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Empresas colectivas o Joint venture


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2016  •  Resumen  •  1.233 Palabras (5 Páginas)  •  409 Visitas

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Empresas colectivas o Joint venture

Desde hace largo tiempo, la constitución de una empresa colectiva o joint venture con una compañía extranjera ha sido una modalidad favorita para ingresar en un nuevo mercado. Una de las más famosas empresas colectivas o joint ventures a largo plazo es la asociación Fuji-Xerox, constituida para producir fotocopiadoras para el mercado japonés. La forma más típica de este tipo de figura legal es una empresa colectiva o joint venture 50/50, en la cual cada una de las partes posee 50% de la propiedad mientras que un equipo de administradores  de  ambas  compañías  matrices  comparte  el  control  de  la  operación.  Algunas compañías han conformado empresas colectivas o joint ventures en las cuales tienen una propiedad mayoritaria de acciones (por ejemplo, una división de propiedad de 51/49), lo que le permite al socio dominante ejercer un control más estricto.

Las empresas colectivas o joint ventures tienen varias ventajas. En primer lugar, se pueden beneficiar del conocimiento que tiene el socio local de las condiciones competitivas del país anfitrión, así como de su cultura, idioma, sistemas políticos y de negocios, etc. En segundo, cuando los costos de desarrollo y los riesgos de ingresar en un mercado extranjero son elevados, la compañía puede ganar si los comparte con un socio local. En tercero, en algunos países las  consideraciones  políticas  hacen  que  una  empresa  colectiva  o  joint  venture  sea  el  único modo de ingreso factible. Por ejemplo, históricamente, a muchas compañías estadounidenses les resultaba mucho más fácil obtener el permiso para establecer sus operaciones en Japón si se asociaban con una firma japonesa que si trataban de ingresar por cuenta propia. Ésa es la razón por la cual Xerox originalmente se asoció con Fuji para vender fotocopiadoras en ese país.

A pesar de estas ventajas, existen inconvenientes importantes con las empresas colectivas o joint ventures. En primer lugar, como sucede en el caso de las licencias, una compañía que es parte de una empresa colectiva o joint venture corre el riesgo de perder el control sobre su tecnología a favor de su socio. De este modo, una empresa en sociedad o joint venture propuesta en 2002 entre Boeing y Mitsubishi Heavy Industries para construir un nuevo fuselaje de avión generó temores de que la primera, sin darse cuenta, entregara su tecnología de aerolíneas comerciales a los japoneses. No obstante, se pueden establecer acuerdos para minimizar este riesgo. Uno es buscar la propiedad mayoritaria en la empresa colectiva y, entonces, como socio dominante, podría ejercer un mayor control sobre su tecnología. El problema con esta estrategia es que puede ser difícil encontrar un socio extranjero dispuesto a aceptar una posición de propiedad minoritaria. Otra opción es no revelar a la empresa asociada la tecnología que constituye la competencia fundamental de la empresa pero compartir el resto de sus capacidades.

La segunda desventaja es que una empresa colectiva o joint venture no le otorga a una compañía el control estricto sobre sus subsidiarias que podría necesitar para lograr economías de escala o de ubicación, ni para iniciar ataques coordinados en todo el mundo contra sus rivales globales. Considere el ingreso de Texas Instruments (TI) al mercado japonés de semiconductores. Cuando TI estableció instalaciones de semiconductores en Japón, su objetivo doble era frenar la participación de mercado de los fabricantes nacionales y limitar su efectivo disponible para invadir el mercado global de TI. En otras palabras, TI trataba de aplicar una coordinación estratégica global; para implantarla, era necesario preparar a la subsidiaria japonesa para que aceptara instrucciones de la matriz corporativa de TI en lo concerniente a la estrategia competitiva, la cual también requería que la subsidiaria operase con pérdidas si era necesario. Obviamente, era improbable que un socio japonés en una empresa de este tipo aceptara esas condiciones porque eso le habría significado tener un rendimiento negativo sobre la inversión. En realidad, muchas empresas colectivas o joint ventures establecen un grado de autonomía que hace casi imposible mantener un control directo sobre las decisiones estratégicas. De manera que, con el fin de implantar su estrategia, TI estableció una subsidiaria totalmente controlada en Japón.

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