Ensayo del video del dr mora "solo se puede amar lo que se aprende"
Enviado por Aandy Navalle • 11 de Junio de 2016 • Síntesis • 1.181 Palabras (5 Páginas) • 363 Visitas
INTRODUCCIÓN
En el siguiente ensayo hablaré que asumir la tarea de ser maestra no es fácil, es importante comenzar a comprender que es lo que pasa en el cerebro del niño, como es proceso de aprender y desaprender, como influye las condiciones genéticas y ambientales.
Las nuevas propuestas y estrategias educativas deben estar basadas en el funcionamiento del cerebro, así mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, captar interés por aprender de los estudiantes.
Conocer más de neuroeducación permitirá: planificar, implementar y conducir con eficiencia y eficacia los procesos de enseñanza. Sin embargo la conexión de neurociencia y educación en general y neurociencia cognitiva y necesidades educativas específicas en particular es todavía un campo desconocido.
Así que la neurociencia es aporta nueva información acerca del aprendizaje basado en funcionamiento y en el desarrollo del cerebro lo que debe ser considerado en el diseño los procesos de enseñanza, aprendizaje con poblaciones con necesidades específicas de apoyo educativo.
NEUROEDUCACIÓN “SOLO SE PUEDE APRENDER LO QUE SE AMA”
Un viaje al interior del cerebro. ¡Que difícil es entrar al interior del cerebro! A esto llamamos neuroeducación que es una nueva visión de enseñanza basada en el cerebro. Es una visión que ha nacido al ampara de esa revolución cultural que ha venido en llamarse neurocultura. Aprovecha los conocimientos de sobre cómo funciona el cerebro integrados con la psicología, la sociología y la medicina, en un intento de mejorar y potenciar tanto los procesos de aprendizaje y memoria de los estudiantes, como los de enseñanza por parte de los profesores.
En el corazón de este nuevo concepto está la emoción. Este integrante emocional es fundamental tanto para el que enseña como para el que aprende. No hay proceso de enseñanza verdadero si no se sostiene en una columna de emoción, en sus infinitas perspectivas.
La neurociencia enseña hoy que el binomio emoción – cognición es indisoluble, intrínseco al diseño anatómico y funcional del cerebro. Este diseño, labrado a lo largo de muchos millones de años de proceso evolutivo, nos indica que toda información sensorial, antes de ser procesada por la corteza cerebral en sus áreas de asociación (procesos mentales, cognitivos), pasa por el sistema límbico o cerebro emocional, en donde adquiere un tinte, un colorido emocional. Y es después, en esas áreas de asociación, en donde, en redes neuronales distribuidas, se crean los abstractos, las idea, los elementos básicos del pensamiento.
De modo que el procesamiento cognitivo, por el que se crea pensamiento, ya se hace con esos elementos básicos (los abstractos) que poseen un significado, de placer o dolor, de bueno o de malo. De ahí lo intrínseco de la emoción en todo proceso racional, lo que implica aprender y memorizar.
Los seres humanos no somos seres racionales a secas, sino más bien seres primero emocionales y luego racionales y además sociales. La naturaleza humana se basa en una herencia escrita en códigos de nuestro cerebro profundo y eso lo impregna todo, lo que incluye nuestra vida personal y social cotidiana y como he señalado, nuestros pensamientos y razonamientos.
Es esta realidad que nos lleva a entender que un enfoque emocional es nuclear para aprender y memorizar y luego enseñar. Y nos lleva a entender que lo que mejor se aprende es aquello que se ama, aquello que t dice algo, aquello que, de laguna manera, resuena y es consonante (es decir, vibra en la misma frecuencia) con lo que emocionalmente llevas dentro. Cuando tal cosa ocurre, sobre todo en el despertar del aprendizaje en los niños, su ojos brillan, resplandecen, se llenan de alegría, de sentido, y eso le empuja a aprender. Solo el que aprende bien sobrevive más y mejor. Seguir vivo en un mundo exigente (y el mundo vivo lo e s), desde vivir en la selva hasta vivir en un mundo social duro y competitivo, requiere aprender y aprender bien. El que no es capaz de aprender suele vivir menos. Ya lo he señalado. Y aprender requiere inexcusablemente basarse en la emoción. Pero esa emoción en la enseñanza exige matices profundos cuando es aplicada al ser humano a lo largo de su arco vital. Aprender (enseñar) no es lo mismo para un niño de 2 o 3 años, que con las enseñanzas ya regladas, para el niño de 6 años (cuando comienza el tambor de las ideas de la primaria).
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