El papel que hizo recordar toda mi vida

El papel que hizo recordar toda mi vida.

En este ensayo, no solo pretendo decir que sentí en esa aula. Que me hizo no solo pensar en lo que estaba haciendo, sino tener pensamientos de lo que había sido mi vida hasta ese instante.

Primero, definiré que son las emociones: literalmente. Etimología. “La palabra emoción viene del latín emoveo, emotum, que significa: conmovido, perturbado. Es el impulso que induce a la acción.”

También, “es un impulso involuntario, originado como respuesta a los estímulos del ambiente, que induce sentimientos en el ser humano y en los animales, y que desencadena conductas de reacción automática. La especie humana es considerada capaz de controlar sus emociones de manera consiente.”

Tras haber dejado claro esto. No quiero hablar más de teoría, sino lo que hizo sentir en mí ese día.

Todo comenzó, ese 30 de julio a las 4 p.m. era una tarde soleada, todo transcurría sin ninguna novedad, nada fuera de lo común. Pero cuando fue pasando el tiempo, el aula se lleno de incertidumbre, de angustia, de frustración y por sobre todo, el gran e inmenso miedo que todos tenemos a fracasar.

Y fue allí, cuando me detuve por un momento a pensar, que había sido de mi corta vida hasta ese instante. Aunque son 24 largos felices, duros, emotivos y bendecidos años. sigue siendo muy poco tiempo para lo que es la eternidad. En ese momento empecé a ver fotografías en mi cabeza. Donde se mezcló la angustia y frustración que me daba al saber que no sabía cómo iba a poder lograr descifrar el acertijo. Y fue en ese instante que logre ver momentos felices. Como cuando tuve mi primer beso, cuando jugaba en el colegio de niño, la celebración de un cumpleaños o esos lindos y largos viajes que hacía con mi familia. Esto hacia motivarme a poder superar ese angustiante momento.

Pero luego, al saber que no podía lograrlo, se me vino a la cabeza esos momentos duros de mi vida, largos, tristes, desgarradores y por sobre todo dolorosos. En los cuales, vino a mi mente momentos de mi niñez, donde me fracture la columna y pase uno de los sustos más grandes de mi vida, o cuando tuve que durar acostado por más de un año en una cama, al tener una cirugía bastante pero bastante dolorosa. O simplemente cuando fue mi primera ruptura amorosa, aquella que me arrugo el corazón. En la que pareciera que lo hubiesen apagado. “me sentía como un muerto viviente”.

Y en ese momento tuve excesos emocionales en mi cabeza. Donde “Platón decía que se disminuye la capacidad de razonamiento, clasificando el amor como entre las cuatro formas de la locura.” o como Aristóteles, “que todas las emociones emanaban del corazón.” O los Estoicos. “Que consideran las pasiones como corrompedoras del alma.”

Pero luego me detuve a observar todas esas emociones, y fue allí, donde me di cuenta que estaba VIVO y que me sentía feliz por eso, que tenía cosas que millones de personas no tenían, que podía tener una clase de Economía Internacional, con un maestro que es muy preparado. Cosas que miles y miles desearían tener. yo la estaba viviendo, y sin darme cuenta logre ver lo que en 5 años de universidad ninguna clase me había hecho detener a pensar en lo grandioso que era estar allí. Y por eso, por un minuto agache mí cabeza y simple mente dije: GRACIAS DIOS. Gracias porque, aunque no tenga una familia perfecta, es hermosa, gracias porque conseguí un trabajo digno antes de graduarme, que es un tema que da dolor de cabeza a más de uno, gracias y mil gracias por tenerme vivo y completico para poder lograr todos los sueños y metas de mi vida. Porque quiero ser ese granito de arena que sirva de ejemplo a muchas personas y generaciones. Porque para mí, no es suficiente ser querido, también quiero ser recordado.

En verdad, no sé cómo una simple figura de papel, logro sacarme tantas emociones de mi vida, tantos recuerdos y experiencias vividas. Y fue cuando recordé la frase de David Fischman. “El miedo es la emoción más difícil de manejar. El dolor lo lloras, la rabia la gritas, pero el miedo se atraca silenciosamente en tu corazón.”

Y en ese instante, me di cuenta que estaba muerto de susto, si me preguntan, ¿por qué? No sabría una respuesta, solo sé que me sudaban las manos, que el reloj corría muy rápido, que mis pensamientos cada vez se nublaban más y más, que no paraba  de pensar en qué. “Debía de dejar de tener miedo, deja de pensar en lo que podría ir mal y concentrarme en realidad de lo que podría estar bien. David Fischman.”

Esto, me hizo dar cuenta en ese momento, que no había porque tener miedo, ni frustración, si había logrado tener un acercamiento único con mi vida, en vez de sentirme frustrado o angustiado, debía sentirme feliz.

Aunque quizás, a nadie más le paso, estoy seguro de que esa figurita de papel hizo algo único en los pensamientos de cada uno de los que estaban presentes en esa aula, que por momentos nos hizo dar temor, angustia y frustración.

Por mi parte, no sabía si rendirme, angustiarme, preocuparme, salir corriendo o simplemente luchar.

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