El síndrome de la rana

El síndrome de la rana:

El mundo se ha convertido en un sitio extraño donde los mares se calientas provocando tsunamis y huracanes. Los problemas y urbanos y ecológicos, las nieves de suiza se derriten por los humos industriales que llegan de lejos. La globalización ha representado un reparto más equitativo de los desastres.

El progreso se ha topado con numerosas voces críticas, que son superadas por la tendencia a la adaptación. Hace unos años Calgary un naturalista canadiense de ascendencia japonesa, el profesor Suzuki. Durante una velada de literatura y ecología ocurrió ante un público ávido de oír a Suzuki el naturalista se refirió a la indiferencia con que se reciben las malas noticias de la Tierra. La alegoría de Suzuki era evidente: el hombre se adapta demasiado a las catástrofes que surgen poco a poco. Los cuentos que se leyeron después confirmaron, por vía emocional y psicológica, la misma teoría. El individuo interpreta las reacciones de la gente que cree conocer, hasta que, demasiado tarde, descubre que algo hierve en derredor.

Una fábula de la rana. Hay poco margen para la ilusión en el presente -el Golfo de México sube de temperatura en lo que se lee este artículo “violenta es la esperanza”. Hay que aprender a hervir por dentro para no hacerlo por fuera.

http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/villoro/amados/tribu_virilioi01.html

Como anexo quise agregar la fábula de la rana, porque se me hizo muy interesante.

Suzuki contó que las ranas (no sé si todas o algunas especialmente acomodaticias) pueden distinguir el agua fría de la caliente; sin embargo, si nadan en una olla donde la temperatura sube poco a poco, son incapaces de advertir cambio alguno. Su organismo no detecta el peligro progresivo, y se adapta al desastre que se avecina. En su mente de rana, los cambios paulatinos siempre son ideales. De pronto, ve burbujas por todas partes, última seña de la realidad donde se ha convertido en una rana hervida.

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