Eva, un paraiso hecho mujer

EVA, UN PARAISO HECHO MUJER

Todo el mundo ha de saber que nuestros primeros antepasados fueron Adán y Eva, los primeros y únicos individuos en el inicio de la  creación, quienes disfrutaron y fueron amos y señores de lo que en ese entonces fue llamado el paraíso o el Edén.

Tanto yo como muchos pensamos que ese paraíso era algo increíble y sin precedentes, algo mágico y nunca jamás antes visto, pero lo que el autor de esta obra Mark Twain supone, es que nosotros los del presente somos los que vivimos en el paraíso, el por qué, dejará inconformes o confusos a muchos lectores.

Recordemos que al principio existía un solitario Adán  en el jardín del edén,  el cual estaba tan acostumbrado a este silvestre paisaje, que ni siquiera lo apreciaba, sin embargo lo que Adán más adoraba era su soledad y tranquilidad, pues toda su vida fue igual y cualquier cosa que perturbase esa pacifica calma, significaría un  problema para este “rey del paraíso”, pues un rasgo característico de la masculinidad antigua era el costumbrismo y el arraigo a una zona de confort el mayor tiempo de vida posible.

Así que para Adán todo era perfecto, o por lo menos era lo que él pensaba, hasta que de repente aparece por primera vez esa “nueva criatura de pelo largo” de figura delicada y apariencia frágil. Esa criatura no era menos que una persona semejante pero contraria a su especie en todos los sentidos, y no solamente en lo obvio, en el sexo, en las expresiones y esas cosas, no, y tampoco en lo que pensaría gran parte de la comunidad machista acerca de la inferioridad física e intelectual de esa criatura fémina para con el hombre, pues tal y como lo describe el autor y quizá el mismo Adán, es lo contrario e inesperado de lo que se creería de esta criatura llamada Eva, una mujer que pronto se convertiría de algo tan extraño e indescifrable a ser la mejor compañía de cualquier lugar en el mundo.

Pero es que Eva, desde que la dejaran caer en este Paraíso, se dio cuenta de que ella era un “experimento”, como todo lo que allí había. Disfrutaba viendo ese universo nuevo, y se preguntaba y preguntaba, buscando entenderlo todo. Entre tanto, se topa con otro “experimento” al que no sabía cómo llamar, pudiera ser un hombre, aunque al principio le pareció que tenía que ser una especie de “reptil”, probablemente mudo, demasiado simple, y siempre tumbado, entre otras características. Pasa el tiempo, y al final pensó Eva que era una criatura ideal para querer.

Por su parte Adán queda embelesado de la complejidad de Eva. Es consciente del riesgo que corre estando cerca de ella, "creo que acabaría convenciéndome” de su forma de ver las cosas, se decía Adán. Y pasando el tiempo, para Adán ya no habrá más Paraíso que su Eva, como no podría ser de otra forma, porque Eva se había convertido entre los experimentos, en el experimento principal.

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