Equidad de Género por Beatriz Lucía Pereira Meza

Equidad de Género por Beatriz Lucía Pereira Meza

Cuando se habla de feminismo generalmente pensamos en que es cuestión solamente de mujeres, pero éste término en muchos casos despreciado nos involucra a todos, ya que es por excelencia el camino hacia la equidad de género.

Con forme se refiera al término feminismo, me he dado cuenta que luchar por los derechos de las mujeres muy a menudo es sinónimos de odio hacia los hombres. Esto debe terminar.

Es conveniente recordar que el feminismo, por definición, es la creencia de que los hombres y las mujeres deberían tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría de la equidad política, económica y social de ambos sexos.

Pienso que es correcto que me paguen lo mismo que a los hombres. Pienso que es correcto que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo, pienso que es correcto que las mujeres se involucren en mi nombre en las políticas y decisiones que afecten mi vida. Pienso que es correcto que, socialmente, se me deba el mismo respeto que a los hombres.

Me entristece saber que muchas mujeres no quieren identificarse como feministas. Esto debido al miedo de que sean vistas como agresivas, anti-hombres e incluso poco atractivas. Sin embargo considero que la definición no importa mucho al fin y al cabo, lo que nos define son nuestras acciones.

Lamentablemente no es algo que se aplique, es por eso que me atrevo a  decir ante ustedes que no existe un solo país en el mundo donde todas las mujeres puedan esperar recibir los mismos derechos. Ningún país en el mundo puede decir que ha alcanzado la equidad de género. Considero que estos derechos son derechos humanos, sin embargo soy muy  afortunada, mi vida es un privilegio en comparación de otras mujeres, porque mis papás no me amaron menos porque fuera hija. No se me ha negado la educación por ser mujer. Nunca me dijeron que llegaría menos lejos porque algún día podría dar a luz a un hijo. Estas personas aunque no lo sepan son los feministas  que están cambiando el mundo hoy en día. Pero necesitamos más de estos, y si ustedes aún odian la palabra, no es la palabra lo que importa sino la idea que hay detrás de ella. Porque no todas las mujeres han recibido los mismos derechos que yo he recibido. De hecho, estadísticamente, muy pocas los han tenido.

Por otra parte me gustaría dirigirme a los hombres y decirles que la equidad de género es asunto de ustedes también. Porque, a la fecha, sigo viendo menospreciado por la sociedad el rol del padre en la paternidad a pesar de que, en la infancia, su presencia es tan necesaria como la de la madre. He visto a hombres jóvenes sufrir enfermedades mentales, y  se sienten incapaces de solicitar ayuda, por miedo a que eso los hiciera menos entre los hombres. He visto a hombres volverse frágiles e inseguros por un sentido distorsionado de lo que constituye el éxito masculino. Por estas y muchas otra razones pienso que los hombres no tienen, tampoco, los beneficios de la equidad.

Los estereotipos nos están matando lentamente, a los dos sexos de igual manera. Cuando seamos libres, las cosas cambiarán para las mujeres como consecuencia natural. Los hombres no tienen que ser agresivos, las mujeres no serán enseñadas a ser sumisas. Si los hombres no necesitan controlar, las mujeres no tendrán que ser controladas.

Debemos ver el género como una definición en lugar de como dos conjuntos opuestos de ideales. Deberíamos dejar de definirnos por lo que no somos y comenzar a definirnos por lo que realmente somos. Quiero que los hombres tomen esta responsabilidad para que sus hijas, hermanas y madres puedan ser libres de prejuicios, pero también para que sus hijos tengan permiso de ser vulnerables y humanos también, y que al hacerlo, sean una versión más completa y verdadera de sí mismos.

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