El Guevo

En Colombia, la jueza 56 Penal de Descongestión del Circuito de Bogotá solicitó, este miércoles, investigar al ex presidente Andrés Pastrana por la matanza de siete personas en el año 2002. En su decisión, la jueza pidió que se establezca el grado de responsabilidad de Pastrana con respecto a la violación de derechos humanos en el casco urbano del municipio de La Macarena, Meta, lugar donde se presentaron los terribles hechos.

Igualmente, la magistrada consideró que el entonces mandatario, al levantar la zona de despeje, no adoptó las medidas necesarias para proteger a los habitantes de las regiones que se quedaron a merced de las retaliaciones y la barbarie cometida por los grupos armados ilegales.

Debemos recordar, que hace poco, el ex mandatario atacó al gobierno venezolano y apoyó a la derecha de nuestro país en sus pretensiones desestabilizadoras. Para ello, Pastrana dedicó una misiva al presidente Santos, donde lo induce a "romper el silencio" respecto a las denuncias que realizó el presidente de la República, Nicolás Maduro, contra el ex mandatario Álvaro Uribe, donde lo acusó de dirigir un plan para matarlo.

Además, afanoso en su intento por deteriorar las relaciones entre los hermanos países, le expresó en la carta, al actual presidente colombiano Juan Manuel Santos, que “se corre el riesgo de que el proceso de paz, construido sobre el aval del señor Maduro, quede como rehén en sus manos y Colombia quede expuesta a indignidades y agresiones como las que hoy admite en silencio el señor presidente".

De este modo, este personaje defendió hipócritamente un proceso de paz que intentó impedir, al querer evitar que funcione la mesa de conversaciones de La Habana para la pacificación en Colombia, que está activa desde noviembre y donde Venezuela es país acompañante.

Es importante destacar que fue durante el gobierno de Pastrana cuando se gestó el peligroso acuerdo bilateral denominado Plan Colombia entre los Estados Unidos y Colombia. El Plan Colombia fue, en realidad, un plan piloto para probar y ejercitar los pilares básicos de la geo-estrategia de dominación que implementa Estados Unidos sobre el continente latinoamericano, con la excusa de combatir el narcotráfico y la insurgencia.

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