El espacio geográfico

El espacio geográfico es la materialización de la existencia humana, formado por los elementos de la naturaleza y las dimensiones sociales producidas por las relaciones de las personas, y entre estas y la naturaleza. El hombre con su transformación modifica esos espacios naturales para la satisfacción de las necesidades humanas, como nutrición, salud, vivienda, educación, recreación y servicios públicos. Esta dinámica de transformación ejerce en el espacio, intercambios, transformaciones y transferencias, que se expresan en forma de las vías férreas, las carreteras, las líneas aéreas, las de alta tensión, las telefónicas, los canales de regadíos, los oleoductos, bancos, etc. permitiendo la circulación de la población y bienes entre espacios geográficos más apartados.

En esa transformación no todas las sociedades cuentan con los mismos medios técnicos ni la misma capacidad de inversión. De ahí que el espacio evolucione con una aceleración desigual.Cuanto más densidad de población, desarrollo económico o nivel tecnológico tenga una sociedad, más densas y variadas serán sus redes.

El hombre en su proceso de transformación del espacio natural, varía la situación natural existente, y lo convierte en un espacio productivo a su servicio. Esta capacidad transformadora del hombre, no puede ser percibida en su estado actual, sino a través del tiempo. El tiempo refleja la historia de ocupación, uso y adecuación de los asentamientos humanos, de las actividades económicas y del equipamiento de servicios, así como de la apropiación por parte del hombre.

La mayor parte de los espacios no son fruto de los cambios realizados en una época, sino de una sucesión de actuaciones a lo largo del tiempo. El tiempo es memoria observable de la interacción del aprovechamiento de los recursos naturales, los procesos de transformación tecnológica, la configuración del espacio social construido y los resultados de las políticas económicas y sociales para las comunidades y sus habitantes.

Los límites espaciales de la región los establece el propio hombre con

su actuación sobre esa realidad, y los temporales los impone la existencia misma de la región como identidad. Los límites de las regiones van estableciéndose en esa interacción de los hombres y las mujeres con el medio, que bien puede ser de ensanchamiento de tales límites, pero también de estancamiento e incluso de retroceso o de práctica desaparición de las mismas en casos extremos.

Desde este punto de vista, los límites de las regiones son fluidos. La relación hombre – espacio está en la base de las regiones, que constituyen una realidad cambiante porque éstas evolucionan históricamente debido a que las poblaciones están en continuo movimiento que puede observarse a través de los movimientos migratorios (emigración e inmigración) y el impacto de la construcción de nuevas vías de

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