El poeta Garcilaso de la Vega

El poeta Garcilaso de la Vega nació en Toledo entre el año 1501 y 1503.

Era el tercero de sus hermanos. Garcilaso se quedó huérfano por parte de padre y se educó en la Corte, donde en 1519 conoció a su gran amigo, Juan Boscán. Seguramente se debe a Juan su gran aprecio por Ausiàs March, que dejó alguna huella en su obra.

Garcilaso en 1520 comenzó a servir al rey Carlos I de España. Ahí aprendió griego, latín, italiano, francés, música y esgrima.

De vuelta a España después de la Guerra de las Comunidades de Castilla, Garcilaso fue armado caballero de la Orden de Santiago en el año 1523, en la iglesia de San Agustín de Pamplona, y en 1524 se enfrentó a los franceses en el cerco de Fuenterrabía. Al volver a Toledo, contrajo matrimonio con Elena de Zúñiga en el año 1525, dama de doña Leonor y hermana de Carlos I. Antes de éste matrimonio tuvo un hijo con una dama de Toledo

Por entonces empezó a escribir sus primeros poemas según la estética de la lírica cancioneril, que pronto desecharía; además, ejerció un tiempo como regidor de su ciudad natal. El punto de inflexión en su lírica se debe a un día en Granada, en los jardines del Generalife y cerca del palacio del emperador. En ese mismo año,1526, debido a las bodas de Carlos I con Isabel de Portugal, Garcilaso acompaña a la Corte en un viaje por varias ciudades españolas y se enamora de una dama portuguesa de la reina, Isabel Freyre, que canta bajo el anagrama de Elisa en sus versos, que a ella son debidos.

En 1528, Garcilaso dicta su testamento en Barcelona, donde reconoce la paternidad de su hijo ilegítimo y asigna una pequeña suma de dinero para su educación; después da una colección de sus obras a Juan Boscán para que la revise, y seguidamente se dirige a Roma.

Garcilaso asistió a la investidura como emperador de Carlos V, Bolonia en el año 1530. Después se le encarga una breve embajada en Francia. Pero como hizo de testigo en la boda de un sobrino suyo que era hijo de su hermano el comunero Pedro Lasso, el emperador se disgustó por la participación de Garcilaso en la ceremonia y mandó detenerlo. Se le apresó en Tolosa y se acordó confinarlo en una isla del Danubio que Garcilaso describe en su descrita Canción III. La intervención de Fernando Álvarez de Toledo en favor de Garcilaso, resultó crucial: aprovechando que en ese año los turcos empezaban a amenazar Viena, hizo ver al Emperador que se necesitaba a Garcilaso, de forma que fue movilizado en ayuda del Duque de Alba. El poeta abandonó pues en 1532 el Danubio.

Se integró muy pronto en la vida intelectual de la ciudad, y hizo amistad con poetas como Bernardo Tasso o Luigi Tansillo, y, en especial, Mario Galeota, poeta enamorado de una hostil napolitana, Violante Sanseverino, La flor de Gnido.

En 1533 visita Barcelona y entrega a Juan Boscán una carta «A la muy magnífica señora doña Gerónima Palova de Almogávar»

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