interés para este tratado, plantearemos cada uno de esos elementos con más detalle.
EL ESCOLTADO
Toda persona que decide disponer de un servicio de protección, inicialmente, lo hace porque esta concienciado de su necesidad de seguridad.
Esta conciencia, en relación con su necesidad, le lleva a disponer de un servicio adecuado que le proteja de los potenciales riesgos a los que está sometido y continuar sus actividades vitales con normalidad. Tras ese momento inicial, puede surgir dos posiciones bien distintas:
Una encaminada a mantener esa conciencia de seguridad. Esta es la adecuada y correcta para el desarrollo de las actividades de protección, plasmándose en una colaboración permanente del escoltado en el quehacer diario del equipo de escolta.
Si por el contrario nos encontramos ante el segundo supuesto, que es la de desviar esa conciencia de seguridad al considerar que su necesidad está cubierta, la personalidad puede dificultar enormemente las tareas o actividades del servicio de seguridad. Ante este supuesto es tarea prioritaria del responsable del servicio convencer a la personalidad de todo aquello que le involucre y atañe en relación con su propia seguridad (educar su conciencia de la realidad).
La personalidad no siempre tiene formación en materia de seguridad, por lo que en muchas ocasiones el desconocimiento de estas puede confundirle en la interpretación lógica de las actividades
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