Ensayo De Etica Y Valores
Enviado por elizabe250 • 24 de Julio de 2014 • 2.220 Palabras (9 Páginas) • 253 Visitas
CAPITULO PRIMERO. DE QUÉ VA LA ÉTICA.
Algo importante de mencionar es que si nos sentimos curiosidad, ni necesidad de realizar ciertas cosas, podemos prescindir de ellas, no es necesario saberlo todo para poder sobrevivir, ay cosas que simplemente un las aprende por voluntad, así como también distinguir lo bueno y lo malo, o que no podemos saberlo todo. A diferencia de algunas especies de animales como las termitas, que es el ejemplo que nos señala el mencionado libro, pues ellas defienden a su tribu, pero porque para eso están diseñadas, no tienen la libertad de elegir ni revelarse, solo obedecer, pero sin embargo si analizamos el escenario en que se encentra Homero, el lucha por que quiere, bien pudo haber huido, o unirse a su enemigo, mas sin en cambio él lo decidió así. Si bien es cierto uno no es libre d elegir lo que nos pasa, pero si para responder, revelarnos, hacer notar el desagrado de tal cosa, además de ser libres para intentar hacer las cosas, cada uno de nosotros tiene la capacidad para hacer lo que te propongas obteniendo los mejores resultados. Aunque si bien es cierto que existen algunos factores que limitan esa libertad La cuestión siempre va consistir en decir ¡soy libre!
Capitulo segundo. ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS.
Si bien en el capítulo anterior, no podíamos decidir lo que nos pasa, si podemos elegir la manera en que debemos actuar, en este capítulo veremos que por lo regular siempre reflexionamos en situaciones difíciles o importantes sobre lo que vamos a hacer. Existen diferentes motivos para hacer las cosas, que son razones por las que tienes o al menos crees tener para hacer algo, la explicación más aceptable de tu conducta cuando reflexionas un poco sobre ella. En este caso existen tres tipos de motivos, es decir las órdenes, las costumbres y los caprichos, cada uno de estos influye en las conductas a realizar, la preferencia para hacer lo que hacemos frente a muchas cosas. Las órdenes: fuerza que te obliga a actuar, como en el caso sencillo de levantarte, lavarte los dientes o bañarte. Estas sacan el miedo que puedes tener a las terribles represalias que tomaran si no obedeces. Que por el otro lado son para que pienses que lo que nos mandan hacer es para protegernos o mejorarnos. Las costumbres vienen de la comodidad de seguir la rutina de ciertas ocasiones y también de tu interés de no contrariar a los otros. Es este caso las órdenes y las costumbres tienen una cosa en común ya que ambas vienes de fuera, y se imponen sin pedirte permiso. Mientas tanto los caprichos salen de dentro, por que brotan espontáneamente sin que nadie te los mande ni a nadie en principio creas imitarlos.
Mientras tanto hay una constate preocupación de vivir largos años, si no de vivirlos satisfactoriamente: por que vivir largo tiempo depende del destino, vivir satisfactoriamente de tu alma. Porque la vida es larga si es plena; y si de hace plena cuando el alma ha recuperado la posesión de su bien propio y ha transferido a si el dominio de sí misma.
Capítulo tercero. Haz lo que quieras.
Si bien la ética se encarga de decirnos en que consiste la libertad, cabe precisar que esta es darte cuenta de que estas diciendo, y haciendo, así podrá haber órdenes, costumbres y caprichos que sean motivos adecuados de obrar, pero en otros casos no tiene por qué ser así. Sería un poco idiota llevar la contraria todas las ordenes y a todas las costumbres, como también a todos los caprichos, porque a veces resultaran convenientes o agradables. Si bien es cierto como seres humanos nos guiamos por la moral, en ciertas ocasiones nos encontramos entre hacer el bien o el mal, esto concerniente a los actos cotidianos que llegamos a realizar que los calificamos como buenos o malos.
CAPITULO CUARTO. DATE LA BUENA VIDA.
Bueno en el capítulo que nos antecede, hace que vengamos al encontrar la contradicción que encierra “haz lo que quieras” ya que es evidente que no es sino un reflejo del problema esencial de la libertad misma, a saber que no somos libres de ser libres, que no tenemos más remedio que serlo, es decir tú lo harás porque quieres, en uso de tu libertad y aunque obedezcas a otro o te dejes de llevar por la masa seguirás actuando tal como prefieres. En tanto el “haz lo que quieras” no es más que una forma de decir que hay que tomar en serio el problema de la libertad, lo que nadie puede dispensarte de la responsabilidad creadora de escoger tu camino.
CAPITULO QUINTO. ¡DESPIERTA, BABY!
Todo esto es para decirnos que uno no debe dejarse llevar por los caprichos del momento, pensemos cual es en realidad la buena vida que queremos, no la de ese momento, por ejemplo, ser el hombre más rico del mundo y no tener ni un amigo, ningún humano con quien tratar, pero yo lo que al fin y al cabo quiero es ser humano, que tiene defectos y virtudes y también cosas materiales, pero todo esto no sirve si no tengo lo más importante, amor y el gran valor de la amistad. Lo que en realidad quiere la ética, es que nos paremos a pensar, y seamos capaces de saber qué es lo que realmente queremos, y lo que es más importante, porqué lo queremos. "Y así nada es más útil al hombre que el hombre; quiero decir que nada pueden desear los hombres que sea mejor para la conservación de su ser, que el concordar todos en todas las cosas, de suerte que las almas de todos formen como una sola alma, y sus cuerpos como un solo cuerpo, esforzándose todos a la vez, cuanto puedan, en conservar su ser y buscando todos a una la común utilidad, de donde se sigue que los hombres que se guían por la razón, es decir los hombres que buscan su utilidad bajo la guía de la razón, no apetecen para si nada que no deseen para los demás hombres, y, por ello son justos, dignos de confianza y honestos.
CAPITULO SEXTO. APARECE PEPITO GRILLO.
Nos dice que la única obligación que tenemos en la vida es la de no ser imbéciles. Imbécil no es ser poco inteligente, sino el que necesita apoyo moral ya que carece de conciencia. Para lograr esa buena vida del que nos habla Savater, uno debe ser egoísta, pero egoísta consecuente, para mejorar mis propios intereses sin por ello fastidiar a los demás ni sentirse culpable ni avergonzado. No debo avergonzarme de las cosas malas que tengo, si no me las he buscado, debo arrepentirme de aquellas que suceden
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