El Indignante Consejo De Seguridad De La ONU
Enviado por barbaramontilla • 2 de Julio de 2014 • 930 Palabras (4 Páginas) • 168 Visitas
No hace más de cinco años, cuando el ex presidente norteamericano George W. Bush finalizaba su presidencia republicana, se abría una esperanza en el mundo de que las Naciones Unidas (ONU) dejaran de estar relegadas a un segundo lugar. Esto, ante la actuación de Estados Unidos en la toma de decisiones de manera unilateral que extirparon la solución de los problemas mundiales a través del carácter multilateral de la Organización.
En 2009, con la llegada de Barack Obama al poder y sus supuestas ideas de justicia y apoyo a los pobres, se pretendía un acercamiento conciliador que se apoyara más en los medios diplomáticos que en los militares pero las perspectivas quedaron en simples promesas. El ejercito del estadounidense aún se encuentra en Afganistán, a pesar de que Osama Bin Laden ya fue encontrado y asesinado; la prisión de Guantánamo y su sistema policial y penal sin garantías todavía siguen funcionando; y mucho más reciente, el frustrado ataque contra Siria, que se pretendía realizar como represalia por el uso de armas químicas en agosto pasado, contra la población civil en las periferias de Damasco, estuvo a punto de consolidarse sino es por la posición de Rusia en el Consejo de Seguridad. En este caso, el privilegio ruso volvió a mostrar el juego de poder que entretejen los miembros permanentes dentro de esta selecta cúpula de la Organización. Además, se evidenció la desigualdad reinante en el seno de dicho espacio, que no sólo tiene la facultad de realizar recomendaciones a los gobiernos sino que ejecuta resoluciones y obliga a sus miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo establecido en el capítulo séptimo de su Carta fundacional1. Para que esta anacrónica y poco representativa Corte Suprema del mundo, nacida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, haga frente a la geopolítica del siglo que empieza, sus Cinco Grandes, que todavía parecen estar repartidos en el tablero de la Guerra Fría, deben de terminar de salir, de una vez por todas, de su utopía obsoleta de un mundo bipolar.
El historiador y político francés Alexis de Tocqueville, en el siglo XVII ya había analizado el futuro de la democracia en América y según él, la “igualdad” que experimentan las sociedades democráticas, las conlleva a un “individualismo” que crece cada vez más a medida que se uniformizan sus condiciones de vida2. No parece entonces inconcebible pensar por qué Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, actúan como un subgrupo que comparte ideales de democracia, libertad, imperio de la ley y apertura de mercado, frente a otro muy distinto conformado por China y Rusia, con grandes economías, distinta manera de ver el mundo aunque menor peso específico en el ámbito global. Pero el multilateralismo, tema que la Casa Blanca siempre prefirió esquivar, es un requerimiento antiguo en el Consejo, tanto así que el propio Obama, cuando era Senador, refiriéndose a los asuntos de “legítima defensa” en el área de relaciones internacionales, aseveró: “Cada vez
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