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Ensayo De La Secretaria De Educacion Publica


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2012  •  2.264 Palabras (10 Páginas)  •  634 Visitas

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EDUCAR PARA LA DEMOCRACIA

Introducción

Para que exista una verdadera participación democrática se necesita formar y educar ciudadanos. Esta es una tarea que le corresponde a la sociedad entera, pero para realizar esta gigantesca labor, es preciso tener en cuenta el contexto económico, político y socio-cultural en donde se desea llevar a cabo. Mucha de la indiferencia que se vive en la actualidad por parte de los jóvenes (secundaria, preparatoria, universidad) es provocada por la cultura a la carta que se vende por televisión y por los medios electrónicos (Internet, señal satelital, televisión); donde se difunde la idea de una vida fácil, donde no importan los demás, sino, sólo satisfacer sus propios deseos y metas. Esto deriva en un individualismo que no permite una convivencia tolerante y plural de las demás ideas y formas de vida.

Muchos espacios de la vida pública han caído en la trampa de aquella premisa consumista: “Consumir para ser más importante”. Esta situación es constatable en la forma que actúan los jóvenes estudiantes ante las exigencias de sus comunidades para participar e involucrarse en la transformación social. También se nota en el tedio que muestran a participar en actividades comunitarias y de compromiso social. Muchos ni siquiera acuden a votar y sienten una aversión hacia los partidos políticos.

La poca participación de los jóvenes en la vida pública, se debería entonces a razones que tienen que ver con la cultura que aprenden donde viven y también a que las instituciones encargadas de promover una cultura participativa y democrática (escuela, familia, autoridades) no practican los valores de la democracia. Desde mi punto de vista el dicho aquel que sentencia “Las palabras vuelan pero el ejemplo arrastra”, sigue siendo válido; podemos dar cursos o talleres, elaborar proyectos muy bonitos, pero si institucionalmente no se vuelven norma, hábito y costumbre, la participación quedará en lo electoral y lo inmediato. México requiere de instituciones fuertes, no de grupos dispersos por todo el país, gritando que debemos ser más democráticos; mientras México no sea un país de leyes e instituciones y éstas no se respeten, todo seguirá siendo “Una voz que clama en el desierto”.

A continuación presento algunas reflexiones acerca de la relación entre educación y democracia y la importancia que tienen para que nuestras comunidades tengan mejores condiciones de vida.

La importancia de educar para la democracia

El filósofo español Fernando Savater plantea que los peores enemigos de la democracia es la conjugación de la miseria con la ignorancia y agrega al respecto: “…No puede haber una auténtica democracia si no hay personas capacitadas para manejarla de forma crítica, para usar sus garantías, para utilizar sus instituciones, para exigir de los gobernantes la limpieza y la adecuación a sus funciones que naturalmente hay que pedirles. Entonces, la educación es aquello que permite utilizar la democracia” (Savater; 1995).

Esto que nos plantea Savater es nodal, porque nos convoca, a quienes nos dedicamos a la docencia, a meditar acerca del papel que desempeñamos en la formación de los futuros ciudadanos que respondan a los problemas y retos de una “sociedad moderna” y con la capacidad de comprender las razones de los demás con los cuales convive.

Debemos tener en cuenta que la democracia no es un elemento natural, sino que, es un producto de relaciones sociales, que se va construyendo y que por lo tanto hay que enseñar a los ciudadanos a utilizarla y darle buen uso y creo que allí reside la importancia del papel que desempeña el maestro, establecer las condiciones para que la democracia se desarrolle entre sus alumnos. De allí deriva que tenemos que concebir a la democracia como un instrumento o herramienta que ayuda a cambiar nuestra realidad, pero esto dependerá de cómo sea utilizada. Y como la democracia no resuelve por si misma todos los problemas, los ciudadanos deben prepararse para exigir sus derechos, pero también para respetar las normas, leyes y también conocer los mecanismos para elegir a las personas más idóneas para representar sus intereses.

La democracia no puede resolver todo los problemas queexisten en nuestra sociedad, pero también debemos recordar que para solucionar cualquier problema debemos de partir de principios democráticos y aquí la educación vuelve a aportar su granito de arena, al formar ciudadanos que racionalmente valoran y sopesan su participación en la sociedad donde les toca vivir.

Por ello para que la educación que se imparta sea una educación para la democracia, ésta tiene que ser crítica, no puede reducirse a una trasmisión de una serie de esquemas dogmáticos o canónicos. Los temas, que siempre debemos defender y no dejar de lado, serían aquellos referentes a los derechos humanos, a los valores fundamentales que tienen que ver con la paz, la tolerancia, la justicia, la igualdad, ser solidarios; en esto siempre debemos ser tenaces. Por ello toda sociedad educa a las futuras generaciones en aquellos valores que desea perpetuar, que la ayudan a reproducirse sin dañarla.

La democracia como proceso socialmente construido

Para que la democracia se dé, también tiene que haber una educación democrática y ésta se construye, no se da de forma natural o por generación espontánea, es resultado de una intrincada red de relaciones e interacciones sociales.

La mejor manera para aprender a ser democráticos es aprendiendo de los demás, sobre todo cuando de enseñar prácticas democráticas a los niños o jóvenes se trata. En primer lugar estarían los políticos, que con sus prácticas mandan mensajes cifrados o muy evidentes de cómo se debe actuar en la vida pública, en segundo lugar estarían los medios de comunicación, pues tienen un papel central en la forma en que se trasmiten los mensajes hacia la población y de ellos depende que sean lo más objetivos posibles para que ayuden al ciudadano a crearse una opinión más cercana y veraz de los problemas sociales.

También las personas aprenden a ser democráticos viendo que los demás se organizan para resolver sus problemas cotidianos. Pero la escuela también tiene una responsabilidad en la construcción de la democracia, sobre todo en tiempos difíciles como los relatados en la introducción de este trabajo, Gilberto Guevara Niebla nos lo plantea de la siguiente manera:”Pero creo también que la escuela tiene un papel importante en la educación de los ciudadanos, y que una escuela -preescolar, primaria, secundaria- como la universidad, forma líderes, y debemos preocuparnos por que forme líderes democráticos. Nos preguntamos

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