El análisis de la animación japonesa

Estética

Productos a analizar:

“Neon Genesis Evangelion: The End” y “Guardianes de la galaxia”

Alumna: Sophia Castillo Castro

“Los emaki, que se desarrollan poco a poco para descubrir cada escena, crean la sensación del paso del tiempo y de la progresión de la acción como en el caso de los manga al desglosar las historias en viñetas y por supuesto como ocurre igualmente con los dibujos animados”

– Isao Takahata (2007)

La animación japonesa avanza paralelamente al manga (comic japonés), de modo que para investigar los orígenes es necesario mencionar a los primeros dibujos caricaturescos y desde mas antes aun: el manga.

El ser humano siempre se ha visto atraído por captar todo lo que encuentra a su alrededor y ha tenido muchas formas de hacerlo, una de esas formas ha sido el dibujo. La cultura japonesa, no se ha visto excluida de usar estos métodos y ya desde finales del siglo VII realizaban dibujos en los templos hechos por los artesanos pero como estos eran de poca importancia, fueron tapados tras una nueva edificación.

A partir del siglo VIII hasta el XII aparecen los emaki, que era rollos de pintura que mostraban temas como la religión o la literatura y era precisamente este carácter que hiciera que únicamente esté ligado a la aristocracia y por ende, estuviera mucho más valorado. Actualmente son considerados patrimonios culturales. En esta misma época surgen los Toba-e que eran de contenido caricaturesco en donde los animales actuaban de una manera muy parecida a la humana.

Si hablamos de animación japonesa, en sus principios no era como sería conocida hoy en día por sus dibujos particulares. Todo empezaría con unos dibujos animados que apenas durarían un promedio de 2 o 4 minutos. En este periodo (1910 – 1950) se destacan 3 pioneros: Oten Shimokowa, Jun-ichi Kouchi y Seitaro Kitayama. En 1917 estos producen, de forma independiente y utilizando diferentes técnicas, las primeras animaciones de ese país.

Shimokowa practicó técnicas de animación dibujando sobre una pizarra lo cual se le hacía más sencillo de poder borrar las partes móviles de la animación. Su trabajo fue muy arduo debido a que en esa época no existía algún manual sobre cómo dibujar o realizar ciertas técnicas de dibujo. Se cree que Shimokawa se inspiró en películas animadas traídas del extranjero por lo que puede decirse que el anime nace de la idea de ‘dar movimiento a la imagen dibujada’.

Por otro lado, Kouchi usó la técnica de los recortables y fue considerada superior a la de todos sus contemporáneos. En 1920 ya llega a incorporar a sus bocetos tonalidades grises que solo hasta entonces se habían realizado con tinta china. A la par de Kouchi, surge Kitayama quien fue el pionero en cuanto a animación japonesa. Su pasión por los cuentos infantiles lo llevó a que sus primeras animaciones fueran leyendas populares experimentando diferentes técnicas de dibujo.

Ya en los años 30´s surge la figura de Yasuji Morata quien desarrollaría sus propias ideas y junto a Ofuji, quien era un maestro en cuanto a la técnica de sombreado para las animaciones y es a el mismo que se le reconocen las mejores animaciones de la época. Si bien ambos únicamente solo ganarían reconocimiento dentro de Japón, Kenzo Masaoka fundaría una productora dirigiendo varios cortos animados y siendo reconocido en el otro lado del mundo, como Estados Unidos y ya para 1935 sería conocido como el “Disney Japonés”.

Los dibujos animes normalmente son de carácter realista aunque suelen estilizarse ciertos rasgos faciales –especialmente en los ojos, boca y nariz-. El ojo anime ha sido desde los inicios un elemento que ha caracterizado a los dibujos japoneses convirtiéndose en un rasgo distintivo. Según Giannalberto Bendazi, estos ojos de gran tamaño pueden corresponder en sus orígenes a una “transposición del modelo norteamericano” - con la

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