Fantasmas
Enviado por GrachyMg • 28 de Septiembre de 2014 • 1.958 Palabras (8 Páginas) • 183 Visitas
«Fantasmagórico» redirige aquí. Para la serie de anime, véase Fantasmagórico (anime).
Para otros usos de este término, véase Fantasmas (desambiguación).
Dante y Beatriz en el Paraíso; de Gustave Doré, ilustración de la Divina Comedia, Paraíso, Canto XXXI. Según el Catolicismo, algunos fantasmas son almas del Purgatorio que piden que recen por ellas para alcanzar el Paraíso.
Pintura del espectro de Okiku por Yoshitoshi Tsukioka. La historia de fantasmas Banchō Sarayashiki es una de las más famosas del folklore Edo japonés.
Los fantasmas (del griego φάντασμα, "aparición"), en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas de seres muertos (más raramente aún vivos) que se manifiestan entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos —poltergeist—), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas.
Índice [ocultar]
1 Descripción
2 Origen
3 Historia
4 Clases de fantasmas
5 Fantasmas, sociedad y economía
6 Fantasmas y parapsicología
7 Fantasmas y espiritismo
8 Fantasmas y cristianismo
9 Fantasmas y psicología
10 Fantasmas y literatura
11 Comunicación con fantasmas
12 Existencia de los fantasmas
13 Fantasmas célebres
13.1 En India
13.2 En Colombia
13.3 En Venezuela
13.4 En China
13.5 En Japón
13.6 En Irlanda
13.7 En Escocia
13.8 En Inglaterra
13.9 En el País de Gales
13.10 En Cornualles
13.11 En Francia
13.12 En Canadá
13.13 En Italia
13.14 En Países Bajos
13.15 En Escandinavia
13.16 En Polonia
13.17 En Portugal
13.18 En Perú
13.19 En México
13.20 En los Estados Unidos
13.21 En Grecia
13.22 En Chile
13.23 En Argentina
13.24 En Estonia
13.25 En Nueva Zelanda
13.26 En Alemania
13.27 En la República Checa
13.28 En Sudáfrica
13.29 En Bolivia
13.30 En España
13.31 En Costa Rica
14 Véase también
15 Notas y referencias
16 Bibliografía
17 Enlaces externos
Descripción[editar]
Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromas, por lo general oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas, nebulosas o antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes, que flotan y pueden no estar completas o no tener rasgos definidos ni rostro; pero también y más raramente aparecen opacos, de cuerpo entero y con apariencia humana normal. Algunos estudiosos relacionan fantasmas y espectros con las esferas de luz u orbes, que han sido filmados saliendo o entrando a través de paredes; en realidad, podría tratarse de rods, artefactos, motas de polvo, insectos o ilusiones ópticas producidas por retrodispersión, pareidolia, apofenia o cualquier otro prejuicio cognitivo.
Algunos parapsicólogos han documentado que la aparición del fantasma no suele sobrepasar una fracción de segundo o a lo más dos o tres segundos, raramente más; en los momentos previos constatan que se produce alguna forma de entalpía por la cual la temperatura baja sensiblemente antes de alguna manifestación sensible (desplazamiento de objetos, ruidos, fenómenos electrónicos de voz, visualizaciones); pueden acompañarlos aromas penetrantes, golpes, ruidos (generalmente pasos), música o voces que pueden grabarse magnetofónicamente (los llamados fenómenos electrónicos de voz, mal llamados psicofonías), aunque cada uno de estos fenómenos puede darse también separada y aisladamente. Su aparición provoca a veces en los seres humanos decaimiento, opresión o cefalea y en el momento de su manifestación estos parapsicólogos documentan una carga electromagnética inusual que puede producir de forma natural los trastornos señalados anteriormente.1 Se afirma también que en los lugares que frecuentan los fantasmas a menudo se descargan las baterías de los aparatos eléctricos destinados a captarlos o se apagan las luces, lo que se debería a que la fantasmogénesis provoca dicha citada entalpía electromagnética (el fenómeno absorbe, y menos frecuentemente expulsa) una cierta energía cinética (en forma de frío o calor o movimiento de objetos) o electromagnética, o está relacionada de algún otro modo con distorsiones en diversos tipos de energía por medio de witricidad inversa. En este sentido, algunos experimentos, como los diseñados por el doctor Michael Persinger, han logrado reproducir "presencias" (o más bien tulpas o ideoplastias) por medio de leves corrientes electromagnéticas sobre el lóbulo temporal del cerebro y han intentado relacionarlas con entornos geológicos concretos de materiales transductores y fenómenos como la piezoelectricidad. Comprobaciones experimentales aseveran una correlación cuantitativa cierta entre el volumen de energía electromagnética ambiental (tormentas, viento fuerte, líneas de alta tensión) y fantasmogénesis. Asimismo, parece existir una cierta relación entre la existencia geológica subterránea de materiales dieléctricos y la presencia de estos fenómenos, cuyo comportamiento simula el de ondas evanescentes de plasmones reflejadas por witricidad, es decir, uno de los tipos de plasma frío o estados de agregración de la materia. Sin embargo, este tipo de causa no explicaría la infinidad de casos documentados a lo largo de la historia en los que los testigos afirman haber reconocido los rasgos de la supuesta aparición ni aquellos en los que la presencia ha sido fotografiada o grabada, quedándose en una explicación complementaria a otras psicológicas, sociológicas e incluso de tipo paranormal.
Con fundamento en estas investigaciones, algunos mecanismos tecnológicos han sido diseñados para transformar estas distorsiones electromagnéticas en sonido, con la sorpresa de que se reproduce un lenguaje humano coherente y consciente, que responde a preguntas, acaso con origen en el propio cerebro humano de quienes se hallan presentes interactuando con el fenómeno. Aseguran también que es hecho muy frecuente y previo a la constitución del fenómeno un cambio físico o psíquico importante en el entorno en que se manifiesta; el más corriente son obras de reforma de una casa antigua, un nuevo habitante en la misma, etcétera. Si se trata de un cambio anímico, suele ser un hecho emotivo y/o trágico: el fallecimiento o nacimiento reciente de un familiar, un cambio hormonal (adolescencia, climaterio, menopausia), algo en todo caso emocionalmente relevante. En
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