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Ensayo Sobre El Libro El País De Las Mentiras


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2012  •  2.626 Palabras (11 Páginas)  •  1.941 Visitas

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“ENSAYO SOBRE EL TEXTO: PAÍS DE MENTIRAS”

INTRODUCCIÓN

La realidad mexicana siempre ha estado maquillada por un sinfín de mentiras que nos hacen creer, creemos, no creemos pero nos conviene creer o que simplemente ya nos acostumbramos a escucharlas que se nos hizo algo tan cotidiano que no importa si las escuchamos, callamos y seguimos nuestro camino.

El texto “País de mentiras” de la autora Sara Sefchovich, narra de manera original el contexto político, histórico, social de nuestro país de una manera cruda por los números y argumentos pero realista en opinión al hacernos reflexionar en lo que vamos leyendo en cada tema que nos presenta.

En este ensayo analizaré algunos de los temas de este libro como lo son: la familia, la justicia social, la educación y la cultura, los indios, la economía, la nación y la identidad. Si bien han sido explicados a detalle y argumentados por referencias bibliográficas vastas por la autora, trataré de aportar ideas que en mi opinión son importantes al hablar de estos temas.

La familia ¿un lugar de amor? El primer tema de este ensayo. La familia es mencionada como la “célula básica de la sociedad” de acuerdo a la autora Sara Sefchovich, puesto que en ella se satisfacen aspectos sexuales, económicos, reproductivos y educativos.

Para Julia Isabel Flores con la familia se asocian términos como: hogar, bienestar, padres y comprensión esto dado por una llamada “dinámica en la familia”.

Si bien como menciona la autora se nos ha presentado un ideal de familia perfecta donde se relaciona padre-madre-hijo e hija-perro y perico, donde este modelo debe ser un pequeño núcleo autosuficiente que debe resolver las necesidades de cada miembro y tiene la obligación de dar felicidad, y no es así, se nos ha vendido esta idea de otros países principalmente Estados Unidos con la casa bonita, gran jardín y sacando a pasear al perro, pero la realidad es otra, la vida no es color de rosa.

Diane Feeley comenta acerca de la familia “Núcleo conflictivo lleno de tensiones emocionales y problemas internos” y a decir verdad es real en cierto modo, todo se trata de mediar situaciones, el ser humano está dotado de emociones que muchas veces se anteponen a la razón y el buen juicio, pero que sin embargo son éstas las que acercan en más de las veces a sus miembros.

En la familia se genera violencia y se le atribuyen razones económicas, culturales, el orden social, cambios inesperados de vida, biológicas, etc., que como dice el sociólogo Ariel Dorfman: la violencia forma parte de nosotros de forma tan natural como respirar o comer, aunque esa naturalidad de la que habla no debería ser razón para inmutarnos ante su presencia.

Si bien los datos y ejemplos de los cuales nos habla Sara Sefchovich sobre violencia son alarmantes y que el discurso de familia como lugar de amor y seguridad no sea cierto en su opinión, es verdad que esa familia es la que ha dado soporte a nuestra sociedad mexicana, porque de no ser por ella viviríamos una vida dedicada al materialismo y con una relación fría entre las personas como lo tienen en muchos otros países donde los hijos están puestos en manos de escuelas, personal de servicio y que degenera en falta de valores, que en la mayoría de las veces en la casa mexicana se tiene a pesar de todo lo ya expuesto.

La familia es un pilar de la educación, cuántas veces vemos casos en nuestras escuelas que niño que no es formado de manera correcta o abandonado, vive en el conflicto con los demás y que cuesta rescatar, las presiones de los padres por sacar adelante económicamente a los hijos los aleja de su real función que es educar.

La justicia social: un compromiso ineludible. La justicia social puede ser entendida como “contribuir con esfuerzo, tiempo y dinero a hacer algo por los demás” palabras de Alberto González Hernández.

Nuestro país como muchos en el mundo abunda la pobreza en diferentes grados, Sara Sefchovich nos hace un recuento a través de la historia de cómo es que se ha hecho creer en el discurso político la justicia social con ejemplos como: promover educación salud y vivienda en la postguerra, un sistema de seguridad social, estados paternalistas donde se llegó a pagar las boletas de empeño del Monte de Piedad, creación de institutos, programas de ayuda a las mujeres y la infancia, en sexenios como el de López Portillo Coplamar (Ayuda a pobres de zonas deprimidas y marginadas), SAM (programa alimentario), Proder (desarrollo regional), Pider (desarrollo rural); controlar precios y subsidios de productos básicos, llegar a sistemas coparticipación como Procampo, Pronasol, etc., etc., etc.

Lograr la justicia social exige de dos objetivos: remediar las carencias inmediatas y crear condiciones para que las personas salgan de la pobreza y vulnerabilidad (Agnes Heller, citada por Sefchovich), la verdad es que a través de los años solo se han puesto soluciones para remedio inmediato, sin prevenir y mucho menos atacar los problemas de fondo, es como querer curar un cáncer con una aspirina, a la vez que cada vez se le ha destinado un porcentaje menor del PIB a la asistencia social.

Hoy continuamos con pan con lo mismo, se le da dinero o recursos en especie para que la vayan pasando los grupos vulnerables, sin alcanzar una verdadera cobertura además, y su pobreza no disminuye al contrario se acentúa, haciendo de la gente que recibe apoyo más dependiente de lo que el Estado le da, sin dar esperanza a mejorar realmente su nivel de vida, generando conformismo, si tienen lo mínimo básico para que preocuparse, sólo esperan el apoyo de oportunidades y los demás programas en turno, mientras se sientan a que papá gobierno los venga a ayudar, estirando la mano cual niño mal criado que no valora lo que tiene, pues en ocasiones quien recibe algún apoyo para sus hijos que están en la escuela lo malgastan o de plano cuando hay que retribuir con apoyo a la institución en la que estudian sus hijos dicen: por esos equis pesos voy a barrer o pintar o encalar, mejor que ni me den nada.

De qué sirve el gasto mayúsculo que se realiza si solamente es pasar el sexenio “ayudando” y dejando que el próximo sea el que resuelva la situación de fondo y aparte vanagloriándose de toda la ayuda que se da a los pobres en los discursos políticos.

La propia

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