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Ensayo sobre la Fisiocracia.


Enviado por   •  12 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  1.995 Palabras (8 Páginas)  •  3.592 Visitas

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Introducción.

La Fisiocracia es una corriente económica fundamental en el desarrollo de la Economía Política, de hecho es considerado por muchos economistas, tanto clásicos como actuales, como la precursora de esta disciplina, por ello es fundamental su estudio y revisitación para comprender, ya no sólo la Historia de la Economía Política sino fenómenos económicos, políticos y sociales de actualidad.

El presente ensayo utilizará como su cimiento principal las lecturas de autores como Maurice Dobbs, Ekelund y Herbert y la crítica a la Fisiocracia realizada por Carlos Marx.

El principal problema para realizar este ensayo, opino que, estriba en pensar como una persona del siglo XVIII, hoy en día sabemos que la Agricultura no es el pilar fundamental y único en rentabilidad del entramado económico pero hemos de retrotraernos y pensar como una persona de hace tres siglos y comprender los factores productivos y la sociedad de su época para poder contextualizar y así valorar el pensamiento fisiócrata.

Desarrollo.

François Quesnay (1694) fue el gran fundador de la Fisiocracia así como puede afirmarse que Turgot (1727) fue el fisiócrata que mejor pudo aplicar dicha corriente ya que alcanzó cargos de alta responsabilidad en el gobierno francés del siglo XVIII (llegó a ser el equivalente actual a Ministro de finanzas ). La Fisiocracia se erige en torno a un concepto “naturalista” denominado como “orden natural”, invisible salvo cuando el hombre volvía a su origen libertario oponiéndose al derecho divino de carácter autoritario.

Para Quesnay y sus discípulos, el Estado actuaba de manera demasiado intervencionista, y el mercantilismo resultaba disgregador y reglamentado en exceso. Podríamos decir que de esta manera, la Fisiocracia se nos plantea como una suerte de liberalismo en estado puro que combina la permisividad del “dejar hacer” con la prevención de “no intervenir” y “no especular” que quedaría resumido en su contenido en el lema fisiócrata por excelencia “laissez-faire, laissez aller”. El pensamiento fisiócrata tiene como pilar la máxima de que es el agricultor el único que produce algo más que su salario, siendo el resto de sectores productivos considerados “estériles” por lo que todo lo demás acaba siendo considerado por ellos como parasitario o improductivo.

Los Fisiócratas fueron los pioneros a la hora de concebir el orden económico como análogo a un organismo natural, siendo la analogía recurrente aquella en la que la sociedad económica era un sistema de la circulación de la riqueza.

La cúspide del pensamiento fisiócrata se halla en el Tableau économique de Quesnay, el cual estaba diseñado para mostrar que, del rendimiento anual, una parte se dirigía a reponer aquello que se había consumido en el ciclo anterior, siendo que otra parte no necesitaba retornar quedando así como excedente o produit net. El trabajo se creía como productivo en tanto en cuanto tenía una capacidad para generar un excedente. Para el pensamiento fisiócrata, la industria no era más que una mera transformadora, daba un equivalente a cambio de un equivalente recibido por lo que no “creaba” o “generaba”, siendo por esto incapaz de generar excedente. La agricultura, en oposición a la industria, intercambia parte de su producción por aquellas manufacturas necesarias para su sostenimiento y el de la población agrícola pero la suma de este intercambio más aquello que usa para subsistencia no agota el total de lo producido por la tierra, siendo esta parte el excedente esencial del sistema económico.  Como mencionamos en la introducción del presente ensayo, ahora nos resulta una idea obsoleta y errónea pero es necesario contextualizar analizando cuál era el pensamiento del siglo XVIII y que aquella Francia era un país eminentemente agrícola en contraposición a la industrializada Inglaterra.

Adam Smith fue muy influenciado por el pensamiento fisiócrata, doctrinalmente, de hecho, sólo discrepaba profundamente con dicho pensamiento en la creencia de que sólo la agricultura era productiva. David Ricardo, que si bien no coincidía con el pensamiento fisiócrata en sus conclusiones, sí compartía su metodología, compartió con los fisiócratas su preocupación por la distribución de la riqueza, llegando a la conclusión de que el excedente o “produit net” adquirió un carácter extorsionador a las clases trabajadoras en beneficio de los terratenientes.

Pese al interesante hallazgo de Petty diferenciando entre “baratura natural” (dependiente de las manos necesarias para producir lo indispensable) y la “baratura política” (dependiente de que sean pocos los intermediarios en cualquier comercio), los fisiócratas cayeron en la tentación de identificar el costo y el valor, para ellos el costo real de una cosa consistía en el gasto necesario de trigo para financiar su producción por lo que era fácil suponer que en esto residía el “valor natural” de la mercancía. Mientras este proceso sea concebido únicamente en función de una sola mercancía –el trigo-, como hacían los fisiócratas, el concepto es fácil; el problema surge cuando introducimos en la ecuación otras mercancías necesarias en la subsistencia.

Para Marx, los fisiócratas fueron los primeros que se preocuparon por analizar el concepto del “capital, lo que les da la vitola de los primeros economistas modernos. No se les puede reprochar el hecho de que disociaran el capital de su forma natural ya que, para él, era algo totalmente comprensible que los fisiócratas vieran las formas burguesas de la producción como formas fisiológicas de la sociedad, emanadas de la necesidad natural de la producción e independientes de voluntades ajenas. A su vez, los fisiócratas determinan las formas que el capital asume en la circulación de capitales y la vinculación entre dicha circulación y el proceso de reproducción del capital. La agricultura, como forma primigenia de producción, era la única capaz de revelar la diferencia entre el “valor” de la capacidad de trabajo y su valorización, es decir la  plusvalía que la compra de la capacidad de trabajo le tributa a quien la emplea; el trabajo agrícola, para los fisiócratas, es el único trabajo productivo por esta razón, el único con capacidad para crear plusvalía y por consiguiente, la renta de la tierra es la única forma de plusvalía existente en su modelo. La ganancia, para los fisiócratas, es otro tipo de salario que le es pagado al capitalista por el terrateniente y que ha de ser considerado como costo de producción, incrementando así el valor de la materia prima.  Como hemos mencionado anteriormente, para los fisiócratas la renta de la tierra conforma la forma general de la plusvalía, siendo la ganancia industrial y el interés del dinero formas bajo las cuales la renta de la tierra es distribuida, en parte, de las manos del terrateniente a las de otras clases. Marx clasifica en cuatro las razones que explican la cosmovisión fisiócrata, siendo la primera de ellas la renta de la tierra como una plusvalía ajena a la industria; en segundo lugar, y siempre abstrayéndonos del sector exterior, la masa de los trabajadores independientes a la agricultura se encuentra determinada por la masa de productos agrícolas producidos por aquellos trabajadores que sí se dedican a la agricultura después de que éstos hayan cubierto su propio consumo; en tercer lugar toda plusvalía, relativa y absoluta, se debe a una productividad dada del trabajo y en cuarto lugar, la grandeza de la fisiocracia estriba en que deriva el valor y la plusvalía, no de la circulación, sino de la producción. La Fisiocracia es el primer sistema que analiza la producción capitalista pero a su vez aparece como una reproducción burguesa del sistema feudalista, siendo el terrateniente el verdadero capitalista apropiándose del plustrabajo.  La Fisiocracia como modelo también está repleta de contradicciones, por ejemplo su incapacidad para ver en el valor una forma de trabajo social, viendo la plusvalía como un don “otorgado” por la Naturaleza que retorna una cantidad mayor de trabajo a cambio de una determinada cantidad de materia orgánica.  Otra contradicción inherente a la Fisiocracia es aquella en la cual despoja a la renta de la tierra de su componente feudal, convirtiéndola en mera plusvalía por encima del salario del trabajo pero por otro lado reincide en el feudalismo derivando esta plusvalía de la Naturaleza y no de la sociedad.

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