El concepto de unidad nacional
Enviado por iamp19 • 21 de Noviembre de 2013 • Tutorial • 1.600 Palabras (7 Páginas) • 350 Visitas
La unidad de una nación es un estado de existencia que puede tener diversas calidades, y de hecho en una sociedad como la cubana cuyos objetivos de transformación revolucionaria han requerido y requieren tanto de la energía concertada del pueblo para la obra común, como de su defensa, la unidad deviene tan elemental como la existencia misma del proceso revolucionario. La unidad revolucionaria (su preservación y fortalecimiento) se convierte así en una condición necesaria para cumplir los objetivos revolucionarios y en objetivo revolucionario ella misma, lo que requiere comprenderla en su natural complejidad y trabajar consciente e inteligentemente en su forja.
La unidad nacional es también un valor ideológico y político, un elemento fundamental de la cultura política del ciudadano cubano, ya que el hecho mismo de la dignificación de la actividad política, de la capacidad y posibilidad de ejercerla en función de la igualdad y la justicia social, esto es, en beneficio de las grandes mayorías, está indisolublemente vinculado al sostenimiento de esa unidad.
Unidad, unidos, unión, son palabras que simbolizan una voluntad política, los lemas y consignas que evocan la unidad simbolizan esa voluntad; sin embargo, la unidad es también una construcción, un proceso, y como todo fenómeno social es dialéctico, vale decir cambiante, en desarrollo, dependiente de una multiplicidad de factores condicionantes internos y externos, construcción en la que la ideología revolucionaria juega un papel fundamental.
Al analizar la unidad, al igual que al analizar la ideología, conviene verla como fenómeno social, como concepto y como término. Unidad, derivada de uno, es calidad de uno, algo que expresa una integración tal que no admite división sin fraccionamiento. Unidad evoca compactación, acercamiento, fusión, acción común, etc., si uno la imagina algo idéntico a sí mismo, compacto. Así, por ejemplo, un símbolo de la unidad del pueblo cubano puede ser la expresión plástica de una persona en tamaño monumental, portando los símbolos nacionales, el escudo, la bandera.
El análisis de la complejidad de la unidad a la que nos referimos arriba podría comenzar ya mismo por el debate acerca de qué persona debería simbolizar la nación. Muchas veces la república, por ejemplo, se simboliza con la mujer blanca con el gorro frigio, la bandera…, es la madre patria. Patria es sustantivo del género femenino, madre es matriz, generatriz, en fin existen obvias razones para la adopción del símbolo de la mujer. Pero no deja de ser también una convención, algo aceptado; podría ser también un hombre joven negro, o un niño mulato, o una persona madura. Todos son componentes en pie de igualdad de la nación, con derecho a que sus rasgos sean los representados.[1]
Es así, como en ese uno imaginario con todas las posibilidades infinitas de la imaginación, ya chocamos con la inevitable realidad de lo diverso.
Cuando hablamos de unidad en términos sociales estamos igualmente obligados a definir de qué unidad hablamos: si de unidad política, unidad ideológica, unidad económica, o de unidad en todos los aspectos antes mencionados, unidad para determinados fines o para todos los fines, unidad de una parte de la población, de la mayoría de la población o de toda la población, etc.
Cualquiera podría decir que estas preguntas son innecesarias y responder de plano que se sabe que es la unidad del pueblo. Correcto, pero si aceptamos reducir el concepto de unidad a una formulación general, estaríamos renunciando a comprenderla como proceso complejo, estaríamos capacitados solamente para decir eso: “unidad del pueblo”, pero no sabríamos realmente cuáles son los resortes esenciales que nos permitirán desarrollarla, construirla, fortalecerla y estaríamos anulando el papel de la ideología revolucionaria o simplemente reduciéndolo a un consignismo vacío y formal.
Corresponde entonces definir de qué unidad estamos hablando. Esta definición es en sí misma un asunto complejo y no se puede hacer sino reduciendo, haciendo abstracción de numerosos aspectos y reteniendo lo que consideramos fundamental. Por ello propongo convenir[2] que cuando hablamos de unidad del pueblo cubano estamos hablando de la unidad de sus grandes mayorías en los procesos económico, político, jurídico, ideológico, medioambiental, cultural, para todos los fines fundamentales de la sociedad cubana y en una perspectiva presente y futura de largo aliento. Alrededor de esta definición podría concretarse la recogida de información viva como parte del estudio de la cultura política.
Hablamos entonces de unidad del pueblo cubano, en la que se articulan los ciudadanos cubanos, el pueblo cubano entre sí, teniendo como escenario principal el medio natural que nos proporciona el hábitat nacional, es un proceso que tiene lugar fundamentalmente en el espacio nacional que abarca el territorio del país, sus aguas territoriales y su cielo. Esa unidad del universo cubano es un proceso histórico, espacial-temporal y al ser unidad del universo cubano, estamos frente a lo que es simultáneamente uno y diverso. Unidad, entonces, es unidad de lo diverso, unidad en la diversidad.
La unidad también es convivencia. No puede concebirse la unidad nacional, la unidad del universo cubano si no hay un equilibrio determinado, una armonía en la convivencia
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