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El mensaje fotográfico


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  Trabajo  •  1.080 Palabras (5 Páginas)  •  163 Visitas

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El mensaje fotográfico tiene tres componentes que son más o menos visibles: el emisor, el canal de transmisión, y un receptor. El canal, pudiera ser un diario o un complejo de mensajes concurrentes cuyo centro es la foto. El nombre del diario puede ser un mensaje, entiéndase aquí mensaje como saber, y por ello, puede desviar la lectura, la recepción -inclúyase- de la foto. Por ejemplo el caso de un diario que se sospecha de izquierda o uno que se sospecha de oficialista. El emisor y el receptor dependen de una sociología (grupos humanos a estudiar en móviles de conducta). La foto no es sólo producto (un complejo de más elaboración) sino también un objeto con autonomía estructural. Su análisis es, sin embargo, inmanente. Sucede que la foto no es una estructura aislada: hay otras estructuras como textos, manifestándose en leyendas, títulos o artículos periféricos. Ese todo en que suele aparecer la fotografía actúa como un todo significante. Por ello en ese todo significante es posible ir (identificar) por cada estructura-significante. El contenido de la foto misma es lo que llama Barthes, real literal. El que sea un real literal se explica en la disposición de los objetos de la foto misma: esos objetos, en un principio, no se pueden ver separados entre sí para ser analizados,

no son parte del producto (resultado, y no elaboración) de lo que es la foto. No hay, es mejor decir, en la unión de un objeto fotografiado con otro (dentro de la foto) un código. El análisis que se refiere aquí es llamado por Barthes relais (relevo). Y en el caso de una foto, valga decir, "ingenua", sin preparación alguna, no se puede hacer este relais de los códigos. La conclusión es que el mensaje de este tipo de foto es un mensaje sin código. Dicho en otras palabras es un analogon puro. El análogo puro es lo que define al real literal, el objeto reproducido por la foto. Semejante al arte fotográfico, por ser visuales, son el cine, el dibujo, y la pintura. Todos ellos tienen un contenido analógico (analogon) pero es más fácil encontrar en ellos un mensaje connotado. Es, en gran medida, el viejo problema de la denotación y la connotación; en uno y otro arte la connotación se reduce al mínimo o tiene más cuerpo. La connotación es el código más general, pertenece a una simbólica universal o retórica de la época. Por ejemplo, en el caso de una pintura, el que los colores sean unos y no otros, o que la agrupación de elementos sea de tal forma demuestra la presencia de esa época estableciendo una retórica. En la foto, cercana a la matemática, la denotación es una estructura si

no pura, casi pura. De ahí que sea imposible su relais, su análisis, su descripción, esto sería significar, remitirse al código de la lengua. La foto es, por ende, su mensaje. Cuando la foto comienza a apartarse de la denotación pura que es, estamos en el territorio de la producción, que incluye: selección, tratamiento, encuadre, compaginación. Esto reclama la actuación del emisor de la foto, un beneficio para sí, una intencionalidad. El prestigio de la foto es intuitivamente sobreentendido por el receptor, por su susodicho real literal y es en ese prestigio donde se apoya la manipulación (connotación) de la foto (denotación pura).

Tal es así que Barthes menciona algunas

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