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El largo viaje de Pirincho Livingstone


Enviado por   •  15 de Enero de 2013  •  Informe  •  829 Palabras (4 Páginas)  •  424 Visitas

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El largo viaje de Pirincho Livingstone

El sol parecía apoyado sobre la palmera más alta, como necesitando una siesta. La tarde entrerriana había comenzado calurosa y húmeda. No andaba por allí un ser vivo que no estuviese queriendo largar la chancleta y decir: – ¡basta, no trabajo más!

Pirincho Livingstone sacudió sus plumas y sintió que ya era hora de hacer lo que hacía tiempo venía pensando. Así que miró hacia un lado y hacia otro, vio la repetida rutina de sus parientes dormitando sobre el alambrado y se despidió de ellos sin palabras.

Bajo su plumaje sintió un latido nuevo, mezcla de miedo y valentía.

Volar lejos.

Pirincho era un pájaro curioso desde pichón. Muchas veces había salido del nido con intenciones de explorar más allá del árbol donde se reunía la familia. En realidad ya no toleraba más el griterío y las peleas entre ellos, estaba deseoso de conocer el silencio.

La primera vez que oyó hablar de eso fue cuando se acercó al poste donde una Viudita Blanca hacía una pausa en su viaje.

- Perdóneme, pajarita, siempre la veo que anda sola por acá y después ya no la veo. ¿Quisiera decirme dónde está su nido?, le preguntó Pirincho.

- Lejos, muy lejos, donde el silencio es más fuerte que la luz y la sombra, que el día y la noche, que el dormir y el despertar.

La Viudita Blanca no se dio vuelta, como si sus alas negras fueran el escudo para marcar distancia.

- ¿Silencio?, dijo Pirincho poniendo un ala en la cabeza como hacía cada vez que no entendía.

Ella giró el cuello, lo miró, y con voz suave dijo: – con palabras aun no dichas, sin gritos… Y voló perdiéndose entre las palmeras.

Pirincho Livingstone quedó mudo, pensando.

Después de varios días sintió un deseo profundo de conocer ese silencio del que le había hablado la Viudita.

Y voló en su búsqueda. Usó la brújula del instinto. No subió tan alto, aleteó despacio. Mirando, descubriendo cada cosa a su paso. Sin preguntas. Encontrando…

Se sintió raro. No tenía el nido de siempre. Pero estaba seguro de que lo que quería conocer era más fuerte de lo que tenía que soportar. Aprendió a cuidarse.

El calor ya no fue calor, sino abrigo. Pirincho respiró profundo. Estaba en pleno vuelo.

Bambi

Érase una vez un bosque donde vivían muchos animales y donde todos eran muy amiguitos. Una mañana un pequeño conejo llamado Tambor fue a despertar al búho para ir a ver un pequeño cervatillo que acababa de nacer. Se reunieron todos los animalitos del bosque y fueron a conocer a Bambi, que así se llamaba el nuevo cervatillo. Todos se hicieron muy amigos de él y le fueron enseñando todo lo que había en el bosque: las flores, los ríos y los nombres de los distintos animales, pues para Bambi todo era desconocido.

Todos los días se juntaban en un claro del bosque para jugar.

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