Equidad, género y salud: retos para la acción.

Equidad, género y salud: retos para la acción.

El objetivo de este trabajo se basa en la ética regularizando el mandato de la OPS. El resalte en la visión sobre equidad de género y el punto de vista de este, establece que no es congruente erradicar las desigualdades sin haberlas planteado.

Establecer la colaboración de la OPS, como sustento de la equidad, género y participación democrática es fundamental.

Equidad: no toda desigualdad es inequidad, inequidad según la OMS y la OPS, se establecen como “innecesarias”.

Género: No es lo mismo que sexo. Y no es igual que mujer. Género se constituye como la formación de la identidad, un aspecto primordial de la vida social. La preeminencia y desvalorización social limitan las oportunidades de la mujer.

Participación democrática: La participación se desenvuelve esencialmente en la equidad, pues es la que da lugar al ejercer este derecho. La equidad de género según la salud, se refiere a erradicar las disparidades innecesarias.

Dimensiones de la inequidad de género en el ámbito de la salud.

La salud relaciona dividir por sexos y perfiles. El estado de salud plantea un juicio de la frecuencia en que se dan a la práctica los derechos.

“La ventaja de supervivencia no equivale necesariamente a una mejor salud” (Gómez, 2002, p. 456).

Las mujeres experimentan mayor morbilidad.

“Las causas evitables de enfermedad y muerte son diferentes en mujeres y hombres” (Gómez, 2002, p. 456).

Un daño evitable, es el parto y sus consecuencias en la mujer. Según el sexo se relaciona la separación de roles.

“La pobreza afecta desproporcionadamente a la salud y la supervivencia de las mujeres” (Gómez, 2002, p. 456).

La mujer tiene mejor esperanza de vida, gracias al acceso a los servicios, pues los utilizan más seguido que los hombres. Gómez (2002), afirma que: “Es verdad que, en promedio, las mujeres tienden a utilizar los servicios de salud más frecuentemente que los hombres (…)”.                                                                                                                                                                                                    

En relación al problema presentado, Gómez (2002) sostiene que:

“La equidad de género en la atención de la salud no significa que hombres y mujeres reciban cuotas iguales de recursos y servicios. Significa más bien, que los recursos se asignen y se reciban diferentemente de acuerdo con las necesidades de cada sexo y el contexto socioeconómico individual. La noción de necesidad que fundamenta el concepto de equidad distributiva conduce hacia la asignación dispar de recursos de acuerdo con los requerimientos particulares de grupos e individuos”.

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Equidad de género como tema de debate.

La incorporación de la equidad de género, usándose como tema de debate, es consecuencia del proceso social y político. La inclusión de los temas de género es resultado principalmente de los movimientos feministas. Especialmente, en los países de Chile y Perú, se pueden observar características de este proceso, como la postulación del contexto del debate político, para utilizar la equidad de género como tema controversial y para crear instituciones gubernamentales responsables de velar por la equidad de género como tema político.

Las políticas deben asegurar el progreso de la igualdad social. Sugieren alternativas del artículo primero proveniente de “Los estudios de género en las ciencias sociales”, “transición con el feminismo”, etcétera.

Por otro lado, permiten crear mecanismos para erradicar la presión a la exclusión de los grupos sociales con menos poder, y también habilitan el análisis del sentido de las acciones del Estado al respecto.

Acceso a la educación y socialización de género en un contexto de reformas educativas.

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