Ensayo novela Hijo de ladrón.

Iquique, 19 de junio del 2014

Colegio Antamara- Iquique

Subsector: Lenguaje y comunicación

La injusticia social y la discriminación que viven los marginados en chile en la dictadura militar

        Nombre: Nicolás Araya

                                                                                             Curso: 3 año medio

                                                                                             Profesor: Ricardo Pulgar                                                                                                                                    

Basándose en la novela “Hijo de ladrón”, de Manuel Rojas, se ha querido entablar una temática relacionada a la injusticia social y la discriminación que vivieron los marginados en el periodo de dictadura, contrarrestando con ello a lo planteado por el autor, que hace referencia al frecuente problema de la injusticia y de la discriminación que viven algunas personas.

        “Hace décadas, en tiempo de dictadura, cientos de personas fueron marginadas solo por el hecho de pensar distinto, clasificadas como seres que se debían excluir de la sociedad, personas que en muchos casos sin pertenecer a ningún pensamiento político, injustamente se convirtieron en víctimas de la cruel sociedad marginal”( Manns, 2003). ^[1]

        En muchos casos, si se lograba la sobrevivencia, debían permanecer en el exilio o prisioneras, solo por la falta de humanidad de algunos pocos que a base de su poder, justificaban la brutalidad de sus actos.

Desde hace décadas, la sociedad chilena en la que día a día se desenvuelven miles de personas, ha demarcado los límites sociales en los cuales cada miembro perteneciente a la misma, ha sido clasificado acorde al poder económico que posee, con ello marginando a los más desposeídos.^[2]

Durante el régimen militar, se promulgaron leyes que hasta el día de hoy, han sido prejudiciales para la población más desposeída económicamente del país, tales como el sueldo de los llamados honorables, que llegan a alcanzar 40 veces más que un salario mínimo con el cual deben sobrevivir miles de familias chilenas, y que no alcanza mayormente a cubrir los gastos básicos del grupo familiar, como lo señala (Boric, 2014) “Está desajustado con lo que gana la mayoría del país”.^[3]

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