Estado De Bienestar Y Fordismo
Enviado por mecscastros • 26 de Abril de 2013 • 6.447 Palabras (26 Páginas) • 748 Visitas
ESTADO DE BIENESTAR Y FORSDISMO
Los antecedentes del Estado de Bienestar vienen desde muy lejos, pero se han desarrollado extraordinariamente después de la Segunda Guerra Mundial en Europa Occidental. Es durante el período comprendido desde la segunda posguerra hasta principios de la década del setenta (que el historiador Eric Hobsbawn denomina a esta etapa como "Edad de Oro") cuando se consolidan los Estados de Bienestar.
Durante la Edad de Oro se desarrolló en Occidente un intento de subordinar el trabajo, de desarrollar un nuevo capitalismo, que dependía mucho del uso y expansión del crédito para evitar o controlar el proceso de crisis que se había manifestado en los años treinta luego de la Gran Depresión.
Con la implementación de las políticas económicas llamadas "keynesianas", asistimos a una cierta explosión del gasto público durante este período, particularmente del gasto social: educación, salud, vivienda, jubilaciones, pensiones y prestaciones de desempleo.
Es conveniente subrayar que el estado de Bienestar se trata de un proceso en el cual se han abandonado en la práctica algunos elementos de la teoría liberal del Estado. En efecto, el estado ha dejado de ser "no intervencionista" y se ha considerado que era responsabilidad suya conseguir una situación de pleno empleo, un sistema de seguridad social que cubriera la totalidad de la población y la generalización de un alto nivel de consumo y la garantía de un nivel de vida mínimo incluso para los más desfavorecidos.
Este tipo de Estado asumía la obligación de suministrar asistencia y apoyo a aquellos que sufrieran necesidades y reconocía formalmente el papel de los sindicatos en la negociación colectiva y en la formación de los planes públicos.
El estado de Bienestar es un grupo de manifestaciones, en primer lugar, del deseo de la sociedad de sobrevivir como una totalidad orgánica y, en segundo lugar, del deseo expreso de todas las personas en el sentido de contribuir a la supervivencia de algunas personas. (1)
AUGE Y CAIDA DEL FORDISMO
Según David Harvey, hay dos amplias áreas de dificultad dentro de un sistema económico capitalista que deben negociarse con éxito si se quiere asegurar la viabilidad del sistema. La primera surge de las cualidades anárquicas de los mercados que fijan los precios, y la segunda, de la necesidad de controlar el despliegue de la fuerza de trabajo a fin de garantizar la plusvalía en la producción y, por lo tanto, las ganancias positivas para tantos capitalistas sean posibles.
Sin duda alguna, el acostumbramiento de los trabajadores asalariados al capitalismo fue un largo proceso histórico que debe renovarse con la incorporación de cada nueva generación de trabajadores a la fuerza de trabajo. La disciplina impuesta a la fuerza de trabajo en función de la acumulación capitalista es un asunto muy intrincado.
La socialización del trabajador a las condiciones de la producción capitalista supone el control social de fuerzas físicas y mentales sobre bases muy amplias. La educación, el entrenamiento, la persuasión, la movilización de ciertos sentimientos sociales (la ética del trabajo, la lealtad a la compañía, el orgullo nacional o local) y tendencias psicológicas (la búsqueda de identidad a través del trabajo, la iniciativa individual o solidaridad social), todo esto desempeña un papel y está íntimamente mezclado con la formación de las ideologías dominantes cultivadas por los medios masivos, las instituciones religiosas y educativas, las diversas ramas del aparato estatal, y afirmado por la simple articulación de su experiencia, por parte de aquellos que hacen el trabajo. (2)
El fordismo fue –hasta mediados de la década del setenta- el modelo de producción hegemónico de los principales centros capitalistas. La producción se hacía en las grandes fábricas organizadas alrededor de la línea de montaje de acuerdo con los principios adoptados por Henry Ford en la producción del Modelo T. El trabajo era repetitivo y no necesitaba mucha calificación pero los salarios eran relativamente altos. Ford no hizo más que racionalizar las viejas tecnologías y una división preexistente del trabajo especializado, si bien al hacer que el trabajo fluyera hacia un trabajador estacionario, logró grandes aumentos de productividad. La lógica de este sistema estaba basada en los altos salarios que permitían vivir la vida de consumo de masas y que al mismo tiempo generaba demanda de los productos. "La piedra angular de toda estructura eran los sindicatos y la práctica de la negociación colectiva". (3)
Lo novedoso de Ford fue su concepción, su reconocimiento explícito de que la producción en masa significaba un consumo masivo, un nuevo sistema de reproducción de la fuerza de trabajo, una nueva política de control y dirección del trabajo, una nueva estética y una nueva psicología; en una palabra "un nuevo tipo de sociedad racionalizada, modernista, populista y democrática" (4). Es en este sentido que Antonio Gramsci, en sus cuadernos de la Cárcel, sostiene que "el esfuerzo colectivo más grande que se ha realizado hasta la fecha para crear, con una velocidad sin precedentes y con una conciencia del objetivo que no tiene parangón en la historia, un nuevo tipo de trabajador y un nuevo tipo de hombre". Evidentemente, el fordismo dependía de que el Estado nacional asumiera un rol muy especial dentro del sistema global de regulación social.
Frente a esta perspectiva podemos resumir que en el "Estado de Bienestar" encontramos dos componentes constitutivos. Por una parte, el marco político consistente en el consenso para que los representantes de los trabajadores negocien con los empresarios y bajo la supervisión de las burocracias estatales los marcos referenciales del crecimiento económico.
Y por otra parte, un componente netamente económico consistente en la creación de las estructuras sociales por las cuales se canalizaba una importante masa de recursos económicos que, funcionando como salarios indirectos, aumentaban en forma real el nivel de vida de los sectores asalariados.
En este sentido, Claus Offe plantea una visión completa del asunto al afirmar que "…el Estado de Bienestar ha sido el resultado combinado de diversos factores (…) El reformismo socialdemócrata, el socialismo cristiano, elites políticas y económicas conservadoras ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que abogaron en su favor y otorgaron esquemas más y más amplios de seguro obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario mínimo, expansión de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados, así como el reconocimiento de los sindicatos como representantes económicos
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