Ensayo De Lauro Oliveira Sobre Educacion
Enviado por ecologiamestiza • 28 de Abril de 2013 • 790 Palabras (4 Páginas) • 361 Visitas
La rutina escolar fue organizada, hace siglos, según el dogma del “pecado original” (sin vigilancia y coacción el hombre tendería a degenerar): ¡¡¡ ¿es la policía que impide que todos seamos criminosos?!!!
En latín, la palabra “comportamiento” – tan usada en los colegios, actualmente – pasaba la idea de acción, de transporte, de movimiento, de conducción. La raíz porta y porto no se asociaba a “cerrar”, y sí a “abrir”: porto – era el lugar de “abrigo” y no era una prisión. La puerta abría para la vida, no cerraba, no contenía, no enclaustraba... En vez de caminar para la libertad, construimos la esclavitud. El puerto no es más el abrigo para la nave desgarrada. Es el lugar donde la aduana cobra sus derechos. La puerta no es una invitación para que los hermanos entren en nuestra casa, es el símbolo de la separación, de nuestro individualismo. Podemos acompañar, por la semántica de la palabra, la evolución (o mejor, la involución) de la idea de comunicación, de hermandad, de libertad. Compuerta, por ejemplo, es alguna cosa que contiene, que separa, que limita. Abrir las compuertas es libertar, cosa que causa estremecimiento en la humanidad bien “comportada”. La civilización ha sido un continuo construir de “compuertas”, de “cortinas”, de separaciones, de privilegios, de grupitos cerrados. Lo público, de público tiene apenas el nombre. De hecho, un pequeño grupo entra y cierra la “puerta”, mientras el pueblo pasa de largo. Cada servicio público tiene un dueño, que construye pesadas puertas en sus dominios, dejando abiertos solamente los canales a través de los cuales el pueblo sustenta, con los impuestos, su vida parasitaria.
La escuela organizada para servir a este tipo de sociedad, tiene como supremo dogma de validez el comportamiento. Aquel alumno es brillante, es estudioso, es alegre, es amigo de los compañeros, pero se comporta mal... ¡Una tragedia! ¡Qué pena!
¡Ser comportado es estar reprimido, serenamente, dentro de las compuertas! Es no perturbar la quietud. En cada escuela, conforme la filosofía de vida que prevalece, conforme el temperamento autoritario o liberal del director, conforme los prejuicios y las idiosincrasias de los maestros, ser comportado es una cosa enteramente diferente. Un alumno se transfiere de un colegio para otro: tiene que aprender a “comportarse” de nuevo, porque las leyes del comportamiento son diferentes, el director es tolerante, los profesores son mansos...
Cada escuela tiene su propia forma. ¡Aquel niño enfermizo, apático, mórbido, que está precisando ser sacudido enérgicamente para aprender a vivir y a defenderse, tiene siempre nota 10 (diez) en comportamiento! Aquel otro vivo, que tiene iniciativas, experimenta conductas, erra, intenta ajustarse a las nuevas formas de vida, lidera, conduce a los compañeros: a pesar de la simpatía que despierta, infelizmente, no
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