Ensayo discurso fúnebre de Pericles.

Discurso Fúnebre de Pericles

La mirada que tenían los atenienses de su forma de gobierno se basaba en una democracia de un espíritu único y profundo, donde la humildad, los valores y la nobleza eran primordial en esos tiempos. Pericles quien bajo su mandato había logrado una autoridad que le permitía contener al pueblo sin dejar de respetar su libertad, dejó uno de los mayores legados culturales a la antigüedad con aquel discurso fúnebre dirigido a las víctimas de la primera guerra contra Esparta. Aprovechando esa instancia expresó la grandeza alcanzada por su ciudad ya que, a pesar de la derrota, se transformó en una de las historias con un mayor ejemplo de conciencia ciudadana y un tipo de política que hasta el día de hoy sirve para reflexionar en el progreso de la cultura humana.

Aquel discurso aparte de darle el merecido homenaje a las víctimas de la guerra, tuvo un enfoque en el conocimiento de la cultura ateniense, mencionando que su régimen político tenía sus propias leyes y no imitaba a los de al lado, ya que Pericles tenía una visión donde mencionaba que ellos mismos eran un modelo a seguir para algunos. A simple vista se puede apreciar el orgullo que tenía por su tierra, y además por sus ciudadanos, una época donde cualquiera podía acceder a los cargos públicos, pues se elegía más por el mérito antes de darle favoritismo a la categoría social. Hay quizás en esto una relación a la participación de los pobres en el ejército. Pericles parece referirse que el prestigio es consecuencia directa de la forma en que se desempeñan las propias funciones, lo que equivale a decir que la sociedad ateniense sabe reconocer los méritos personales.

El recuerdo de los antepasados es muy fundamental para mantener viva la conciencia de nuestra patria. Así fue como lo expresó Pericles, quien además al terminar el discurso no mencionó condolencias a las familias de los soldados caídos, ya que su pensamiento decía que el hombre podía morir en cualquier momento, y que se deberían sentir afortunados por haber entregado su vida por su patria, fue así como le ofreció consuelo a ese acto, de no haber perdido la vida en vano.

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