Ensayo Revolución Creativa

La revolución creativa

¿Se puede considerar la música como parte constitutiva de un proyecto educativo? Desde tiempos remotos y durante toda la vida humana, la música existe y se practica simplemente porque «nos eleva de nuestro cautiverio vegetal» y permite desplegar de manera más plena nuestra condición.

Frente a esta premisa, vale la pena resaltar los aspectos centrales que debería considerar la educación musical de los niños, proponiéndose algunas reflexiones sobre los retos y responsabilidades que corresponderían a las políticas gubernamentales para abrir camino a esta pedagogía en el sistema educativo nacional.

Partiendo de la anterior argumentación la importancia de enseñar música a los niños, entonces, radica en la posibilidad de formar una generación que recupere una capacidad inherente a su naturaleza como es la de reconocer y disfrutar los diversos sonidos de su entorno, los que existen y los que ella pueden producir, distinguiéndolos del ruido. Pero además, que pueda ser capaz incluso de crear música con ellos y de intervenir hasta en el diseño del paisaje acústico de su propia comunidad. Sin duda, estas capacidades le van a abrir, a la vez, la posibilidad de ser una generación con mayor capacidad para escucharse a sí misma y para conectarse con los sonidos de su propia voz o de sus pensamientos.

Ahora bien en este contexto de cambios culturales, si lo que se busca es comprometer genuinamente a las actuales generaciones con su propio aprendizaje y crecimiento personal, se requiere pues de una educación que sepa partir de las propias habilidades e intereses de los niños y darles la oportunidad de ponerlos en juego a través de procesos tan activos y colaborativos como gratificantes.

Por lo demás, una formación musical desde la educación inicial es capaz de convertirse en un espacio de encuentro de todas las artes, una genuina explosión creativa de la sensorialidad, y esta exige, para empezar, un currículo que abandone el enfoque instrumental del aprendizaje del arte, siempre subordinado al logro de objetivos comunicacionales que a la larga y a la corta terminan en lo lingüístico, en el desarrollo de las capacidades lógico verbales de los niños, dejando a un lado el verdadera finalidad de la enseñanza a través de la música.

Sumándole este punto, en síntesis se requiere un currículo que valide y emplee la pedagogía creativa para la enseñanza de las ciencias y de todas las áreas del conocimiento. Se debe de buscar la posibilidad de que la educación juegue un papel activo y no regresivo en el desarrollo nacional, se juega en su capacidad para aprovechar el inmenso potencial creativo de las jóvenes generaciones y convertirlos en auténticos innovadores en las artes, las ciencias y las humanidades, lográndose pues la educación

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