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Enviado por   •  15 de Octubre de 2013  •  2.930 Palabras (12 Páginas)  •  235 Visitas

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LAS FIESTAS INFANTILES

Las primeras celebraciones recogidas fueron las de los faraones alrededor de 3000 a.C., que consistían en brillantes fiestas en palacio en las que tomaban parte sirvientes, esclavos y hombres y mujeres libres, e incluso se ponía en libertad algún preso de las cárceles reales.

Plutarco, en el siglo I, escribió sobre la celebración de cumpleaños de dos mujeres: Cleopatra II, que recibió como regalo más macabro los restos de su hijo asesinado y descuartizado a manos de su marido (que era a la vez su hermano) y Cleopatra IV que realizó una fiesta por todo lo alto colmada de regalos para todos.

Grecia tomó esta tradición egipcia celebrando los cumpleaños del cabeza de familia, e incorporando un pastel especial a base de harina y miel.

Este pastel provenía del culto a las deidades. Ya en el siglo III a.C. los devotos de Artemisa, diosa de la Luna y de la Caza, la honraban los días seis de cada mes con uno de estos pasteles, redondos como la Luna, en el que encendían velas de cera (su luz representaba la del astro) cuya llama se encargaba ella misma de apagar a través de un soplo de aire que descendía de una especie de ventanuco situado en la parte alta del templo.

El Cristianismo acabó con aquella costumbre que consideraba que la gloria comenzaba con la muerte y no con la vida, con lo que la celebración del cumpleaños quedó con un carácter pagano hasta que la Iglesia cambió de actitud hacia el siglo IV. Posteriormente, en el siglo XII, se comenzaron a registrar los nacimientos en las parroquias europeas y se volvió a celebrar el cumpleaños, ahora ya no solo el de los varones o cabeza de familia, sino el de todos.

Ya entonces era parte del ritual el apagar las velas del pastel de un solo soplo con la habitación a oscuras. Y eran velas a las que la creencia folklórica dotaba de una magia especial. Desde antiguo se consideraba que las brujas y demonios no podían obrar maleficio alguno contra aquél que tuviese encendida una vela bendecida, y esta creencia se traslada a las velas del cumpleaños con la idea de protección al homenajeado y con la de atraer la buena suerte. Asimismo, los ruidos y aplausos ahuyentaban los malos espíritus que hubiera en la celebración.

La costumbre del pastel de aniversario resurgió entre los campesinos alemanes en la Edad Media, a través de un nuevo tipo de celebración, una Kinderfeste, ofrecida específicamente a un niño o niña (Kind). En cierto modo, esto señaló el comienzo de las fiestas infantiles de cumpleaños, y en muchos aspectos un niño alemán del siglo XIII recibía más atenciones y honores que sus coetáneos de los tiempos modernos. Una Kinderfeste comenzaba al amanecer. El niño agasajado era despertado por la llegada de un pastel coronado con velas encendidas. Estas velas se cambiaban y se mantenían encendidas durante todo el día, hasta que, después del ágape familiar, se despachaba el pastel. El número de velas era igual al de los años que cumplía el niño, más una, que representaba la «luz de la vida». El niño o niña recibía también regalos y seleccionaba el menú para el banquete familiar, pidiendo sus platos predilectos. Nuestra costumbre de pensar un deseo y soplar las velas procede también de la Kinderfeste alemana. Las velas de cumpleaños debían apagarse con un solo soplido, y el deseo, en caso de convertirse en realidad, debía mantenerse en secreto.

Actualmente los cumpleaños se celebran de diferente forma dependiendo del país, pero la mayoría coinciden en la tarta y los regalos

Hoy es costumbre celebrar la fiesta de cumpleaños de una persona viva, pero, de haber continuado con la tradición occidental, estaríamos observando celebraciones anuales del cumpleaños de la muerte de una persona, que en otro tiempo era un acontecimiento más significativo. Muchas de nuestras celebraciones han cambiado radicalmente en comparación con lo que eran en otro tiempo. Nunca se celebraban las fiestas de cumpleaños de los niños, ni tampoco las fiestas de cumpleaños de las mujeres, y el adornado pastel de cumpleaños, que fue por breve tiempo una tradición griega, dejó de confeccionarse durante siglos, aunque reapareció más tarde, adornado con velas y saludado con un coro de «Feliz cumpleaños».

¿De dónde proceden, nuestras costumbres relacionadas con las fiestas de cumpleaños?

En Egipto, y más tarde en Babilonia, los aniversarios del nacimiento o cumpleaños, eran registrados y celebrados en el caso de los niños pertenecientes a la realeza y de sexo masculino. Las fiestas de cumpleaños se desconocían entre las clases bajas, y entre todas las mujeres, excepto la reina. Sólo el rey, la reina o los varones nobles de muy alto rango tenían reconocido su cumpleaños, y sólo entre ellos se celebraba anualmente.

En la historia que ha quedado registrada, las primeras celebraciones de fiestas de cumpleaños tuvieron lugar alrededor de 3.000 a.C., y fueron las de los primeros faraones. Esta práctica comenzó después de unir el Alto y el Bajo Egipto. Dichas fiestas de cumpleaños consistían en grandes fiestas en palacio y en las que tomaban parte todos los sirvientes, esclavos, hombres y mujeres libres. A menudo, se ponía en libertad a presos de las cárceles reales. Dos antiguas fiestas de cumpleaños de mujeres han quedado documentadas.

Gracias a Plutarco, el biógrafo y ensayista griego del siglo I, sabemos que Cleopatra IV, última soberana de la dinastía de los Tolomeo, organizó una fastuosa fiesta de cumpleaños para su amante Marco Antonio, en la que incluso los invitados quedaron colmados de regalos reales.

Una reina egipcia anterior, Cleopatra II, que se casó incestuosamente con su hermano Tolomeo y tuvo un hijo de él, recibió de su marido uno de los más macabros regalos de cumpleaños de toda la historia: los restos de su hijo asesinado y descuartizado.

Los griegos adoptaron la costumbre egipcia de celebrar fiestas de cumpleaños, y a partir de los persas, reputados entre los grandes reposteros de la Antigüedad, incorporaron un pastel especial. El escritor Filocoro nos explica que los adoradores de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza, celebraban la fiesta de cumpleaños de ésta el sexto día de cada mes, preparando una gran tarta a base de miel y harina. Ciertos datos sugieren que el pastel de Artemisa pudo haber estado adornado con velas encendidas, puesto que las velas representaban la luz lunar, la irradiación de la diosa hacia la Tierra.

Las fiestas de cumpleaños de las deidades griegas se celebraban con carácter mensual, por lo que cada dios era festejado con doce fiestas de cumpleaños al año. En cuanto a los mortales, las fiestas

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