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¿Está Progresando El Mundo?


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2014  •  12.564 Palabras (51 Páginas)  •  166 Visitas

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Está Progresando el Mundo

Bibliografía:

García, Azucena. El Desarrollo no es bueno Para Todos. Eroski Consumer. 08 de julio 2014.

Una lista de preguntas para el ensayo...

1. ¿Qué es el progreso?

2. ¿En qué áreas hemos visto el progreso? y qué áreas hemos visto una erosión de progreso?

3. El progreso tecnológico? El progreso cultural? El progreso económico? El progreso político? El progreso espiritual?

4. ¿Qué progresos se han hecho en el pasado? Dar ejemplos.

5. ¿Qué beneficios trajo el progreso?

6. ¿Qué problemas trajo progreso?

7. ¿En qué áreas del mundo Qué necesitamos para progresar? (véase el punto 3 anterior)

8. ¿Qué tipo de progreso se ha visto en su propia comunidad o país? Dar ejemplos.

9. ¿Ha habido problemas causados por el progreso?

10. ¿Qué progreso se está haciendo para resolver los problemas?

11. ¿Dónde ve usted los mejores progresos realizados en la actualidad?

12. ¿Cuál sería para ti el progreso en el futuro?

13. ¿De qué tienes pensamientos finales sobre el progreso? El progreso ha sido bueno o malo?

PROGRESO: Nombre masculino.

1. Mejora o avance que experimenta una persona o una cosa hacia un estado mejor, más avanzado o más desarrollado.

"John ha hecho muchos progresos hablando español; en la bolsa venezolana flota desde hace varios días una sensación de progreso alcista; con la aplicación de la máquina de vapor a la navegación y los progresos en ingeniería naval, los transportes marítimos se multiplicaron"

2. Desarrollo continuo, gradual y generalizado de una sociedad en los aspectos económico, social, moral, científico, cultural, etc.

"la invención del alfabeto puede considerarse uno de los grandes acontecimientos del progreso humano; el predominio de la razón en el siglo XVIII hizo posible el progreso de la ciencia y de la técnica"

El progreso consiste en un desarrollo, una mejora o un avance. El término, que procede del latín progressus, indica que algo se dirige hacia adelante, ya sea de manera simbólica, temporal o física.

Por ejemplo: “Hacía cuatro años que no visitaba la provincia: el progreso conseguido es digno de admirar”, “En este país, el esfuerzo no siempre se traduce en progreso”, “El equipo comenzó el torneo en excelente forma pero, con el progreso del campeonato, se desinfló”.

Lo habitual es asociar el progreso al desarrollo humano. Se entiende, en este sentido, que el progreso implica una mejora en las condiciones de vida de las personas. Los individuos que progresan, por lo tanto, son aquellos que logran un crecimiento profesional y que tienen los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas y obtener nuevas comodidades.

Mejorar el acceso a la salud, la educación y el trabajo, perfeccionar la infraestructura de las ciudades, reducir el nivel de contaminación, mantener la limpieza de los espacios públicos y garantizar la seguridad son apenas algunas de las cuestiones a tener en cuenta para que una determinada región logre progresar.

Aquello que se entiende por progreso, de todas formas, puede variar. Para la religión, el progreso puede asociarse a encaminar la existencia en sintonía con los designios divinos. La política y la economía, en cambio, vinculan el progreso al desarrollo social. Un trabajador, por su parte, puede entender el progreso como el crecimiento profesional.

Lee todo en: Definición de progreso - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/progreso/#ixzz375vk2Dgw

El progreso, un concepto elusivo

La pregunta por el progreso es tan antigua como problemática.

Mientras Platón creía en una dinámica cíclica de los acontecimientos humanos, Aristóteles no descartó la posibilidad de progreso, al menos en cuanto al perfeccionamiento de la ley. La visión kantiana de la historia fluctúa entre su optimismo en el progreso moral y su convicción luterana sobre el carácter universal del mal.

Debemos admitir que la noción de progreso termina siendo una de las más difusas y escurridizas. Sin embargo, el término parce adquirir nitidez cuando lo limitamos a categorías específicas. En ajedrez, dejando de lado juicios estéticos, la noción de progreso suscita pocas discusiones: la teoría del juego ha progresado hasta el punto de que el genio de Capablanca difícilmente podría derrotar la técnica ajedrecística de un Gran Maestro contemporáneo. En las pruebas atléticas, por ejemplo, donde las marcas proporcionan herramientas objetivas para cuantificar el desempeño de los deportistas, el progreso resulta incuestionable: hay tanta distancia entre Jesse Owens y Usain Bolt como entre el Espíritu de San Luis y el Concorde.

Si la noción de progreso resulta evidente en los deportes, el mismo concepto se muestra resbaladizo cuando nos trasladamos al terreno de la biología. Pero incluso allí estaríamos motivados a pensar que evolución y progreso deben guardar una estrecha correlación. Al examinar la evolución del ojo, por ejemplo, observamos un proceso que va seleccionando diseños anatómicos cada vez más apropiados para el desempeño de una función determinada: de un simple agregado de células sensibles a la luz, los diminutos ojos primitivos se fueron transformando con el paso de los siglos en sistemas de receptores fotosensibles cada vez más organizados y complejos. La necesidad de localizar la fuente de luz seleccionó una arquitectura óptima: un recinto invaginado a manera de cámara oscura rudimentaria. Milenios de evolución darwiniana se encargarían de perfeccionar estos ojos embrionarios hasta convertirlos en los órganos exquisitamente complejos que hoy conocemos.

El ejemplo anterior comporta dos elementos esenciales que hacen posible darle significado al término “progreso” en contextos específicos: el primero consiste en la posibilidad de identificar a priori la meta que se desea alcanzar en cada situación. Un segundo elemento exige la presencia de un criterio cuantitativo, uno que permita estimar entre dos entidades la más cercana a dicha meta. En las especies vivas, por ejemplo, el objetivo consiste en hacer máxima la eficacia reproductiva. La distancia a la meta vendrá determinada por la cantidad de genes que cada individuo aporte a las generaciones posteriores, por “la supervivencia del más fuerte”, en el lenguaje erróneo de Spencer. Es bajo esta acepción precisa del término que podemos hablar de progreso en el mundo vivo. Sin embargo, debemos ser cautelosos, pues distintos nichos fijan metas disímiles y líneas evolutivas diferentes.

No podemos afirmar, por ejemplo, que el ojo del halcón signifique un estadio más avanzado que,

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