El Soldado Herido
Enviado por SusyGa21 • 14 de Octubre de 2014 • 403 Palabras (2 Páginas) • 765 Visitas
EL SOLDADO HERIDO
El soldado herido Jacinto y Rosendo eran dos niños que vivían en una hacienda de Puebla por 1840. Sus padres estaban empleados en los trabajos de labranza y ellos se hicieron amigos. Compartían todo, incluyendo sus sencillos juguetes, como una resortera, un trompo y un balero. Un día pasó por la hacienda un vendedor de objetos usados. A los niños les fascinó un viejo soldado de tela. Descubrieron que, juntando las monedas de cada uno, podrían comprarlo. De día pasaban horas jugando con el soldado, de noche éste los cuidaba. Así corrían los meses hasta que, en una ocasión, los niños discutieron por un chisme sin importancia. Llegaron a las manos y comenzaron a disputarse el soldado de tela. Uno lo jaló de los brazos y otro de las piernas hasta que se rompió. Rosendo se alejó furioso; Jacinto recogió al soldado y se lo llevó a su madre para que lo cosiera; lo cargaba siempre como amuleto. No volvieron a hablarse y el destino los llevó por diferentes rutas. Entre 1858 y 1861 México se hallaba sumido en una terrible guerra entre dos bandos contrarios, los liberales y los conservadores. Aunque todos los combatientes eran mexicanos, peleaban por ideas contrarias. El centro del país estaba en llamas y morían centenares. Los dos niños de Puebla eran ahora mayores de edad. Jacinto encabezaba una tropa liberal, Rosendo una tropa conservadora. Ambas tropas se encontraban en un paraje del Estado de México y se prepararon para combatir. Cuando la batalla estaba a punto de estallar Jacinto caminó hasta el campamento de Rosendo para hablar con él. Rosendo lo reconoció de inmediato. Jacinto metió la mano en la bolsa de su abrigo y sacó al viejo soldado de tela, con las gruesas puntadas que eran su cicatriz: “Amigo —le dijo a Rosendo—, hace años herimos de muerte al mejor de nuestros hombres. ¿Es justo que hoy enfrentemos a soldados de carne y hueso?”. Conmovido, Jacinto abrazó al juguete e indicó a su tropa bajar las armas.
¿Valió la pena poner fin a la amistad por un chisme sin importancia?
¿Qué hubieran podido hacer Jacinto y Rosendo para hallar una solución a su problema?
¿Por qué desquitaron su coraje con el soldado de tela?
¿Qué hubiera ocurrido si las dos tropas se hubieran enfrentado en la batalla?
¿Existirían guerras si las personas que las organizan fueran más reflexivas?
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