Ensayo sobre el aborto por Marco Montero
Enviado por jhidalgo • 5 de Diciembre de 2012 • Monografía • 3.316 Palabras (14 Páginas) • 489 Visitas
ENSAYO sobre el aborto por Marco Montero
El ABORTO Y FOUCAULT
Marco Arturo Montero Gómez
Alumno de sociología SEA UV y actor de teatro
Introducción:
Tomando como base lo que maneja Foucault respecto a poder-saber-sexo, y aplicándolo a la coyuntura actual sobre la ley del aborto, los grupos de poder que se disputan este derecho sobre la vida y la muerte, basándome en lo descrito en “la voluntad de saber” haré una analogía con el debate que se realiza en el Distrito Federal en relación del aborto.
En este caso la discusión se basa en el derecho de decisión de la mujer sobre tener o no tener un hijo, en ella participan los grupos de poder más importantes en México, la iglesia (con los distintos grupos civiles que la representan), los partidos de Izquierda (PRD) y derecha (PAN) y los medios de comunicación como principales actores del debate en cuestión.
El aborto ha sido un tema de discusión dentro de las sociedades cristianas desde el principio del Siglo I después de Cristo, “al diferenciar las creencias cristianas de las paganas que aceptaban calmadamente el aborto y la anticoncepción, desarrollaron ideas sobre la anticoncepción y el aborto, el matrimonio y la procreación y la unidad de cuerpo y alma; enseñaron que el sexo aún para lograr la reproducción era malo y que el sexo por placer era pecado”.[1]
El tema que ahora vamos a abordar es lo que Foucault llamaría el biopoder, el poder sobre la vida, las técnicas disciplinarias ejercidas sobre la sociedad mediante vigilancia, individualización y control de la natalidad y del aborto mediante la vinculación de la política, la medicina y la religión.
Analizaré el tema basándome en los 3 campos de poder que se relacionan con el aborto, la medicalización, el de las políticas natalistas y el de los placeres[2].
I.- Un poco de Historia
Uno de los recursos más importantes en Foucault es el recurrir a la historia.
El aborto es practicado en China desde hace más de 6000 años. En Gracia Aristóteles y Platón lo promovieron como método anticonceptivo y de planificación, Hipócrates se manifiesta en contra por el peligro que hay sobre la mujer y en su época las maneras poco saludables en que se practicaba.
Con la llegada del cristianismo y como manera de empoderamiento sobre las religiones paganas se crean ideas sobre el aborto y la anticoncepción que eran permitidas por las otras, sin embargo la discusión sobre cuando entraba el alma en el cuerpo no llevaba a ninguna postura sobre el aborto.
Es desde hace 4500 años que se sabe sobre la penalización del aborto, en el código Sumerio y en el Hammurabi se penaliza el aborto provocado, así también en algunas sociedades africanas es visto como una maldición para toda la comunidad; en los países orientales se llegó a penalizar después de la colonización europea; en Inglaterra estaba permitido mientras el feto no diera señales de vida, en 1803 con Jorge I se castiga a la mujer que aborte antes de que se mueva el feto y se da pena de muerte a la que lo haga después. En Estados Unidos solo se castigaba el aborto después de que el feto daba señales de vida.
Fue a partir de la época victoriana que el aborto es un delito en cualquier etapa y se da como castigo la pena perpetua. “A ese día luminoso habría seguido un rápido crepúsculo hasta llegar a las noches monótonas de la Burguesía Victoriana. Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora.”[3]
La iglesia católica con el Papa Pío XI en 1869 declara excomunión para la mujer que aborte así como para los que participen en él, considerándolo como un homicidio.
Así esta concepción sobre el aborto es importada a Hispanoamérica, Africa y Asia.
II.- Cuestionamiento de Foucault sobre la represión sexual
En el primer tomo de la historia de la sexualidad Foucault dice que no hay una represión sobre la sexualidad sino una multiplicación del discurso, “parece que a partir del fin del siglo XVI , la puesta en discurso del sexo lejos de sufrir un proceso de restricción ha estado por el contrario sometida a un mecanismo de incitación creciente”.[4] Sí, se incita al discurso, pero se dice de otro modo, resignificándolo y a través de la confesión, es importante todo lo que se pueda saber sobre el sexo, conocer todos los detalles, pero los receptores serán solo los sacerdotes que escuchan la confesión, “según la nueva pastoral el sexo ya no debe ser nombrado sin prudencia, pero sus aspectos, correlaciones y efectos tienen que ser seguidos hasta en sus mas finas ramificaciones”[5] , más tarde vemos que este poder lo tienen también los maestros y de hay se pasa al binomio de confesión-ciencia creándose así dos modos de producción de la verdad, y la verdad pasa a ser parte del poder y de placer, los poseedores de la verdad pueden disfrutar de los placeres de la sexualidad, mientras los desposeídos de ésta se verán reprimidos y condenados a llevar sus fuerzas al lado laboral. “El examen médico, la investigación psiquiátrica, el informe pedagógico y los controles familiares funcionan como mecanismos de doble impulso: placer-poder.[6] Ahora la represión sexual se da mediante la tecnología del sexo como producto de la diferenciación de clase.
III.- El Biopoder
Para Foucault la otra cara del poder es el saber que actúa sobre el cuerpo individual y el cuerpo social. Así el estado mediante su autoridad médica arranca a la mujer los procesos referentes a la maternidad, lactancia y el aborto, todo a través de lo que llama Foucault la histerización de la mujer donde se pone a la mujer como un ser saturado de sexualidad patológica que debe ser regulada a la fecundidad así como ser un elemento funcional en la familia y al cuidado de los hijos teniendo una responsabilidad biológico moral que dura todo el tiempo de la educación de los hijos[7]
"Sí, tengo una convicción personal, yo estoy en defensa de la vida, tengo un pleno respeto por la dignidad y la vida humana y también dentro de ese contexto creo que la legislación existente en el caso del Distrito Federal y en otros estados es en estos momentos adecuada",
"Podríamos estar mucho más de acuerdo con trabajar más en educación, en valores, en una educación sexual más adecuada, más intensa y más formativa para adolescentes, hombres y mujeres.
Abundó: "Podríamos tener mucho mayor avance si tenemos una regulación en materia de adopción, en alternativas
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