Etnocentrismo. El apartheid en Sudáfrica
Enviado por Miriam Gianoglio • 9 de Agosto de 2015 • Apuntes • 908 Palabras (4 Páginas) • 750 Visitas
Etnocentrismo
Llamamos racismo a las diferenciaciones, valoraciones e inferiorizaciones basadas en aspectos raciales (físicos y biológicos). En cambio, a las diferenciaciones e inferiorizaciones realizadas desde los aspectos sociales y culturales las llamamos etnocentrismo. El etnocentrismo es una actitud por la que se considera que la propia sociedad y la propia cultura son superiores a otras.
Si analizamos de la palabra “etnocentrismo” vemos que tiene dos partes: etno, etnia, que significa pueblo, nación, cultura y centrismo, que alude a centro. Es decir, considerar que la propia etnia o cultura es la central. Podríamos decir que hay distintas formas de etnocentrismo.
Suele suceder que las personas creemos que nuestra forma de ser y vivir es la adecuada, la correcta. Esto no implica, sin embargo, que efectivamente sea así. Este tipo de etnocentrismo se nos cuela cotidianamente: tendemos a mirar, distinguir y apreciar lo diferente, tratando de encasillarlo y encuadrarlo en nuestros propios modelos de vida. Esta actitud, que tal vez no podamos evitar pero sí controlar, limita en alguna medida nuestra capacidad de comprender. Reflexionar sobre estas actitudes amplía nuestra posibilidad de entender la realidad y las personas en particular.
Pero hay una forma de etnocentrismo que va mucho más allá. En el contexto de la expansión colonial europea del mundo, la ideología que afirmaba que los otros eran peores o inferiores llegó a formar parte, e incluso a justificar, ese mismo proceso de expansión, conquista y sometimiento.
El apartheid en Sudáfrica
El apartheid ha sido considerado uno de los ejemplos más extremos de racismo. La palabra apartheid significa segregación. Fue un sistema de separación entre razas que funcionó en Sudáfrica entre 1948 y 1991. En las páginas que siguen encontrarás más explicaciones sobre este aspecto de la historia del siglo XX.
El caso del apartheid ilustra dramáticamente muchas de las cuestiones que hemos visto en este capítulo: el contexto colonial, los criterios de clasificación de razas y el uso de estas clasificaciones para justificar el despojo de las tierras y riquezas y la marginación de gran parte de la población. Este caso nos muestra, además, a un pueblo que resistió y se opuso activamente a la injusticia y la discriminación.
Leyes que segregan
Desde principios del siglo XX, los británicos y los descendientes de holandeses comenzaron a imponer leyes que determinaban que las diferentes razas (concretamente la blanca y la negra) que habitaban la región, debían permanecer separadas. Este es el motivo por el cual a estas leyes se las denomina segregacionistas. En el año 1948 terminaron de sancionarse y aplicarse las leyes del apartheid.
De acuerdo con el apartheid, se clasificaba a todos los pobladores en tres categorías: blanco (europeos), negro (africanos) o coloreado (mezclados).
Esta clasificación racial se establecía en relación con la apariencia, la ascendencia y los hábitos y conductas. Por ejemplo, una persona no podía ser considerada blanca si uno de sus padres era negro.
Además, las leyes impedían a los negros ocupar cargos en el gobierno o que votaran. Estaban prohibidos los matrimonios entre personas de razas diferentes. Se estableció que ciertos espacios de la ciudad solo podían ser ocupados por blancos. Las áreas destinadas a vivienda asignadas a los negros (territorios reservados) no tenían, generalmente, servicios de electricidad ni de agua. También se dividieron los espacios públicos de circulación de ambos grupos (calles, plazas, playas, colectivos, escuelas, hospitales).
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