Experiencias Para La Formación Inicial De Un Docente

• De manera individual, escriban o dibujen, alguna anécdota, recuerdo o experiencia sobre su formación inicial como maestro.

• Describan qué los llevó a elegir y ejercer esta profesión, si se les facilita, pueden optar por describirse en esa etapa de su vida profesional ¿quiénes eran, cuáles eran sus intereses o ideales y qué expectativas tenían de esta profesión?

Me encontraba estudiando en la facultad de ciencias en la UNAM, tomaba muchas materias y todas muy diversas, había grandes maestros a los que admiraba, otros a los que llamaban barcos, otros a los que quería seguir, como los investigadores que impartían clases y aparte trabajaban en su laboratorio, lo de la docencia no era mi fuerte y no me llamaba la atención, por el contrario, fue en el segundo bimestre que tuve un profesor que impartía la materia de biología molecular, materia que deseaba aprender y dominar apasionadamente porque yo quería ser investigadora como los grandes, era una materia difícil y de mucha dedicación, sin embargo, en ese curso las enseñanzas no me daban ninguna satisfacción ya que la mayoría de los alumnos éramos “burros” según decía el maestro, dado que su clase se basaba únicamente en exposiciones vacías, sin imágenes, y con miles de letras que desbordaban de las hojas, me daba flojera, porque además, los alumnos nunca teníamos la razón de nada, lo correcto era lo que él decía tal cual, lo correcto era lo que decían las alumnas consentidas que siempre sacaban diez por poner bonitos colores y letras con corazoncitos en las tareas, las que siempre desayunaban con él antes de la clase y en sus exposiciones aunque los contenidos fueran malísimos siempre sacaban un diez, fue frustrante, porque la mayoría le teníamos miedo, nunca tuvimos motivaciones, nunca me sentí bien, por el contrario, me sentí la peor estudiante porque, tenía que presentar mi trabajo final, el que obviamente estaría mal. Por cuestiones del destino, encontré una maestra de pedagogía que impartía la materia de “Didáctica de la biología”, ¿Didáctica? ¿Qué es eso? pensé, me causó curiosidad y entré a una clase como oyente, mi sorpresa fue tal al saber que los profesores pueden enseñar de maneras tan distintas y constructivas, que ante mi desesperación por no reprobar acudí a ella para pedirle ayuda sobre la presentación de mi trabajo final en la clase de “biología infernal”-(así le llamábamos)- porque además de escribir un trabajo, tenía que reproducir un experimento y explicarlo, lo que me daría la calificación del curso; sus instrucciones fueron tan claras, sus consejos fueron ventanas abiertas y mi re-enamoramiento de la biología, porque gracias a esa materia estuve a punto de desertar de la escuela, ¡¡de mi profesión!! ¡de lo que más me gustaba! y esa maestra, Julieta Valente me recuperó de la agonía de sentirme fuera de lugar y perdida en el espacio. En fin, presenté mi trabajo, y como era de esperarse, lo reprobé, pero ya no derrotada, no con la decisión de dejar de estudiar, sino lo contrario, muy orgullosa de mi, de mi trabajo, de mi esfuerzo, de compartir ese abismo con mis compañeros, y por reprobar, porque todo el grupo reprobó el curso por ser unos “zánganos”, la verdad, ya no me afectó su comentario, porque aprendí que esas palabras salieron de una persona que no es humana, que no sabe valorar, que es vacía e inútil en la sociedad y que por personas como esa hay miles de personitas que sufren sin razón y

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