El Valor De La Lectura En Un Estudiante Universitario

La familia es el primer escenario significativo para la formación del lector y cuando esta atmósfera es propicia la lectura llega a ser una actividad placentera y se convierte en un acto casi natural; sin embargo, la formación básica que los estudiantes reciben tanto en el hogar y posteriormente en la Educación Básica y Bachillerato no es suficiente para adelantar con éxito sus estudios universitarios, por este motivo es necesario continuar en el proceso de volvernos buenos lectores.

Hoy en día la lectura sigue matizando cada uno de los aspectos de nuestra vida la hallamos en los libros, en la red, periódicos, anuncios, letreros, entre otros. Pero lamentablemente la lectura sigue siendo una de las actividades menos practicadas, tal es así que por lo menos el 80% de las personas que “saben leer y escribir” casi nunca leen nada, es decir son analfabetos funcionales y para caminar por una sociedad donde la información es superabundante y está en continuo crecimiento tenemos que servirnos necesariamente de la lectura que nos permite convertir la información en conocimiento.

Esta actividad no sólo permite el acceso al conocimiento y a la cultura, sino que también es un medio transmisor de actitudes y valores sociales. Ella nos acerca a otras formas de pensar, de actuar y de sentir, desarrollando así la capacidad crítica e imaginativa, haciendo del lector un ser humano cada vez más autónomo y libre.

Además nos ayuda a ser críticos frente a lo que el mundo nos ofrece, para tomar nuestras propias decisiones y aprender a ser nosotros mismos. Es por eso que tenemos que darle a la lectura un lugar muy importante en nuestras vidas, y más aún hoy como estudiantes universitarios.

Porque la lectura en la universidad no es sólo más extensiva sino también más densa, por cuanto la complejidad de los textos exige del estudiante un mayor rigor y profundidad analítica. Y no se limita a los textos asignados por los profesores, sino que exige la consulta de otras fuentes documentales que el estudiante debe seleccionar, comparar y valorar críticamente.

De ahí que, el valor de la lectura, la escritura y la expresión oral para un estudiante de nivel superior, no radica solamente en su condición de medios para acumular información o para rendir cuentas del conocimiento adquirido en la universidad sino ante todo, como instrumentos poderosos para producir y transformar el conocimiento, elevar la calidad de los aprendizajes, desarrollar su pensamiento crítico y hacerlos partícipes en el proceso de formación.

A lo anterior se suma que la capacidad para comunicar las ideas de una manera clara y convincente en forma oral y escrita constituye una condición indispensable para el desempeño profesional, el crecimiento personal y el ejercicio de una ciudadanía responsable.

(María Elena Cajo, El valor de la lectura en un estudiante universitario)

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