El emprendimiento y la inteligencia emocional
Enviado por lufe1machado • 28 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.270 Palabras (6 Páginas) • 452 Visitas
EL EMPRENDIMIENTO Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional fue definida por Daniel Goleman (1995) como: “La capacidad de reconocer nuestros sentimientos y los de otras personas, para motivarnos a nosotros mismos y manejar adecuadamente nuestras emociones y relaciones”. Según Harvard Business Review (Abril 2003) “Es una herramienta básica que, entregada con delicadeza, es la clave para el éxito profesional” y Six Seconds, una organización líder en inteligencia emocional que ofrece programas de aprendizaje transformacional y consultoría para el desarrollo del recurso humano en las organizaciones, concluye que la inteligencia emocional consiste en “combinar efectivamente pensamiento y sentimiento para tomar decisiones sabias”.
La inteligencia emocional (IE) está surgiendo como un elemento crítico para lograr un alto desempeño y Sotil, Ecurra, Huerta, Campos y Llaños (2008) explican que ésta facilita la incorporación de la persona en la sociedad, porque al reconocer y manejar sus emociones aprende a enfrentar con éxito las dificultades diarias, logrando así mayor satisfacción en su crecimiento personal y profesional.
De acuerdo con lo anterior, será que la inteligencia emocional está “de moda” o puede considerarse como una de las principales herramientas para el emprendimiento?
Varios estudios revelan que la nueva generación de emprendedores es gente que pertenece a distintas áreas y profesiones, sin embargo, al igual que los emprendedores tradicionales, los empresarios y los intra emprendedores (aquellos que buscan nuevas oportunidades para las organizaciones donde se encuentran laborando) disfrutan de su trabajo porque los motiva y estimula. Adicionalmente, se distinguen porque crean, adaptan e impulsan nuevas ideas para convertirlas en oportunidades innovadoras, entendiéndose la innovación no solamente como la creación de algo nuevo, sino esencialmente como un cambio o reinvención de algo ya existente.
En los emprendedores se puede fácilmente reconocer tres características comunes y esenciales (Silva, 1998): Identifican oportunidades, logran objetivos y lideran equipos, lo que lleva a determinar uno de los principales puntos de este perfil: Conocen y reconocen la diferencia entre una idea y una oportunidad, teniendo claridad que con esta última pueden surgir problemas que se deben enfrentar y la forma de solucionarlos.
Además, un emprendedor no solamente cuenta con los conocimientos técnicos o duros (hard skills) que por lo general obtiene en las instituciones de educación superior, sino que últimamente éstas se han preocupado porque sus estudiantes, futuros profesionales y emprendedores, incrementen dos elementos claves: El primero es el desarrollo de competencias blandas que son todos los elementos relacionados con la inteligencia emocional (habilidades de trabajar en equipo, de negociación, formar redes, etc.); y el desarrollo de la capacidad para superar contratiempos basado en conocer sus propias habilidades y capacidades. Igualmente, la facultad para manejar de manera positivas sus emociones, logrando grandes resultados.
Éstas ejercen un papel importantísimo en el ámbito profesional, pues a diario se está inmerso en diferentes emociones tanto propias como ajenas, y la clave está en emplearlas de manera inteligente, es decir, con inteligencia emocional para lograr que ellas trabajen en beneficio propio y así obtener mejores resultados.
Por consiguiente, las emociones son estados de ánimo producto de sentimientos, ideas o recuerdos que pueden llegar a suministrar información valiosa sobre cada persona, determinadas situaciones y su forma de reaccionar ante ellas. Por ejemplo si se siente ansiedad ante una presentación a realizar, puede indicar que se requiere mayor preparación, o el mal humor con algún compañero podría ser una señal que indica que se está alterado por exceso de trabajo, y así en algunas otras situaciones similares.
La inteligencia emocional no consiste en ahogar las emociones sino en equilibrarlas. Los estados de ánimo “malos”, tienen sus ventajas: Por ejemplo el miedo, el enojo y la tristeza pueden llegar a ser un principio de motivación para corregir la situación presentada.
Si prestamos atención a esta información, es más sencillo cambiar las conductas con el propósito de modificar las situaciones y tomar acción ante ellas, como el hecho de buscar la forma de equilibrar la carga laboral en el caso del contratiempo con el compañero.
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