El lobbismo

Lobbismo

El lobbismo (lobbying) está estrechamente relacionado con las relaciones gubernamentales o asuntos públicos. El Webster’s New World Dictionary define el término lobbista como “la persona que procura influir en las votaciones legislativas o en las decisiones de los administradores gubernamentales”. En otras palabras, un lobbista dirige todas las energías a obstaculizar, enmendar, o aprobar las propuestas legislativas y las normas del poder ejecutivo.

Los lobbistas operan ante gobiernos locales, regionales y nacionales. Aunque se puede defender el lobbismo como una actividad legítima, existe una profunda desconfianza pública hacia los antiguos legisladores o funcionarios que sacan partido de sus contactos y cobran grandes sumas por realizar una actividad que comúnmente se denomina “tráfico de influencias”.

La Ley de Ética en el Gobierno prohíbe a los funcionarios gubernamentales ejercer el lobbismo de manera activa durante un año después de abandonar su cargo. A diferencia, los miembros del congreso pueden ejercer como lobbistas en cuanto lo abandonan.

La Ley Norteamericana De Reforma Del Lobbismo

Los políticos de partidos opositores condenan habitualmente la influencia de los lobbistas. Desde que se logró aprobar la normativa sobre lobbismo en 1946, al menos diez campañas emprendidas para modificar y adaptar a los tiempos la ley han fracasad tras toparse contra obstáculos legislativos.

Uno de los artículos clave es una definición más amplia de lo que se considera un lobbista. La nueva ley lo define como “la persona contratada para influir sobre los legisladores y los funcionarios públicos o asesores directos, y que dedica al menos el veinte por ciento de su tiempo a representar a un cliente durante un periodo de seis meses”.

Otra disposición importante es la que exige que los lobbistas se registren en el congreso y revelen los nombres de sus clientes, las áreas sobre las que trabajan y las cantidades aproximadas que cobran por esto.

Las restricciones más duras contra estos profesionales son de aplicación a las comidas y bebidas. Prohibiendo las comidas fastuosas e interminables cenas pagadas por los lobbistas. También se prohíbe a los senadores, asesores y otros funcionarios públicos, aceptar regalos cuyo valor rebase los cincuenta dólares.

El Lobbismo De Movilización De Bases

Las herramientas que utiliza este tipo de lobbismo son la publicidad de defensa de una causa, líneas telefónicas gratuitas, los faxes masivos, los sitios web, etc.

El lobbismo de movilización de bases también implica la creación de coaliciones. La idea básica es utilizar a individuos y organizaciones sin intereses económicos para que hablen en representación del promotor de la campaña. La premisa es que las cartas y llamadas de los ciudadanos de a pie son más influyentes.

Otro problema grave consiste en ejercer este tipo de lobbismo escondiéndose detrás de grupos frontales. A esto se le llama “lobbismo furtivo”, porque al público no se le dice que intereses creados se esconden tras determinada campaña.

Campañas Electorales

Las actividades de asuntos públicos y el lobbismo, son actividades continuas durante todo el año. En los años electorales, ya sea para elegir a los representantes parlamentarios o al Presidente, un ejército de captadores de fondos, estrategas políticos, redactores de discursos y asesores en comunicación se movilizan para ayudar a los candidatos a ganar las elecciones.

El elevado coste de presentarse a unas elecciones, ha hecho que en Estados Unidos la actividad de captación de fondos sea un trabajo

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