El cobarde

El Cobarde

"El Cobarde", una preciosa letra que me llega; él vive en un pueblo pequeño, no odia a nadie y se encuentra que le llevan a la guerra a la fuerza, que tiene que disparar a seres humanos, dispara al azar "bala perdida que mata cualquier inocente con ansia de paz", le aconsejan callar, seguir el rumbo como los demás, pero él ha dejado todo para seguir lo que no cree ni entiende, estuvo preso, es tachado de cobarde y ahora espera poder regresar con los demás;  es precioso el tema, simplemente ser felices.

Parece casi que paradójico, ubicándonos en Colombia, que constitucionalmente se nos brinden derechos fundamentales como libertad de pensamiento, libre desarrollo de la personalidad e ideología, pero sin embargo aun se obliga a nuestros jóvenes a intervenir en un conflicto del que apenas han escuchado algo por las noticias.

Podríamos encontrar en muchos de nosotros “El Cobarde”, pues muchos tenemos un espíritu  pacifista, que nos lleva a cuestionarnos de cuáles son las razones de estar en nuestra patria, allí peleando contra semejantes, en una guerra que lleva años y de la que no conocemos muchos, porque en nuestras clases de historia poco se habla de esto.

Decidir negarme a prestar servicio militar obligatorio, decidir que no quiero tener mis manos untadas de la sangre de mi hermano, decidir que no creo en esta guerra, decidir que no me gustan las armas, decidir que me gusta vivir en un pequeño pueblo y ser campesino y amar a mi vecina, termina convirtiéndome en un delincuente peligroso para la sociedad, soy un remiso y por ello debo pagar.

A los jóvenes se les obliga a callar de lo vivido en el conflicto, de los abusos de autoridad, de falsos positivos, de los maltratos por parte de superiores y entre otras tantas reservas, convirtiendo al joven en un cómplice más.

Al purgar su condena por remiso, el joven intenta retomar  su vida antes de la guerra, pero es víctima de discriminación por haber abandonado las armas

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