El Lenguaje De La Sexualidad
Enviado por Faby_hola89 • 8 de Abril de 2014 • 416 Palabras (2 Páginas) • 307 Visitas
Las palabras utilizadas para nombrar al pene, a la vagina, y en general a aquellas que hacen referencia a la sexualidad, fungen como códigos que utilizamos en la vida cotidiana y creemos que estamos utilizando “sinónimos” cuando en realidad de lo que estamos haciendo uso son de eufemismos y disfemismos. Los primeros para hablar de algo de forma más “suave y decorosa” de expresiones que sería malsonantes, solemos utilizar estas palabras porque se nos ha educado creyendo que si mencionamos determinadas palabras “nos vemos mal, nos oímos mal, no se deben decir”, etc., porque socialmente no aceptadas y se encuentren ligadas a prejuicios. Por su parte los disfemismos tienen connotaciones peyorativas que rebajan con comparaciones metafóricas, irónicas o por el parecido fonético que tienen unas palabras con otras, sin embargo éstas se escuchan peor que si llamamos al pene o a la vagina por su nombre.
Estos eufemismos generalmente los adquirimos mediante el lenguaje, como herramienta básica de comunicación, que inicialmente nuestros padres usan con nosotros. Por ejemplo para hablarle a un niño de sus genitales es común escuchar: - Nadie puede tocarte “ahí”, tapate “tus partes”, no olvides limpiarte bien la “coli” o “el pajarito”, etcétera. Por otro lado en cuanto a los disfemismos y el sentido negativo y hasta ofensivo que manifiestan los adquirimos en nuestros entornos sociales y hacemos uso de ellos sin si quiera tener un significado de la palabra, y mucho menos un sentido, y la usamos solo para no exponernos a la crítica que genera el prejuicio de mencionar coito, sexo, condiciones homosexuales o praticas sexuales no bien vistas como la masturbación así como todo aquello de lo que nos resulta vergonzoso hablar, que quisiéramos mantener en lo privado y que incluso nos genera ansiedad.
Siguiendo en la línea de los disfemismos las palabras que se dijeron en la práctica y que entran en esta conceptualización serían muchas, algunas son comida como si fuera algo necesario, fácil de obtener, rico o sabroso, como si los genitales fueran cualquier cosa disponible para comerse o que se vende en todas partes.
Es por esto que, nos damos cuenta en la práctica, de la amplia gama de eufemismos y disfemismos utilizados en el lenguaje de la sexualidad, mientras que para otras partes del cuerpo no tenemos otras formas de llamarlas. En sí mismo los temas relacionados con la sexualidad en nuestra sociedad, como en muchas, es un tema tabú y se prefiere maquillar la realidad con estas expresiones cuando es necesario hablar “del tema”.
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