Epidemiologia
Enviado por wildermartinez • 21 de Mayo de 2015 • 1.383 Palabras (6 Páginas) • 149 Visitas
8 Principios de epidemiología del medicamento
sobre el tratamiento del infarto agudo de miocardio y sobre su prevención
secundaria, son una posible aproximación para conocer la efectividad de las
estrategias terapéuticas en esta patología. Los ensayos del GISSI, en los que
han participado casi todas las Unidades Coronarias italianas,23-25 constituyen
un ejemplo modélico de este tipo de evaluación.
La eficacia y la efectividad no dan una idea del esfuerzo que es preciso
realizar para obtener el resultado deseado con una intervención. Por eso se
define la eficiencia como los «efectos o resultados finales alcanzados en
relación con el esfuerzo empleado, en términos monetarios, de recursos y de
tiempo», o también como el «grado en el que los recursos empleados para
procurar una determinada intervención, procedimiento, régimen o servicio, de
eficacia y efectividad conocidas, son mínimos», o como la «medida de la
economía (o coste de recursos) con la que se lleva a cabo un procedimiento
de eficacia y efectividad conocidas».21 El análisis de los costes – directos e
indirectos – de las intervenciones médicas ocupa una proporción limitada,
aunque creciente en los últimos años, en las publicaciones médicas.26, 27
LOS EFECTOS INDESEABLES
En los años treinta y cuarenta, cuando la introducción en terapéutica de
las sulfamidas y de la penicilina marca el inicio de la terapéutica
farmacológica moderna, ya se conocía la posibilidad de que los
medicamentos pudieran producir reacciones adversas; por ejemplo ya se
habían descrito casos de anemia aplásica o de agranulocitosis atribuidos a
medicamentos.28 Pero fue en esta época cuando se produjo el primer
accidente grave que dio lugar a modificaciones legislativas. El hecho ocurrió
en Estados Unidos, en donde se comercializó un jarabe de sulfanilamida que
contenía dietilenglicol como disolvente, lo que originó más de 100
fallecimientos.29
Un ulterior desastre terapéutico – la producción de una epidemia de
focomelia entre hijos de madres que habían tomado talidomida durante el
embarazo – fue el principal estímulo para modificar la legislación fuera de los
Esta-dos Unidos. En noviembre de 1961 el Dr. Lenz, un pediatra alemán,
informó que había atribuido un brote, todavía en curso, de una malformación
congénita extraordinariamente rara, la focomelia, al uso durante el embarazo
de talidomida, un nuevo hipnosedante al que se atribuía una mayor seguridad
que a los barbitúricos, sobre la base de estudios poco rigurosos realizados en
animales y en humanos.30-33 En diciembre de 1961 se publicó la primera
notificación de un caso en una revista médica de amplia difusión.31 La
talidomida fue retirada del mercado en 1962.
Estudios de utilización de medicamentos y de farmacovigilancia 9
El número total de casos de focomelia puede haber sido de unos 4.000 en
todo el mundo, de los que casi un 15% habrían fallecido.32 Más significativo
todavía, una revisión de los trabajos experimentales realizados con este
fármaco antes de su comercialización reveló que se habían publicado y
malinterpretado datos toxicológicos insuficientes y erróneos 33 (véanse
también la figura 7-3, pág. 139 y el Capítulo 6, págs. 119-120). En Estados
Unidos la normativa de registro de medicamentos era en aquellos tiempos
mucho más restrictiva que la de otros países, en parte como consecuencia
del episodio anteriormente citado del jarabe de sulfanilamida; por eso la FDA
no había permitido el registro de la talidomida y el país se libró de la epidemia
de focomelia.
A pesar de que dio lugar a una nueva percepción de los riesgos de los
medicamentos y a la modificación de algunas legislaciones nacionales, la
tragedia de la talidomida no tuvo efectos inmediatos. En los años sesenta la
percepción social de los medicamentos todavía era la de las «píldoras de la
felicidad», y no era rara la creencia – no lo es todavía en la actualidad – de
que cualquier intervención médica implica un riesgo. Lo ocurrido con el
dietilestilbestrol ilustra esta situación.
Entre 1960 y 1969 se identificaron 8 casos de una rara forma de cáncer de
vagina – adenocarcinoma de células claras – en un hospital de Boston. La
aparición de varios casos de esta enfermedad, hasta entonces prácticamente
desconocida, llamó naturalmente la atención de un grupo de médicos que
tuvieron la suerte de poder consultar las historias clínicas obstétricas de estas
pacientes. El estudio de Herbst y colaboradores y sus irrefutables
conclusiones forman ya parte de la historia: las 8 historias clínicas de las
madres de estas pacientes, en 7 constaba que habían tomado
dietilestilbestrol (DES), un derivado estrogénico sintético usado para la
prevenci6n del aborto durante el embarazo, en comparación con ninguna de
un grupo de 32 mujeres que habían dado a luz en el mismo centro y en la
misma época. 34 El aspecto quizá
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