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El deporte en mexico de 1889 a 1900


Enviado por   •  21 de Abril de 2017  •  Ensayo  •  3.303 Palabras (14 Páginas)  •  1.424 Visitas

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EDUCACION EN MEXICO 1889-1900

El deporte en la ciudad de México (1896-1911) Gerson Alfredo Zamora Perusquía Facultad de Estudios Superiores-Acatlán  Universidad Nacional Autónoma de México Introducción En 1896, el deporte en México recibe un impulso fundamental. Ese año, nació la primera publicación exclusivamente deportiva, el Mexican Sportsman. Este semanario, que sólo duró un año, mostró en sus páginas gran parte de lo que las clases altas y medias del país comenzaban a adoptar en su vida cotidiana: el llamado sport. Con el paso del tiempo, la gran mayoría de los diarios, semanarios y revistas ya publicaban de forma recurrente lo que sucedía con esas nuevas distracciones deportivas que llegaban tanto de Europa como de los Estados Unidos y que estaban causando sensación entre la gente que las practicaba. Este estudio tiene como eje rector, precisamente, mostrar cómo fue recibido el deporte en la capital de la república en los años 1896-1911. Las fechas, como la historia, no son causa del azar, la primera marca el nacimiento del Mexican Sportsman, pero también el año en el que nace el Reforma Athletic Club, la institución decana en lo relacionado con el deporte capitalino, y a mi entender, por lo mencionado antes, un año fundamental en la historia del deporte mexicano. La fecha que limita el trabajo, 1911, es porque éste es el último año en el que Porfirio Díaz se encuentra en el poder, así que me parece que en ese año se cierra un ciclo generacional y de mentalidades. Las fuentes que utilizo son en su gran mayoría periódicos y revistas de la época. Lo hago así porque considero que para pulsar la vida cotidiana no hay fuente mejor que las fuentes hemerográficas, que ven el acontecer diario y las impresiones de la sociedad. La bibliografía utilizada ha sido de gran apoyo, sobre todo, para resaltar algunos hechos o comparar acontecimientos que, ya desde la calma y la precisión de los análisis históricos, toman un matiz diferente. Es importante señalar que la incorporación de fotografías en este trabajo, espero, dan realce a lo escrito. Roland Barthes en su maravilloso libro La cámara lú- Una primera versión de este estudio fue presentado en el seminario “Cotidianidad y ocio en la ciudad de México” del Posgrado en Historia, que dirige la doctora Eugenia Wallerstein D. de Meyer. Boletin 91_TERCERAS.indd 2 01/07/2011 11:02:26 a.m. Históricas  91  cida divide el estudio de las fotografías en studium y punctum. Para él, el studium es cuando vemos la fotografía como testimonio político, histórico o cultural que nos da señales en las formas de vestir y de hacer de parte de la sociedad que aparece retratada. La segunda forma de ver la fotografía, el punctum, es cuando la vemos de forma personal, cuando hay algo que nos produce un pinchazo, un corte, que se orienta en cosas personales que nos llaman la atención. Creo que las imágenes que acompañan el presente texto, ocupan la primera de las clasificaciones, pues lo que trato es de señalar, precisamente, el testimonio histórico. Todas las fotografías son del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo), del inah, con sede en Pachuca, Hidalgo. El trabajo, en su estructura, está dividido en seis breves partes. La primera es un pequeño marco histórico que nos sitúa en la época y en el tema. La segunda habla sobre la ciudad de México y los cambios que sufrió a raíz de la llegada de los deportes. La tercera parte se encarga de exponer los deportes en los que la mujer se desenvolvía; no eran deportes exclusivos de ella, pero sí era aceptada su participación. La cuarta parte es sobre los deportes que sí eran exclusivos de hombres como el fútbol y el béisbol; hubo otros, claro, como el box y el rugby, pero esos deportes, considero, no dejaron huella importante en la época estudiada. La quinta parte es una breve mención de cómo fue visto y cómo influyó el deporte en la educación. La última parte corresponde a las breves conclusiones. Marco histórico Durante todo el siglo xix México vivió momentos de gran inestabilidad: guerras internas, pérdida de territorios, invasiones extranjeras, etcétera. Fue con la llegada de Porfirio Díaz al poder cuando las cosas comenzaron a estabilizarse, sobre todo en la última década del siglo. En esta época de auge de la dictadura porfiriana, entre otras cosas, se puso fin al bandolerismo; se consiguió dominar en el norte del país a los apaches; la relación con la Iglesia era firme; el ferrocarril comunicaba a la nación, y la inversión extranjera estaba en su apogeo. No sólo los negocios y la política significaron cambios profundos. También en esta última parte del siglo, la sociedad mexicana vio aparecer en el horizonte los cambios tecnológicos, mecánicos, sociales y culturales que Europa y Estados Unidos trajeron consigo, con lo positivo y lo negativo que éstos implicaron. Ante esta calma que vivía el país, no es casualidad que los hombres de negocios, en especial los extranjeros, buscaran diversiones para ellos y sus familias. Dice Norbert Elías y Eric Dunning que: “El auge de los deportes es consecuencia de Roland Barthes, La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía, Barcelona, Paidós, 2006.  Ibidem, p. 58-59. William Beezley, “El estilo porfiriano: deportes y diversiones de fin de siglo”, en Cultura, ideas y mentalidades, México, El Colegio de México, 1992, p. 277. Boletin 91_TERCERAS.indd 3 01/07/2011 11:02:26 a.m. HISTÓRICAS  91 la búsqueda de emoción en sociedades apáticas”. La “paz porfiriana” amainó la lucha por la supervivencia hasta el punto en que la sociedad buscó la emoción en los riesgos del deporte. Este auge lúdico, incipiente aún, muestra por un lado que los extranjeros se sentían muy cómodos en nuestro país, pero también que las diversiones importadas eran aceptadas además por la población mexicana, al menos por la más pudiente. La confianza en el futuro, en los negocios y en la tranquilidad del país, hizo que se adoptaran nuevas actitudes; a esta renovada forma de ver la vida es a lo que William Beezley llamó “persuasión porfiriana”. La ciudad y el deporte No sólo la sociedad cambiaba costumbres y diversiones, también la ciudad de México, acorde con estos tiempos, vio aparecer nuevas construcciones con la finalidad de albergar a los nacientes deportistas. Clubes sociales, de etiqueta y lujo, empezaron a decorar la capital; y los habitantes, también, comenzaron a apropiarse de ella, a darle su forma, a recorrerla de arriba a abajo, en automóvil o en bicicleta. Comenzó una verdadera transformación, esa de la que habla Michel de Certeau, “la ciudad es lugar de transformaciones y de apropiaciones, objeto de intervenciones pero sujeto sin cesar enriquecido con nuevos atributos: es al mismo tiempo la maquinaria y el héroe de la modernidad”. Por doquier se inauguraban clubes atléticos, muchos de ellos en los lugares más exclusivos de la capital del país, como Reforma o Chapultepec, pero también en las afueras de la metrópoli, como Churubusco o Xochimilco. La gran mayoría de éstos fue creaación de extranjeros residentes, pero también se dejaban ver algunos de los personajes más encumbrados del espectro social mexicano como don Pedro Rincón Gallardo, gobernador del Distrito Federal, o don José Yves Limantour, ministro de Hacienda. Algunos de los clubes más importantes fueron: • Reforma Athletic Club, fundado el 20 de marzo de 1894, fue construido en los terrenos que hoy ocupan una parte del Deportivo Chapultepec. Al principio, ahí sólo se jugaba tenis y criquet, pero con el tiempo llegaron el rugby, el atletismo y el fútbol. • Country Club de Churubusco, donde se practicaba el golf.  Norbert Elías y Eric Dunning, citado en William Beezley, op. cit., p. 219.  Ibidem, p. 227.  Ibidem, p. 220.  Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano. i. Artes de hacer, México, Universidad Iberoamericana/Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, 1996, p. 107. Boletin 91_TERCERAS.indd 4 01/07/2011 11:02:26 a.m. Históricas  91 • Reforma Country Club, donde se le daba espacio al béisbol. • Mexican National Athletic Club, donde se enseñaba atletismo y boxeo. • Bicycle Riding School, localizada en el Paseo de la Reforma, brindaba sus servicios para la gente interesada en el pedaleo. • Lakeside Mailing Club fue la prueba más evidente de la adopción mexicana de las distracciones europeas y norteamericanas. En este club se organizaban regatas en el lago de Chalco y en Xochimilco.10 Estos centros de diversión reflejaban y reafirmaban la elegancia y el statu quo de los empresarios del país. Fueron centros no sólo deportivos, sino también de etiqueta y lujo. Una descripción de uno de estos clubes nos dará una idea: Visitándolo se admiran los amplios salones donde elegantes señoritas y distinguidos caballeros se entregan a los placeres de Terpsícore. Hay también un teatro que fue donado por Eduardo Orrín. Otras dependencias son el bien montado restaurante y el confortable salón de refrescos. La planta alta está ocupada por elegantes cuartos cuyo alquiler es muy solicitado. Nada más grato que salir a las terrazas desde las cuales se dominan los vastos terrenos para los juegos de base-ball, golf, foot-ball, y sobre todo tenis.11 La prensa fue muy importante para difundir las cosas del sport, y por supuesto, también las publicaciones dirigidas a las mujeres encontraron un espacio en sus noticias. Para dejarnos constancia de la significación que tuvo en la alta sociedad porfiriana la inauguración del Country Club, ésta fue relatada en una de esas publicaciones. Como nota saliente de la quincena, tengo que dar cuenta a mis lectoras de la inauguración del Country Club, de ese precioso sitio de recreo que se ha levantado en el histórico Churubusco. La inauguración fue solemne. De la plaza de armas partieron los nuevos carros que acaba de recibir la compañía de tranvías eléctricos ocupados por el señor ministro de Inglaterra, el señor Hudson; el presidente del Ferrocarril Central, el señor Ignacio Sepúlveda, y los señores Guillermo Carrillo e Ignacio Zea, ayudantes del señor gobernador. Muchas de las personas invitadas fueron en automóvil, como el señor gobernador Guillermo de Landa y Escandón. Una espléndida fiesta armonizaba valses, danzas, two steps que eran bailados magistralmente, con elegancia y chic distinguidísimos, por miles de muchachos y muchachas que por su juventud no se habían cansado aún de todo un día de continua fiesta.12 Pero no sólo la prensa enfocada en el público femenino escribía sobre lo que estaba “de moda”, también los hombres obtenían la información necesaria. Si deseaban  Javier Bañuelos Rentaría, Balón a tierra (1896-1932), México, Clío, 1998, p. 1. 10William Beezley, op. cit., p. 223. 11 Luis Everaert, México 1900, México, Salvat, 1994, p. 118-119. 12 Álbum de Damas, 1 de agosto de 1907, p. 24. Boletin 91_TERCERAS.indd 5 01/07/2011 11:02:26 a.m. HISTÓRICAS  91 mostrar sus habilidades ingresando a un equipo de rugby o fútbol, los periódicos continuamente ofrecían lugares en los equipos o proponían formar uno nuevo. It would be interesting to know how many players there are in the city and whether they play the rugby or the association form of the game. It has been suggested to the sportsman that an invitation be extended to all the football players of the city to communicate with this office with the object of forming a team. In order that this be effective it would be necessary that each player state which form of the game he has played and whether he has played them both, which he prefers and, finally, if he be willing to play either in order to forward the interests of the sports.13 México sin lugar a dudas estaba cambiando, al menos en sus estratos sociales más altos. Los deportes y las mujeres Los deportes modernos, de los que me ocupo en este trabajo, tuvieron sus inicios durante la época porfiriana. Algunos se practicaban con mayor frecuencia que otros, pero la gran mayoría tenía su afición. Es de llamar la atención que, a pesar de la discriminación que existía hacia la mujer, la prensa propusiera que se dejara también a las muchachas practicar algún deporte. Es obvio que algunos deportes de mucho contacto, como el fútbol y el rugby, prácticamente estuvieran prohibidos para el sexo femenino, pero la prensa incitaba a que las mujeres perdieran el miedo a las bicicletas, a los patines, al golf, al tenis o al básquetbol. Y había algunos otros deportes, que no los considero como tales, a los que las mujeres podían acceder fácilmente; es el caso de la equitación o del billar. A continuación haré una breve exposición de los deportes que, no siendo exclusivos de las mujeres, sí marcaron un cambio en sus costumbres y sus modas. Si hubo un deporte que se extendió muy rápido entre la población mexicana, fue el ciclismo. En casi todos los diarios y las revistas consultados se hace mención de los beneficios que acarreaba subirse a la bicicleta y dedicarse al pedaleo durante un rato. Aunque no todos tenían los recursos para comprar una bicicleta, pues costaba alrededor de 150 pesos, sí hubo, a mi entender, un cambio enorme en la ciudad debido a su uso. Las primeras bicicletas llegaron a México, desde Boston, en 1869. No está de más decir que no eran bicicletas seguras, y tampoco era fácil aprender a montarlas; se les llamaba las “sacudehuesos” por el tipo de ruedas que usaban.14 En 1880 llegaron otras, pero tenían la peculiaridad de que la llanta delantera era mucho más grande que la trasera y ocasionaban muchos accidentes. Fue hasta 1890, cuando llegaron las bicicletas que tenían la forma que hoy conocemos, lo 13 Mexican Sportsman, 10 de octubre de 1896, p. 6. 14 William Beezley, op. cit., p. 232. Boletin 91_TERCERAS.indd 6 01/07/2011 11:02:26 a.m. Históricas  91 que permitió que las calles empedradas y los baches de la ciudad no fueran obstáculo para utilizarlas. Los periódicos, que nos abren una ventana para poder asomarnos a la cotidianidad de la ciudad de México, nos dan muchos ejemplos de los cambios que se originaron. En primer lugar, los ciclistas se convirtieron, al menos así pensaron los aurigas de la capital, en un problema, pues ellos no estaban acostumbrados a ver pasar a los nuevos deportistas por las calles de la ciudad. Y claro, pagaban las consecuencias. En una nota del Mexican Sportsman nos queda la constancia. Los ciclistas deben, antes que nada, tratar de evitar el que se corra en las calles y remediar, si es posible, ese gravísimo mal que los insolentes aurigas de los coches de alquiler procuran hacer a los bicicletistas, ya sea quitándoles el paso o acercándolos a la banqueta. El mes pasado varios fueron los dizque cocheros de esas miserables calandrias, los que tuvieron que ir a la comisaría a responder por atropellos a ciclistas, y muchos más son culpables de la misma falta. Los aurigas tienen especial odio a las bicicletas, pues creen que a causa de ella baja el negocio de los coches y por esto es que se complacen en hacer la guerra a los bicicletistas y en atropellarlos.15 No todo era miel sobre hojuelas, y las dos partes tuvieron que acostumbrarse a las dificultades de vivir en una ciudad que no estaba pensada para el uso de las bicicletas. Y aunque en teoría, un año antes de esta nota el gobernador del Distrito Federal, don Pedro Rincón Gallardo, había promulgado un reglamento que protegía a los ciclistas de los atropellos, como se ve, éste no funcionaba a la perfección. Otro de los grandes problemas a los que se enfrentaban los amantes de la bicicleta fue a los robos. Era dramática la cantidad de bicicletas que se robaban al mes. Por esta situación, desde los diarios se buscó hacer una “liga protectora” exigiendo que se emitieran facturas en la compra y que a todos los que la utilizaban se les exigiera mostrarlas. A pesar de los problemas que esta novedad deportiva acarreaba, el ánimo por practicar el ciclismo no menguó. Al contrario, muchas eran las expectativas que generaba. Cada semana se organizaban excursiones a lugares alejados del centro de la ciudad, como era San Joaquín, Azcapotzalco, y para los expertos, hasta Huehuetoca, Puebla o Jalpa. Las mujeres —antes excluidas, por costumbre y actitudes propias de la época, de la vida fuera de su hogar— encontraron en el uso de la bicicleta un cambio sustancial en sus hábitos. Desde el proceso de cortejo hasta la ropa que utilizaban. Las parejas de ciclistas, ahora podían dejar atrás a su dama de compañía y ser más libres.16 La prensa fue un factor de suma importancia para lograrlo. Desde las páginas se invitaba a que practicaran sin miedo y sin prejuicios la novedad que recorría la capital. A las que no sabían montarlas, se les ofrecían clases que costaban setenta 15 Mexican Sportsman, 31 de octubre de 1896. 16 Ibidem, 23 de septiembre, 23 de octubre y 1 de diciembre de 1895. Boletin 91_TERCERAS.indd 7 01/07/2011 11:02:26 a.m. HISTÓRICAS  91 y cinco centavos la hora, y claro, se les prestaba la bicicleta.17 A las que ya sabían, se les incitaba a no dejar de practicar, pues los beneficios eran enormes. Una de las principales ventajas que ofrece la bicicleta es que lo mismo puede usarla una joven que una anciana, y antes de mucho tiempo, no llamará la atención ver a una abuelita ir a hacer una visita a otra “mamá grande” en su bicicleta, distancia que para el mismo fin ahora recorre a pie. […] No hay falsedad mayor que la de comparar el ejercicio de la bicicleta al de coser en máquina. He descubierto, además, que en muchos casos beneficia a los inválidos el ejercicio en bicicleta, siempre que lo hagan moderadamente. Se cura la dispepsia, la demasiada circulación en la sangre, el dolor de cabeza, los insomnios y otros achaques. También se fortalece el cerebro, se adquiere fuerza muscular, se corrige la falta de digestión y finalmente se siente uno con salud y vida. También desaparecen con ejercicio en bicicleta esas impaciencias que tanto molestan a las señoras y que se curan con inmensas dosis de anodina. Para congestiones pélvicas y otras molestias no hay otro remedio como la bicicleta así como para la enfermedad de la espina.18 La moda en los deportes también era importante. Obviamente, desde las páginas de las revistas se hablaba de ella. El Palacio de Hierro ofrecía, para su colección de verano, las nuevas tendencias que desde París se imponían. Vestidos de tela de “sarga y piqué” y faldas, que “vienen cortas, muy cortas, para todas las mujeres que hacen excursiones y se dedican al sport. De corte sencillo para poder moverse con libertad”.19 Hubo otros tres deportes en los que la presencia de la mujer era normal: el tenis, el golf y el patinaje, aunque al primero y al segundo hay que tomarlos con reservas porque no eran deportes muy practicados en la ciudad. Es verdad que la mayoría de los clubes atléticos tenían canchas de tenis, pero casi los únicos que lo jugaban eran extranjeros, sobre todo ingleses y norteamericanos. Campos de golf había sólo uno, en el Country Club de Churubusco, y era sumamente exclusivo. Éste no sólo lo practicaban extranjeros, también era jugado por mexicanos. Y el patinaje, después del ciclismo, era el ejercicio más popular y el que más seguidoras tenía. La prensa no nos da muchos detalles sobre el tenis en México. Se sabe que se jugaba en la ciudad, aunque muy poco, desde principios de 1890, pero el club más importante que había para practicarlo era el Club de Tenis en Tacubaya, que se cerró unos años después. En 1896, se informa en la prensa que pronto se reabriría pero no da detalles de cuánto tiempo más puede tardarse.20 Para 1907, el Álbum de Damas comenta en un artículo que el lawn-tennis tiene numerosos seguidores en la capital,21 pero no nos brinda más información

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