Ensayo Sobre La Ceguera

“La ceguera colectiva permite ver con claridad la realidad de la condición humana, es decir, no hay peor ciego que el que no quiere ver”

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”.

Esta reflexión, que conserva plena vigencia contemporánea, no refiere obviamente a limitaciones o disfuncionalidades sensoriales.

La conciencia de lo que hacemos debe ser, siempre, el punto de partida de nuestras acciones.

La reflexión sobre lo que nos hace ser humanos, ha sido un tema ampliamente especulado, muestra de ello la naturaleza humana, la manera en que reaccionan los seres humanos o hacen frente a estos acontecimientos.

Hay gente que se empeña en no querer ver la verdad, ya sea porque le da miedo, porque no le gusta o porque simplemente está mejor creyendo sus propias mentiras.

Esto es un caso que podemos observar diariamente en la sociedad actual en la que vivimos, donde con tantas injusticias, problemas políticos y demás asuntos que la aquejan preferimos cerrar los ojos y cegarnos ante la realidad.

El autor José Saramago en su obra “Ensayo sobre la ceguera”, utiliza la ceguera física de sus personajes para señalar la ceguedad mental de la sociedad, lo cual se puede observar en la falta de solidaridad, falta de compromiso social y en las actitudes de barbarismo que presentan los personajes.

La cuestión práctica siempre es el horizonte de la reflexión sobre la condición humana. De la reflexión sobre nuestras condiciones de vida y sobre nuestras acciones, podemos concluir que son mejorables en diferentes aspectos: podemos y debemos mejorar nuestras condiciones de vida biológica, y no la de algunas personas, sino las de todos, podemos y debemos mejorar nuestras condiciones de trabajo, materiales y personales; debemos actuar ante y con los demás para conseguir alcanzar metas inalcanzables individualmente, pero con la participación de todos y cada uno, sin caer en la dominación ni de unos pocos, ni de las mayorías abrumadoras.

En la vida debemos ver y aprovechar las buenas oportunidades, no debemos dudar mucho a la hora de aceptarlas, pues nunca sabemos si estas volverán.

Debemos aceptar nuestros errores y aceptar la verdad, ya que de ellos aprendemos para toda la vida.

No podemos vivir en una mentira simplemente porque, no queremos ver nuestra realidad.

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