El Pensamiento Creativo

La creatividad se refleja desde edad muy temprana, donde se puede descubrir la

verdadera vocación a través de un talento.

Desarrollo.

¿Cuántas veces hemos visto jugar a nuestros hermanos, primos o a algún otro

niño y siempre mencionamos: wow! que talentoso es para eso…? Pero cuando

recobramos el sentido de la realidad, vemos que aquel niño se convirtió en lo

contrario a lo que pensábamos que sería bueno o bien que llegó a ser lo que

esperábamos que fuera. Seguro hemos leído, escuchado alguna historia de algún

personaje famoso, de los cuales lo primero que nos llama la atención es la edad

a la cual empezó a desarrollar su talento, por ejemplo se me ocurre mencionar la

vida de un rapero que a la edad de los 13 años ya se había incorporado a las filas

de una de las casas de entretenimiento más importante de su país, sorprendiendo

a muchos por la habilidad que tenía al parafrasear tan rápido y de forma tan

clara, actualmente se trata de uno de los íconos (en todos los aspectos) más

sorprendentes de los que se pueda hablar. Mucho se puede reflejar de la familia

de la cual tiene origen, pero si bien los casos más fenomenales vienen de hogares

donde son los primeros en experimentar tales éxitos. Los niños no tienen miedo

a nada, por esa razón pueden ser capaces de hacer y deshacer, de experimentar

todo lo que su mente les regale, una parte importante es saber que ellos no tienen

malicia, o al menos a cierta edad no la conocen. Los principales frenos para el

desarrollo del talento de un niño, suelen ser lo adultos, en este caso los padres,

ya que son los que empiezan a inculcarles ciertas ideas y pensamientos, y pierden

la inspiración y lo que podría haber sido pasión para continuar, cuando eso pasa,

el niño puede presentar indicios de carácter para confrontar y aferrarse a lo que el

quiere, claro a cierta edad considerable, cuando lo que hace no lo llena. Algunos

suelen ser muy débiles para defender lo realmente quiere, pero en cierta parte

de su vida se dan cuenta y tratan de inculcárselo a sus predecesores. Desde

niño podemos experimentar nuestras cualidades, aficiones, pasiones para más

tarde retomarlas y poder desarrollarlas en cualquiera de las áreas que decidamos

estudiar o emprender.

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